El negocio del Camiño de Santiago recupera el tono, pero a paso lento

El Albergue Virxe Peregrina no llega a los 80 caminantes semanales frente a los más de 600 que registraba en una semana el año pasado. El 90% de los peregrinos son ahora nacionales y su edad media es más corta
Un peregrino en el albergue de Pontevedra. DAVID FREIRE
photo_camera Un peregrino en el albergue de Pontevedra. DAVID FREIRE

Los peregrinos vuelven a dejarse ver por Pontevedra con sus bastones y mochilas, pero no hay que rascar mucho para concluir que todavía queda mucho trayecto por andar para regresar a las estampas de antaño. El negocio vinculado al Camiño de Santiago no se ha librado del testarazo del coronavirus, que además le ha llegado en el momento menos oportuno, en plena antesala del Año Xacobeo. El aluvión de peregrinos previsto para este verano se ha convertido en un goteo que complica la supervivencia de muchos negocios y que incluso ha invitado a algunos a mantener cerradas sus puertas hasta nuevo aviso.

El albergue público Virxe Peregrina, de uso exclusivo para peregrinos con credencial, es uno de los mejores termómetros para conocer el impacto del coronavirus en este sector. El presidente de la Fundación de Amigos do Camiño Portugués, Tino Lores, prefiere ver el vaso medio lleno y se queda con que, por fin, "se ve movimiento" y las instalaciones vuelven a ser punto de encuentro de caminantes. Sin embargo, las cifras arrojan una realidad en la que se vislumbra perfectamente el golpe de la pandemia.

En lo que va de esta semana el albergue ha recibido a menos de 80 peregrinos, cuando el año pasado el cómputo rebasaba los 600, obligando a colocar el cartel de completo en las instalaciones y los dos pabellones de A Xunqueira. "Se mantiene la tendencia de ir subiendo poco a poco, pero en estas fechas, a las puertas del Día de Santiago, no estamos completos, cuando normalmente es una época de mucha actividad", indica Lores.

UN TERCIO DE CAPACIDAD. Por norma general, el albergue sigue con camas vacías y eso que el número de vacantes es sensiblemente menor al habitual. La Administración permite una ocupación del 50% en los albergues públicos y del 75% en los privados, pero el Albergue Virxe Peregrina ha reducido todavía más la capacidad hasta quedarse en un tercio para asegurar que se respetan los 1,5 metros de seguridad "tanto en horizontal como en vertical". Las 72 camas se han convertido en 22, que se reparten en dos salas.

Las plazas se deben reservar ahora con antelación y mantienen la tarifa de ocho euros por persona y noche

La pandemia también ha propiciado cambios en el perfil de los usuarios. El cierre de fronteras ha hecho que ahora el 90% de los peregrinos sean nacionales y entre los extranjeros "los que más se animan son los portugueses, que son los que empiezan a venir de fuera". Además, el miedo al contagio ha provocado una reducción en la edad media. "Ahora los que más abundan son los jóvenes y es raro pero a mayores de 60, cuando antes era algo habitual", indica Lores.

BLINDADO CONTRA EL VIRUS. El presidente de la Fundación Amigos do Camiño Portugués cree que algunos peregrinos pueden priorizar ahora el albergue privado, sobre todo por el hecho de poder disfrutar de habitación y baños privados. No obstante, también advierte de que el bajón de caminantes "se está viendo en todos lados".

Por la parte que le toca, el Albergue Virxe Peregrina se ha blindado contra el coronavirus con estrictas medidas de seguridad que superan el distanciamiento entre las camas. Los responsables del establecimiento toman la temperatura a cada llegada y emplazan a todos los visitantes a higienizar pies y manos , a usar la mascarilla y a utilizar las duchas de uno en uno previa desinfección. De hecho, este empecinamiento en mantener el virus a raya sorprendió al primer peregrino que llegó al albergue tras el confinamiento, un vecino que procedía de Torrejón de Ardoz, "supuesta zona cero del coronavirus", al que le pareció "un poco exagerado" el protocolo implantado. "Con las medidas que implantamos es más fácil contagiarse bebiendo una cerveza en un bar que aquí, pero creo que lo importante es que la gente se sienta segura", argumenta Lores.

RESERVAS. El coste de la pernoctación en el Albergue Virxe Peregrina asciende a ocho euros por persona, una tarifa notablemente menor a la de las instalaciones privadas. La diferencia frente a los tiempos pre-Covid es que ahora las camas han de ser reservadas con anterioridad y ocupadas antes de las tres de la tarde. "Es algo positivo que extraemos de esta experiencia, porque la verdad es que con el anterior sistema la gestión no era tan buena. Para las reservas hay dos opciones, a través de la web alberguesxacobeo.gal, una plataforma online impulsada por la Xunta de Galicia, o contactando de forma directa con el albergue".


Jorge de Uña (gerente del Slow City Hostel Pontevedra)

"La mitad de la temporada está perdida"

Jorge de Uña, responsable del Slow City Hostel Pontevedra. DAVID FREIREJorge de Uña, responsable del "primer albergue del centro histórico", Slow City Hostel Pontevedra, confirma que desde la segunda semana de julio se ha empezado a notar algo de reactivación en las reservas de peregrinos, "pero con mucho menos movimiento que otros años". Además, en los últimos días se ha topado con "muchas cancelaciones por el miedo causado por los rebrotes" y otras anulaciones debidas a cambios de última hora en los vuelos.

