El especialista en enfermedades infecciosas Juan Carlos Rodríguez, jefe de Medicina Interna del CHUP, cree que ha llegado el momento de volver a plantear algunas cuestiones sobre la covid.
¿Qué sabemos del SARS-CoV-2?
Hemos aprendido mucho pero nos falta aprender mucho más. La covid es una enfermedad producida por un virus respiratorio estacional, el SARS-CoV-2, que se ha vuelto pandémica y causado enorme morbimortalidad con más de un millón de muertos en el mundo. En España la cifra varía entre 40.000 y 70.000 según diferentes estimadores. Afecta de forma grave fundamentalmente a mayores de 70-75 años, no siendo desdeñable su morbi-mortalidad entre los 50 y 70 años. Además, presenta un grave problema y es que también contagian los infec - tados que no tienen síntomas.
¿Qué protege de la infección?
Las mascarillas. En ambientes cerrados debemos utilizar FFP-2 y en los abiertos las mascarillas quirúrgicas.
¿Quién contagia más y cómo?
Al ser un virus respiratorio la vía principal es la respiratoria, aun - que no la única, y también se pue - de transmitir tras contacto con superficies contaminadas. Contagian las personas con síntomas y también muchos sin síntomas, sobre todo el grupo de entre 10 y 30 años. Sabemos que los niños enferman muy poco y contagian considerablemente menos que los adultos, aunque este aspecto no está completamente definido. Los supercontagiadores, aproximadamente dos de cada diez de los infectados enfermos o asintomáticos, son los que trasmiten más la enfermedad.
¿Qué hacer para no enfermar?
Seguir con rigor las medidas de prevención, usar mascarillas y evitar agrupamientos y estancias en lugares cerrados. Cuantas menos personas estén en un espacio mejor, y sobre todo hay que prestar atención a los contactos de mayor riesgo. También sabemos que poner humidificadores manteniendo una humedad relativa del 60% es protector de la infección y que debemos procurar la mejor ventilación de los lugares cerrados.
¿Qué ocurre en las residencias?
Es triste comprobar que las residencias vuelven a ser un lugar con muchos casos, similar o más a los de la primera ola. Por eso en estos establecimientos hay que llevar a cabo las medidas de protección de forma exhaustiva. Deberían realizarse test de diagnóstico rápido: test antigénicos en visitas y test de PCR rápidos o los estándar en internos y trabajadores. Esto haría que bien implementados, nuestros mayores podrían ser visitados por algún familiar. Otro aspecto importante es el control de la movilización geográfica, de forma muy especial los transportes públicos en general y los aeropuertos en particular.
¿Qué nos espera?
No entender que en verano la pandemia se haya mitigado y pensar que ya lo habíamos vencido es no querer enfrentar el problema de forma eficiente, ser ingenuos o no haber hecho nuestros deberes. Tras la llegada del otoño ha comenzado la escalera hacia arriba y lamentablemente no volverá a ser hacia abajo hasta marzo-abril, pues este es un virus estacionario. En los meses de invierno esto se complicará cada vez más, pudiendo llegar a ser agobiante y colapsar el sistema sanitario y la economía si nos relajamos excesivamente, y pudiendo complicarlo todo aun haciendo lo correcto. El presidente del Gobierno nos ha dicho que la situación en enero será muy grave y que regalemos seguridad, y con frases distintas pero en el mismo sentido se han pronunciado otras autoridades y expertos. Yo desde luego así lo manifiesto. Tenemos medidas al alcance. Algunas deben ser impuestas por las autoridades sanitarias y otras dependerán de los propietarios de locales y por la población en general en sus casas. Por mucho que nos apetezca, debemos evitar las proximidades y los saludos tradicionales, ya tendremos tiempo para ellos el próximo año. En estas Navidades no amarguemos nuestras vidas y a nuestras familias. Seamos muy rigurosos.
