Las marismas de Alba, Tafisa y el campus, bajo el agua en el año 2100

Un estudio de la prestigiosa Climate Central, recogido por Afundación, prevé que el nivel del río suba un metro debido al calentamiento global
Pontevedra 2100
photo_camera Pontevedra en 2020 y cómo sería en 2100. AFUNDACIÓN

¿Cómo será la franja costera de la ciudad dentro de 80 años? ¿Cómo le afectará el cambio climático? Las respuestas son múltiples: impactante, preocupante, asombrosa... La herramienta virtual que AFundación expone en su web para recrear el crecimiento del nivel de las aguas en 2100 es, sencillamente, espectacular y obliga a una sesuda reflexión si no queremos que los catastróficos vaticinios acaben siendo una cruda realidad.

El pronóstico no es, ni mucho menos, especulativo. Se basa en un estudio de la prestigiosa asociación norteamericana Climate Central, integrada por científicos y periodistas que realizan investigaciones sobre el cambio climático y sus impactos a diversos niveles. Una de ellas se centra en el crecimiento del nivel de las aguas en todo el mundo, lo que permite al usuario tener una idea de las zonas que quedarán bajo el agua dentro de 80 años.

Un equipo de expertos medioambientales de AFundación, bajo la dirección de Fernando Filgueiras, recogió esos datos y elaboró una recreación interactiva de 62 puntos costeros de la península ibérica, cuyos resultados no dan pie a la indiferencia.

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La colección se compone de una imagen actual de cada localización y otra de cómo sería en 2100, oscureciendo las zonas que se tragarían el mar y los ríos.

Filgueira reconoce que no están todos los lugares que les hubiera gustado "porque supondría un trabajo inasumible", pero considera que los elegidos son bastante representativos. Así, de la provincia de Pontevedra se incluye la capital, Vigo, Baiona, A Guarda y A Illa de Arousa, que es la que presenta el cambio más radical.

Más del 40%. En lo que respecta a la ciudad de Pontevedra, el río Lérez no muestra piedad alguna con sus márgenes y engulle más del 40% del terreno, siendo A Illa do Cobo y las Marismas de Alba las zonas de mayor impacto.

El pronóstico de los científicos indica que a las puertas del siglo XXII el aumento de la temperatura global habrá dejado bajo las aguas a todo el campus universitario, la amplia parcela de Tafisa (sobre la que se ejecuta una ambiciosa promoción urbanística) y gran parte de los salones del Lérez, sumergiendo la práctica totalidad del actual paseo marítimo.

El Pazo da Cultura se salvaría de la quema por ser una construcción elevada, pero no así su entorno. Lo mismo que le ocurre al Pabellón dos Deportes, pues el agua llegaría hasta el Estadio de Pasarón.

La subida del nivel del agua rondará un metro en 2100 si se mantiene la actual tendencia, según estimó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en su estudio de 2019. De ahí que la práctica totalidad de las Marismas de Alba queden también literalmente engullidas por el río.

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La orilla más afectada, como se puede comprobar en la comparativa virtual, es la derecha, que es la de menor altura sobre el nivel del mar. En la izquierda, en cambio, se ha ido ganando terreno al río durante siglos para consolidar poco a poco el núcleo urbano.

La colección virtual de los 62 puntos geográficos se divide en Cantábrico, Atlántico gallego, Atlántico Portugués, Atlántico andaluz y Mediterráneo. Puede consultarse en la web de AFundación desde junio "y aún estará una buena temporada", asegura Fernando Filgueiras.

Desde Monte Porreiro hasta Mollavao

Una secuencia de catastróficas realidades. Parece el título del clásico best seller que acaba en la gran pantalla pero, como sucede en muchas ocasiones, la (más que posible) realidad supera a la ficción.

El calentamiento global, el deshielo de los polos y la subida del nivel de los océanos -todo ello en cadena- tendrá unas fatales consecuencias en todos los entornos bañados por el agua. Y la Boa Vila no es una excepción.

La recreación virtual que recoge la web de Afundación permite, de un rápido vistazo, ser conscientes de una mutación que no solo amenaza la supervivencia de parcelas, sino de pabellones, instalaciones, edificios e incluso puentes.

Porque a la ya comentada desaparición del campus universitario (con sus jardines y facultades incluidas) hay que sumar la playa fluvial de Monte Porreiro, gran parte de los salones del Lérez, el paseo peatonal, la gigantesca parcela que antes ocupaba Tafisa e incluso los terrenos del Centro Galego de Tecnificación Deportiva, pues el nivel del río llegaría hasta la calle Fernando Olmedo.

El puente de Os Tirantes quedará seriamente tocado, pero peor suerte correrá el puente de As Correntes, que literalmente desaparecerá bajo las aguas, al igual que todo el Club Naval.

En la orilla de enfrente, la imprenta y el parque de maquinaria de la Deputación, las dependencias de Tráfico y el Parque Móvil de la Xunta serán engullidas por el río Gándara, que extenderá sus dominios hasta el Centro Logístico del Grupo Nogar.

El Gafos también engordará, inundando parte de su paso por el centro de la ciudad y toda la desembocadura en As Corbaceiras, lo que dejará bajo las aguas el muelle y una amplia zona del barrio de A Moureira. El río Gándara engullirá la imprenta y el parque de maquinaria de la Deputación, Tráfico y el Parque Móbil de la Xunta.

"Si no actuamos ahora, después las consecuencias serán irreversibles"
Fernando Filgueiras reconoce que "debemos ser cautos en el análisis", pero no oculta que "si no actuamos ahora para frenar el calentamiento global, las consecuencias que vengan después serán ya irreversibles". Critica que muchas personas "aún piensan que lo del cambio climático será cosa de nuestros nietos o bisnietos, pero no, es algo sobre lo que debemos trabajar ya".

Explica que los océanos absorben el 93% del calor derivado de la actividad industrial, los vehículos, etc.; de ahí que se estén recalentando. "Cuando más caliente está el agua, menos capacidad tiene de generar oxígeno, y no debemos olvidar que el mar produce el 50% del oxígeno mundial". Agrega que estos cambios en el medio ambiente afectarán a los caladeros y a la pesca.

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