La reducción de la ocupación al 75% le ha obligado a pasar de las diez plazas a las siete y, aún así, el aforo no está completo, sino que más bien ronda "el 55%".

Teniendo en cuenta que la temporada de este tipo de establecimientos suele desarrollarse "entre abril y octubre", Uña ya advierte de que "la mitad de la temporada está perdida" y para la que queda, cruza los dedos: "Mi esperanza es que se pueda hacer algo en julio, agosto y septiembre, aunque solo con turismo nacional es más difícil". Su suerte es que, por el momento, las pérdidas "son asumibles".


Como en casa (empresa de comida para llevar)

"Servíamos a un montón de peregrinos, pero ahora no"

Take Away Como en Casa. DAVID FREIRELa empresa de comidas para llevar Como en casa, ubicada en la esquina de Uxío Novoneyra con Eduardo Pondal, también ha detectado el bajón de caminantes motivado por la covid-19. "Servíamos a un montón de peregrinos que se alojaban en los albergues cercanos al local, sobre todo a los que dormían en alojamientos que no tienen cocina o cafetería, pero ahora no. Hemos visto pasar unos cuantos, pero no entran como antes. Suponemos que cuando se reactive todo y cuando abran los nuevos albergues previstos en la zona, la cosa mejorará", augura la responsable del negocio.

Pese a todo, la empresa no ha apagado los fogones en todo el confinamiento. De sus cocinas salieron los menús suministrados a los sanitarios alojados en el Hotel Galicia Palace durante la época de mayor incidencia del virus, así como los platos elaborados de los profesionales que se quedaron sin el servicio de comidas en el Hospital Provincial. "Dimos mucho servicio a todos los trabajadores que lo necesitaban", añade la titular de la firma.


José Manuel López (Tuitrans)

"La covid-19 redujo temporalmente el personal"

Un trabajador de Tuitrans. CEDIDAUno de los mayores hándicaps de hacer el Camino es cargar a cuestas varios kilos de equipaje. José Manuel López, que en el año 2011 regentaba un albergue de peregrinos, empezó a recibir peticiones de clientes para trasladar el equipaje de un punto a otro. "Empezamos a ver que había una pequeña necesidad y vimos que podría haber algo de demanda", cuenta José Manuel, que explica que a día de hoy han extendido el negocio hasta Oporto, convirtiéndose en la única entidad dedicada al transporte de equipaje de peregrinos que opera en todo el Camiño Portugués.

Así, en el 2011 fundó Tuitrans, una empresa que ha ido creciendo y, aunque "los primeros años fueron duros, muchas veces no cubrías ni los gastos", a día de hoy su clientela es entre el 8 y el 10% de las personas que hacen el Camino Portugués. "La covid-19 redujo temporalmente el personal", aunque poco a poco el Camino va recobrando su pulso. Por cinco euros por equipaje, los caminantes recogerán sus pertenencias al final de cada etapa.


José Taboada (Abierto hasta el Amanecer)

"Retiramos las tiritas para meter más bebidas"

Expendedoras Abierto hasta el Amanecer. DPLos hermanos José y Óscar Taboada pusieron en marcha hace tres años un punto de vending con varias máquinas expendedoras dirigidas a los peregrinos y, como uno puede presumir, hacía tiempo que las estanterías no se movían tan poco. Hace un año, la demanda de bebidas y snacks era tan elevada que los responsables del negocio tenían que reponer hasta "dos veces al día". Sin embargo, durante el estado de alarma bastaba con acudir una vez por semana, "y básicamente para limpiar", y ahora llega con dos veces.

"El descenso de los peregrinos provocó una bajada en las ventas de hasta el 90% y cambios en la oferta. Retiramos las tiritas y otros productos orientados al Camino para meter más bebidas y chocolatinas. En las últimas semanas mejoró un poco, pero sin recuperar el ritmo del año pasado", indica José Taboada.

El punto, situado en Otero Pedraio y denominado Abierto hasta el amanecer, también adecúa su oferta en base a otros factores ajenos a la pandemia, como el tiempo. En invierno triunfa el café y en verano las "bebidas energéticas".


Ana Belén Prado Meira (A Pousada do Peregrino)

"Esperaremos a que llegue la vacuna"

Pousada do Peregrino. JAVIER CERVERA-MERCADILLOA Pousada do Peregrino, ubicada en Barro, aprovechó el parón del invierno para ejecutar una ambiciosa reforma que amplió la capacidad del servicio de barra y la luminosidad. Sin embargo, en lo que va de año solo abrió al público la primera quincena de marzo y, por lo de pronto, no tiene visos de regresar a la actividad. La existencia de varias personas de riesgo en la familia invitan a ser precavidos y el hecho de que el local sea propio anula las prisas por reabrir las puertas.

"Nuestras circunstancias nos permiten aguantar cerrados una temporada y, de momento, lo que tenemos pensado es esperar a que llegue la vacuna o que la situación mejore", explica Ana Belén Prado Meira, una de las responsables del negocio.

El bajo volumen de peregrinos que están circulando por el Camiño es otro factor que disuade a la familia de reanudar la actividad, así como la falta de prevención vista en algunos clientes. "Muchos no vienen con mascarilla y, aunque hay gente precavida, otros que piensan que no es un virus dañino. No nos arriesgamos".