"La pesca artesanal es la más vulnerable al cambio climático"

Desde el Future Oceans Lab del Centro de Investigación Mariña de la UVigo, investigadoras como Xochitl Elías Ilosvay trabajan en regiones donde se están produciendo alteraciones en la biodiversidad debido a los efectos del cambio climático
Xochitl Elías contempla el océano. CEDIDA
photo_camera Arriba, Xochitl Elías Ilosvay realizando trabajo de campo y, abajo, contemplando el océano. fotos cedidas

LAS IMÁGENES que más se suelen mostrar para llamar la atención sobre los efectos del cambio climático son las de grandes placas de hielo desprendiéndose en la Antártida o las de glaciares cada vez más mermados, pero no hace falta irse tan lejos para apreciar sus consecuencias. El mar es uno de los medios en los que se pueden percibir sus efectos, algo que afecta especialmente a territorios donde juega un papel esencial, como es el caso de las Rías Baixas.

"Investigaciones recientes identifican a los pescadores artesanales (de pequeña escala) como los más vulnerables a los cambios climáticos por su dependencia de los recursos naturales locales. Estos no sólo están siendo afectados por los cambios en la distribución de las especies, sino también por cambios en el régimen de lluvias y la mayor frecuencia e intensidad de fenómenos extremos (como olas de calor marinas o tormentas) que ponen en riesgo la seguridad de sus actividades".

Así lo dice Xochitl Elías Ilosvay, investigadora predoctoral en el Future Oceans Lab del Centro de Investigación Mariña de la Universidade de Vigo, donde desarrolla su trabajo sobre la adaptación de los sistemas socioecológicos costeros en regiones donde se están produciendo alteraciones de biodiversidad debido a los efectos del cambio climático.

"Entender cómo la pesca a pequeña escala se adapta al cambio climático es cuestión de seguridad alimentaria mundial. Y eso es en lo que se enfoca el Future Oceans Lab y mi doctorado", precisa.

Y es que, tal y como indica esta investigadora, "el océano absorbe más del 90% del calor en exceso del planeta y contribuye en gran parte a la absorción de dióxido de carbono, lo que ha causado, por ejemplo el incremento de su temperatura, que el agua se acidifique o haya cambios en la salinidad".

Una de las consecuencias directas se percibe, por ejemplo, en la mayoría de las especies marinas, que "son lo que se llama ectotermos", lo que "significa que, al contrario de nosotros, no controlan internamente su temperatura corporal", por lo que "la temperatura de su cuerpo cambia con la temperatura exterior", de ahí que "el aumento de la temperatura de los océanos esté afectando a su fisiología, a su ciclo reproductivo o al comportamiento migratorio de los peces y los mariscos", relata. "Un efecto primario del calentamiento del océano es un cambio de la distribución de los peces, que se ven obligados a mantener sus rangos de temperatura óptima y para ello se desplazan hacia aguas más frías, ya sea a los polos o a aguas más profundas", explica Xochitl Elías Ilosvay, cuya investigación se enmarca en el proyecto CLOCK: Climate Adaptation to Shifting Stocks, financiado por el Consejo Europeo de Investigación y dirigido por Elena Ojea (investigadora del CIM-Uvigo y coordinadora del grupo FOL) y por Jorge García-Molinos (profesor de la Universidad de Hokkaido, Japón).

"Si las especies se desplazan lejos, aumenta la distancia que tiene que recorrer la flota de los caladeros"

La redistribución de los peces a la que alude esta investigadora tiene repercusiones para la pesca. "Por ejemplo, si las especies se desplazan lejos, aumenta la distancia que tiene que recorrer la flota para llegar a los caladeros y con ello los costes de pesca, o se incrementan los conflictos a la hora de repartir las capturas entre países".

Como ejemplo, indica el registrado en 2007 entre Noruega, las Islas Feroe, Islandia y la UE, ya que "la caballa migró hacia el Norte y Oeste de los mares nórdicos acercándose más a Islandia y Groenlandi", lo que "causó problemas al tener a un nuevo país (Islandia) beneficiándose de la pesca de la caballa, pero que no estaba incluido en el manejo de y control de la población, lo que llevó a la sobrepesca".

¿HAY TIEMPO? Pero, ¿aún estamos a tiempo de frenar los efectos del cambio climático en el mar o tenemos que trabajar en adaptarnos a esos cambios? Según Xochitl Elías Ilosvay, "la mitigación, la cual incluye acciones como la reducción de emisiones de CO2, es una estrategia imprescindible, por eso globalmente hemos generado herramientas legales, como el Acuerdo de París ratificado en 2015, donde se llegó al acuerdo de mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los dos grados centígrados por encima de los niveles pre-industriales (y si se puede 1,5)". Sin embargo, afirma, "este aumento de entre 1,5 y 2 grados va a tener efectos en el mar".

Desde el Centro de Investigación Mariña de la UVigo, la investigadora recuerda que "hay estudios que proponen que adaptar el manejo pesquero al cambio climático puede ayudar a mitigar muchos de los impactos negativos a la pesca".

Así, explica, se ha señalado que "si se toman en cuenta los cambios de distribución de las especies marinas y de su productividad, se podrían aumentar las capturas y los beneficios económicos en comparación con los actuales hasta un 60-65%, bajo los dos escenarios climáticos menos severos (RCPs 4.5, 6.0). Esto incluye cooperación entre países vecinos e intervenciones de adaptación a cambios ambientales cada cinco años. Claro, siempre va a haber países que necesitarán encontrar otras soluciones, ya que estas acciones no serían suficientes. Sin embargo, los resultados indican que en todos los casos es mejor tomar estas medidas que seguir con business as usual".

Además de los efectos directos del cambio climático sobre los peces, "en las costas atlánticas se han observado cambios biogeográficos y en la composición de los bosques de macroalgas". De manera general, puntualiza, "se detecta un retroceso de especies cuyo óptimo se encuentra en aguas más frías y un aumento de otras típicas de aguas más cálidas. Parece que es más recurrente la presencia de peces subtropicales en costas gallegas".

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