¿Cómo ha cambiado el concepto de salón de juegos en los últimos años?
Siempre hubo dos conceptos de local de juego en nuestro sector. Por un lado el puramente recreativo, con máquinas de videojuegos y, por otro, el que estaba vinculado a máquinas tipo B. También podía ser un salón mixto en el que se ofrecen las dos opciones y casi todos solían ser así. El ámbito de los videojuegos ha derivado en otros caminos y este concepto se ha ido muriendo. En este momento los salones están más orientados a espacios en los que puedes hacer una apuesta deportiva, jugar a una máquina tipo B o incluso tomarte un café, ya que hay salones que ofrecen también servicios de hostelería.
Este es un fenómeno nuevo en Pontevedra y que está en auge.
En los salones de juego siempre ha habido máquinas de tipo B, lo que ha llegado nuevo son las máquinas de apuestas. Una cosa es una casa de apuestas, donde solo hay apuestas, y otra es un corner de apuestas, que es un espacio dentro de un local destinado a ese fin, ya sea un salón de juego o un local de hostelería. La regulación de las apuestas deportivas es relativamente reciente, tiene unos seis o siete años, y desde entonces han comenzado a instalarse en los salones de juegos pero con una normativa. No puede haber más de cinco terminales de apuestas en el mismo local, por ejemplo. Nosotros, como empresarios ofrecemos al cliente la oferta de juego de la que disponemos. En casi todos los salones de juego hay corners de apuestas deportivas.
Y esto ha repercutido en que haya más salones de juegos.
Los salones son los que son.
Pero en 2015 había muchos menos.
Lo que está pasando es que la oferta en locales de hostelería ha ido cambiando, ahora el concepto es más de tapeo y picoteo, y eso hace que nos tengamos que adecuar. Eso da lugar a que aparezca algún salón más, pero esto tampoco va a ser una expansión abrumadora porque la normativa tampoco lo permite: hay distancias mínimas entre salones o con respecto a colegios.
En Pontevedra hay todavía espacio para abrir algún otro salón de este tipo?
Lo que hay es que respetar la norma de que hay que dejar 300 metros entre salones. Además, un negocio de este tipo cuesta mucho dinero y no vamos a abrirlos en cualquier sitio y a cualquier precio. Los empresarios cuando hacen una implantación quieren tener rentabilidad y, en ese sentido, es difícil que se implanten muchos más salones.
Ahora mismo hay uno pendiente de abrir en la calle Doce de Novembro.
Ese salón lleva tiempo pendiente de abrir, supongo que será por algún trámite burocrático que, en cuanto esté resuelto abrirá.
¿No tienen noticia en Ageo de que vaya a abrir ningún otro establecimiento de este tipo?
Podría ser. Pero desde que se presente la solicitud hasta que un salón sea real puede ocurrir que el operador desista o que se haga real. Aún así, estamos muy por debajo de la media nacional de salones por una serie de limitaciones que hay en nuestra comunidad autónoma, hay una serie de parámetros con los que tanto la Administración como nosotros somos muy escrupulosos.
Del total de apuestas que se realizan en la actualidad, ¿qué porcentaje representan las que son online y las presenciales?
Nosotros podemos hablar del juego presencial, que es al que nos dedicamos. No tengo esos datos porque controlar el juego online es casi imposible. Nosotros, en las puertas de nuestros locales podemos comprobar la edad de quien entra y hace uno de nuestras máquinas. Sin embargo, las apuestas online se hacen desde una tablet o un teléfono móvil. Aún así, Galicia es una de las comunidades con menor porcentaje de juego problemático en España. Por otro lado, a nivel de juego presencial no existe este problema, aunque pueda existir alguna incidencia. En Galicia se jugaron en apuestas deportivas presenciales 30,4 millones el año pasado, de los cuales 3,1 fueron a parar a las Administraciones a través de impuestos.
