Enfurecido. Así acabó el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, el primer Pleno del año en la Corporación municipal. El motivo de su cabreo fueron dos preguntas de los portavoces del PSOE, Agustín Fernández, y del PP, Jacobo Moreira, sobre el compost. El primero quería saber qué iba a hacer el regidor nacionalista con el rechazo surgido en Monte Porreiro a raíz de la instalación de nuevos composteros comunitarios y qué medidas se llevarían a cabo para evitar un efecto contagio en otros barrios. El segundo se interesó por los plazos de la futura planta de compostaje de A Canicouva tras criticar el pago de 20.000 euros al año a los comuneros de esta parroquia por el alquiler de los terrenos en los que se levantará este complejo para reciclar restos de comida.
Ambas interpelaciones provocaron un agrio y amplio debate impropio en asuntos de este tipo, que suelen despacharse en poco tiempo y en un solo turno de palabra. La crispación en la oposición se elevó cuando Lores delegó la respuesta en su edil de Infraestruturas, Cesáreo Mosquera. El vicepresidente de la Deputación y ariete del BNG en materia de reciclaje de residuos orgánicos afirmó que la planta de A Canicouva se hará "no seu momento" y que la instalación de centros de compostaje en Monte Porreiro "quedou parada" tras reconocer que "hai unha división veciñal potente". "Non se vai facer ningún despregue. Punto", subrayó.
Mosquera afirmó que las prioridades en la implantación del nuevo sistema de basuras han cambiado debido a este conflicto. Aseguró que Monte Porreiro no podrá beneficiarse de la prometida rebaja en el recibo de la basura, al menos a corto plazo, al no haber facilitado la puesta en marcha de nuevos centros de reciclaje.
La intervención del edil nacionalista, que repasó la historia del compost en la ciudad, invocando incluso la aportación de Rafael Louzán en su etapa como presidente de la Deputación (PP), irritó a la oposición. El líder del PSOE recriminó la gestión del BNG en el asunto de las basuras, culpó a Lores de la "crispación" en Monte Porreiro y le tendió la mano para resolver el conflicto. "A súa xestión pode levar a que isto (el compostaje) sexa un fracaso. Se é así, será un fracaso de todos", manifestó Fernández, que ofreció su "lealdade" para impulsar el nuevo sistema. "Non se sinta só. Tome a iniciativa. Chámenos. A nós e ós veciños", añadió.
La intervención del edil socialista provocó el aplauso de la comisión vecinal de Monte Porreiro, que asistió al Pleno con pancartas en las que se leía "Lores fóra de Monte Porreiro". El alcalde acabó llamándoles la atención por sus protestas desde las butacas del Teatro Principal: "Vostedes estén caladiños ou, se non, se van!".
El portavoz del PP, por su parte, centró sus críticas en la planta de A Canicouva. Y después de lograr la intervención de Lores en el acalorado debate del compost, Jacobo Moreira volvió a cargar contra el sistema. "¿Sabe cuánto nos ha costado la coña del compostaje? No tiene ni puñetera idea de qué hacer. Es usted un cobarde porque no da la cara ante los vecinos. Le gusta tirar el dinero de los demás", reiteró en alusión al contrato de alquiler de los terrenos en A Canicouva.
El estallido de Lores fue monumental. Acusó a PP y PSOE de ejercer una "oposición soterrada ou directa" contra el compost; afirmó que estos grupos "quedaron 'jodidos'" cuando A Canicouva aceptó la planta de compostaje; comparó este conflicto con el que en su día se produjo con la peatonalización y aseguró que a los populares "lles fastidia que levemos premios". "A vostedes non lles deron premios nin ás canicas", apostilló.
El regidor del BNG defendió también la gestión de Mosquera en el asunto del compost a nivel local y provincial. "Ten máis capacidade de traballo que todos vós xuntos. Non lle chegades á sola dos zapatos", afirmó. "Boten unha man para avanzar. Colaboren. Saben que a compostaxe é o futuro. Non se pode xogar politicamente con isto!", concluyó Lores. Su intervención fue aplaudida por sus compañeros de filas.
