Una multinacional del narcodinero

SENTENCIA DE LA AUDIENCIA NACIONAL ▶Un 'baba' turco afincado en la Costa del Sol ponía la heroína en Galicia. A continuación, enviaba a sus secuaces iraquíes a Pontevedra para recoger los beneficios, que llevaban a Alemania. La acción combinada de las autoridades bávaras y la Policía Nacional sirvió para poner fin a un negocio de millones de euros
Armas, heroína y dinero en efectivo incautado en una de las operaciones de la Policía Nacional contra el tráfico de heroína en Pontevedra. CNP
photo_camera Armas, heroína y dinero en efectivo incautado en una de las operaciones de la Policía Nacional contra el tráfico de heroína en Pontevedra. CNP

Los baba (padrino, en turco), llevan cuatro décadas dominando el tráfico de heroína en Europa. La reciben de sus vecinos afganos, en ocasiones la refinan, la transportan a los distintos países y reciben beneficios descomunales. Para ello, cuentan con toda una red de colaboradores repartidos por los distintos países que realizan para ellos las distintas fases del negocio, que incluyen la distribución de la droga, su ocultamiento, su venta a terceros y el traslado del dinero procedente del ilícito negocio a lugar seguro.

En el presente caso, que se zanjó con un acuerdo en la Audiencia Nacional que no convenció a los investigadores (sí fue aplaudido por los procesados y por sus letrados), la multinacional contaba con distintas patas. La más importante estaba radicada en Alemania, donde, según la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) y la Oficina de Investigación Aduanera (ZKA) del país, se asentaba el núcleo principal de una gran organización criminal dedicada al tráfico de heroína. Dado que gran parte de sus clientes estaban en España, uno de los padrinos decidió asentarse en la Costa del Sol para coordinar cada una de las operaciones. Al mismo tiempo, una segunda célula le daba apoyo desde Madrid. El tercer elemento imprescindible estaba compuesto por la rama gallega. Cuatro pontevedreses fueron condenados, si bien el fiscal optó por atribuirles solo blanqueo de dinero y no narcotráfico. Y ello a pesar de que la principal incautación, 25 kilos de caballo, se produjo dentro de los límites de la provincia. Cayeron, eso sí, como responsables de la partida de las descomunales cantidades de dinero en efectivo que acababan llegando a Alemania, donde se blanqueaban. La Policía considera que eran caleteros, individuos especializados en el transporte de droga escondida en distintos habitáculos practicados en los vehículos para pasar inadvertidos en caso de un control. El dictamen, sin embargo, les deja en simples hombres de paja al servicio de los turcos.

Envíos de dinero
Las autoridades lograron acreditar remesas que sumaron más de dos millones de euros en apenas nueve meses

La red delictiva, que fue desarticulada en 2016 por la sección de Heroína de la Brigada Central de Estupefacientes, disponía, además, de un equipo de transportistas de nacionalidad iraquí que se encargaban de repatriar el dinero que recogían en Galicia. Con gran capacidad para viajar sin ser vistos, consiguieron trasladar importantes partidas a Alemania. Fue en aquel país donde se inició la investigación, pues allí se detectaron las cantidades de dinero ilícito. Ese fue el rastro que llevó a los agentes hasta el corazón de la provincia de Pontevedra y que sirvió de hilo que tirar para hacer explotar la operación.

La sentencia judicial, dictada en base a un acuerdo con la circunstancia atenuante de confesión tardía considerada muy cualificada, señala que el grupo "recogía de forma rutinaria grandes cantidades de dinero en efectivo", y que no solo lo hacía en España (sí en mayor medida) sino que también en otros países, como Holanda y Francia, para transportarlo a Alemania, donde, como se ha dicho, se hallaba la matriz de la organización. Una vez en ese país, el grupo delictivo blanqueaba los ingentes beneficios a través de la adquisición de vehículos y maquinaria industrial y empleando la Hawala, un sistema de compensación de gastos basado en la confianza existente entre los miembros de la red afincados en puntos muy distantes.

Las pesquisas determinaron que dos ciudadanos turcos afincados en Benalmádena y Fuengirola estaban al frente del entramado en España. Fruto de ellas, la Policía determinó que en solo diez partidas de dinero, los otomanos lograron transportar a Alemania más de 2,5 millones de euros procedentes del tráfico de heroína a gran escala, entregados en su inmensa mayoría por los cuatro pontevedreses condenados en el marco del presente proceso.

Incautación
La sección de Heroína de la Brigada Central de Estupefacientes interceptó un pase de 25 kilos en la provincia de Pontevedra

El baba y su sobrino, los turcos afincados en la Costa del Sol, se encargaban de planificar las importaciones de droga, su entrega en distintas provincias (principalmente Madrid, Sevilla y Pontevedra) y los posteriores cobros. A su servicio se hallaba el patriarca de un conocido clan gitano con ramificaciones en las capitales madrileña y andaluza. Se encargaba de distribución y venta en ambas comunidades autónomas y también en Extremadura. En cuanto a los gallegos, y pese a que se decomisó la droga en Pontevedra y a que las grandes cantidades de dinero partían de la provincia, solo se les pudo atribuir "apoyo a los turcos para materializar con seguridad las operaciones de entrega de dinero procedente de la sustancia estupefaciente", algo que tenía lugar especialmente en Tui y O Porriño, áreas muy bien comunicadas con la meseta a través de la autovía de las Rías Baixas. Ponteareas, O Porriño, Tui y Cambados son los domicilios de los cuatro condenados, que obtuvieron penas bajísimas y no volverán a prisión (tres de ellos permanecieron recluidos en A Lama varios meses tras ser detenidos). En el período investigado, la Policía acreditó ocho entregas en distintos puntos próximos a la A-52 que pasaban de gallegos a iraquíes y acababan en Alemania, en partidas de entre 53.000 y 275.000 euros. Algunas ni siquiera pudieron ser cuantificadas.

Aunque no se llegó a concretar el método por el cual la heroína llegaba a Galicia, sí se pudo interceptar un pase de droga en la provincia de Pontevedra. Fue en febrero de 2016 y tras una serie de seguimientos que se concretaron con la interceptación de un Hyundai que, en tres caletas, ocultaba 50 paquetes, cada uno de medio kilo de heroína.

En cuanto a los gallegos, destaca el patrimonio incautado a su cabecilla, vecino de O Porriño. Constan a su nombre cuatro viviendas y siete turismos, algunos de ellos de gama alta, así como movimientos bancarios de más de un millón de euros en distintas partidas. No volverá a prisión, pero todos esos bienes le han sido decomisados definitivamente.

Penas irrisorias. Un acuerdo muy ventajoso... para los investigados
Las penas de cárcel para los investigados suman 37 años, siendo muy inferiores a las que podrían corresponderles a tenor de los delitos que se les atribuyeron. La atenuante de confesión hizo que los dos turcos se quedasen con seis años de prisión (por narcotráfico y blanqueo), lo mismo que para el líder de la rama de etnia gitana y su principal colaborador. Otro de los intermediarios obtuvo una pena de cuatro años y medio, mientras que los cuatro vecinos de la provincia de Pontevedra y un quinto individuo consigueron condenas de entre un año y medio y nueve meses de prisión. Todos ellos perderán, eso sí, el patrimonio que les fue detectado en la investigación.

Comentarios