Y las peñas, de fiesta dentro y fuera del coso

La recuperación de la tradición dormida durante los dos últimos años sacó a la calle a más de una veintena de peñas taurinas

Cerca de una veintena de peñas salieron este sábado a la calle en Pontevedra. En unos casos para disfrutar en la plaza de toros del regreso de la fiesta taurina, y en otros para celebrar en la zona monumental la alegría de volver a divertirse todos juntos y, entre otras cosas, hablar mucho de toros y de toreros. 

El coso de San Roque registró un lleno prácticamente absoluto en las gradas en las que las peñas suelen situarse y ocupar casi por completo. Ellas fueron las encargadas de poner sobre el coso de San Roque las músicas alternativas a los pasodobles formales, las ovaciones más largas y también la presión a la presidencia de la plaza para que mostrase el pañuelo blanco que ordena al alguacilillo cortar orejas o rabos a los astados tras una faena brillante.

En la plaza, los grupos pusieron el calor y el color. Fueron los que más presión hicieron para que los toreros fuesen premiados

Fue notorio que las peñas apreciaron esa brillantez, pero no así el presidente y su asesor, que se convirtieron en diana de los pitos de los aficionados. No hubo puerta grande para ninguno de los diestros, pero al final tampoco importó demasiado porque entre los miembros de las peñas lo que brillaba por encima de lo demás era la alegría de volver a disfrutar de una tarde de toros después de dos años de vacío. 

En la calle, durante toda la tarde las peñas inundaron la zona monumental ataviados con sus camisetas y brindando juntas. Hasta el cierre de esta edición no hubo incidentes reseñables y la cordialidad fue el ambiente reinante en las celebraciones.