Miguel Anxo Fernández Lores hizo este miércoles un llamamiento a la responsabilidad de los líderes políticos para poner freno a la crisis medioambiental que sacude el planeta. El alcalde de Pontevedra reivindicó la "política" como la principal herramienta para luchar contra la emergencia climática en unas jornadas organizadas el miércoles en Madrid por el Ministerio de Fomento en el marco de la Cumbre Mundial del Clima. "Cada un, dentro da súa responsabilidade política, ten que exercer as súas competencias. Pero non hai excusas para non tomar decisións porque nós demostramos que é posible", manifestó el regidor nacionalista a través de un comunicado de prensa.
El regidor del BNG defiende su reforma urbana y el plan de compostaje como motores para reducir las emisiones contaminantes
Lores compartió mesa redonda con representantes de ciudades como Málaga, Sevilla y Noaín (Navarra), que comparten con Pontevedra el haber recibido el Premio Internacional de Dubái, un reconocimiento impulsado por la ONU. Todos ellos conectaron con el lema de la Cumbre Mundial, Es tiempo de actuar, a través de las administraciones locales, las más próximas al ciudadano. "Necesitamos capacidad de liderazgo y alcaldes y alcaldesas fuertes para llevar a cabo políticas que promuevan cambios reales", manifestó Alicia Torrego, moderadora de la jornada y directora de la Fundación Conama, que señaló que esta iniciativa "funcionó" en la capital de las Rías Baixas.
Además de las reformas urbanas impulsadas en 1999, año en el que empezó la gran peatonalización, Lores hizo un repaso por las medidas que se han adoptado en las últimas dos décadas en territorio pontevedrés. Entre ellas figuran la instalación de los primeros lombos, que llegaron en 2004 a Orillamar como respuestas a las quejas de los vecinos por la excesiva velocidad a la que se circulaba para subir o bajar a Monte Porreiro.
Años más tarde, en 2010, el Concello decidió implantar la zona 30 en todas las vías urbanas. La iniciativa logró reducir la siniestralidad. Hasta el punto de que Pontevedra mantiene las cero víctimas en carreteras de titularidad municipal desde febrero de 2011.
CAMPAÑA PO₂. El discurso de Lores introdujo, por primera vez, dos de los elementos que la capital quiere promocionar: la eficacia en la gestión del agua y el nuevo plan de reciclaje de biorresiduos. Ambos forman parte de la campaña municipal PO₂, que engloba todo tipo de iniciativas, incluidas acciones en el ámbito de la educación, para concienciar a los vecinos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Sobre la primera idea, el alcalde nacionalista recordó que las obras ejecutadas en las calles y plazas de la ciudad suelen ir acompañadas de la renovación de todos los servicios subterráneos, incluidos los vinculados al suministro eléctrico en el caso del casco histórico o del centro.
Esas reformas "non visibles" han llevado a Pontevedra a reducir las fugas de agua de la traída municipal a mínimos históricos. Según datos del Gobierno local, la ciudad cumple ya con los objetivos de rendimiento de recursos hídricos que la Xunta se ha fijado para el año 2030 dentro de la estrategia comunitaria de economía circular. Y para ello se basa en el comportamiento del agua registrada, que mide la diferencia entre aquella que se potabiliza y la que llega a los contadores de los vecinos. Según este parámetro, la media de los municipios gallegos se sitúa ahora en el 70%, con el objetivo de que en once años llegue al 80%. En 2010, Pontevedra ya había alcanzado el 70,4%, situándose por encima de la media autonómica, y espera cerrar 2019 con un porcentaje mayor: del 87,5%.
El segundo caballo de batalla que Lores defendió fue el compostaje, un sistema que avanza tímidamente en la capital provincial. El alcalde aseguró que cuando se implante el nuevo plan de basuras, a mediados de 2021, el municipio podría reducir sus emisiones de CO₂ en un 52%.
Según datos del regidor, el descenso de gases contaminantes ha sido del 67% en las calles con calmado de tráfico o de prioridad peatonal. El líder nacionalista animó a la ciudadanía a "traballar polo planeta dende o local".
"A estas alturas xa todos temos interiorizado que Pontevedra é unha cidade para camiñar". La frase la pronunció ayer el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, en las jornadas celebradas ayer en Madrid en el marco de la Cumbre Mundial del Clima, que llevaron por título Experiencias inspiradoras: urbanismo y clima. El regidor nacionalista explicó al público presente en el madrileño Palacio de Zurbano que Pontevedra pasó de ser "un almacén de coches" a una referencia mundial en materia de movilidad. Seis premios internacionales lo acreditan.
El Metrominuto
El primero de los reconocimientos llegó en 2013 de mano de la agencia europea Intermodes. Lores recogió en Bruselas el galardón por la iniciativa del Metrominuto, un mapa diseñado en 2011 para promover los desplazamientos a pie. El alcalde capitalino también se refirió ayer a esta experiencia, que en Pontevedra empezó a utilizarse en 2014 con la instalación de los primeros paneles.
58 ciudades
La idea del Metrominuto se ha copiado en al menos 58 ciudades. De ellas, 46 son urbes españolas, once europeas y una mexicana.
Las réplicas han sido adaptadas a las realidades de cada territorio a través de ayuntamientos, empresas u otras entidades. El principal benefactor de este mapa para caminar, que mide los tiempos y la distancia entre distintos puntos, fue el organismo Ciudades que Caminan, del que Lores es presidente honorífico. Esta plataforma está integrada por municipios de la Península Ibérica y de México.
En España, la comunidad con más Metrominutos, con 15 en total, es Madrid.
