Una reunión entre los responsables de la Policía Nacional de las diferentes comisarías gallegas ha servido para dar la voz de alarma. Varias bandas de ladrones compuestas por individuos procedentes de Europa del Este, en algunos casos, y de Sudamérica, en otros, están en estos momentos operando por distintos enclaves de la comunidad autónoma. La Comisaría de Pontevedra maneja información que apunta a un posible desplazamiento de los cacos desde los enclaves en los que están cometiendo los asaltos a viviendas en estos momentos (especialmente A Coruña y Santiago de Compostela) hacia el Sur, por lo que solicita la colaboración de todos los vecinos de Pontevedra para evitar, en la medida de lo posible, que estos individuos consigan sus objetivos.
La Policía pide que "no se falicite la entrada o salida de los edificios a personas ajenas a los mismos", dado que son grupos que trabajan principalmente en zonas urbanas. Añade, además, que "exijan acreditación a representantes de servicios técnicos o similares". Incide, al mismo tiempo, en la importancia de comprobar que las ventanas queden bien cerradas y que las puertas se aseguren a través de al menos dos vueltas de llave. "De lo contrario, será muy fácil para ellos acceder a través del método del resbalón".
Otra medida de seguridad que aconseja la Policía tiene que ver con la no publicación en redes sociales de comentarios acerca de los viajes o días de ausencia, un aspecto que recomienda hacer extensivo a los menores, "los grandes usuarios de esas redes".
Junto a todo lo anterior, la Comisaría Provincial de Pontevedra considera "fundamental" dar la voz de alarma a la Policía Nacional "si se ve a gente extraña merodeando en su calle". Pide que se llame inmediatamente al 091. Solicita, además, que "se alerte ante cualquier sonido sospechoso o actividades poco comunes procedentes de automóviles o de personas extrañas que se encuentren alrededor de las viviendas o del vecindario".
El comisario saliente, Manuel Bouzas, que dejó su cargo por jubilación hace escasas fechas, advirtió de la presencia de este tipo de bandas y destacó que se trataba del principal problema que iban a afrontar sus sucesores en Pontevedra.
La última huella de su presencia fue hace escasos meses, con la detención de un grupo criminal de origen georgiano.
