El piloto de la 'goma' en la que murió un narco había sido condenado en Pontevedra

Francisco Javier Otero Magdalena es un habitual del tráfico de hachís en el Estrecho ►Su lancha fue arrollada por accidente en una persecución
Una patrullera alcanzando a una narcolancha y el grovense Otero Magdalena. DP
photo_camera Una patrullera alcanzando a una narcolancha y el grovense Otero Magdalena. DP

En la tarde del domingo, la edición digital de este periódico avanzaba la noticia de un grave accidente marítimo ocurrido en aguas del Estrecho en el marco de una persecución. Una lancha tipo Águila del Servicio de Vigilancia Aduanera seguía de cerca a una narcolancha que, según las primeras hipótesis, acudía para ofrecer apoyo a otra, aportándole garrafas de combustible. En el siniestro falleció uno de los tripulantes de la embarcación ilícita, un joven vecino de La Línea de la Concepción que viajaba en la parte trasera. Una maniobra brusca efectuada por parte del piloto de la goma propició la colisión, pues la patrullera de Aduanas no consiguió frenar a tiempo y acabó embistiendo a la planeadora que estaba siguiendo. El piloto, según fuentes conocedoras del caso, sería el grovense Francisco Javier Otero Magdalena, todo un especialista en la materia con numerosos antecedentes y una condena dictada en 2015 por la Audiencia Provincial de Pontevedra, que consideró probado que intentó transportar 4.200 kilos de hachís desde Marruecos hasta la Península Ibérica.

Los hechos, según explicaron fuentes oficiales de la Agencia Tributaria, se produjeron sobre las 15.00 horas del domingo, en un día con mala mar ante la llegada de borrascas procedentes del Atlántico. La colisión se produjo en aguas cercanas a la provincia de Málaga, y el impacto resultó letal para el citado joven linense. En la lancha, además de Otero Magdalena, viajaba un segundo gallego y otro vecino más de La Línea. Todos ellos fueron rescatados por el Servicio de Vigilancia Aduanera, que les trasladó a puerto ya en calidad de detenidos por un delito de contrabando, al hacer uso de una embarcación que, por sus dimensiones, no puede ser empleada para nada distinto que el tráfico de sustancias estupefacientes. Ninguno de ellos, en principio, sufrió lesiones de consideración.

Otero Magdalena lleva tiempo operando en la zona de Málaga. Allí se alojó, por ejemplo, antes de llevar adelante el intento de narcotransporte por el que acabó siendo condenado en Pontevedra, que comenzó tras un encuentro con un ciudadano marroquí en Algeciras, un viaje a Nador (Marruecos) a bordo de un BMW y el posterior regreso, ya en lancha, con las 4,2 toneladas de hachís. En aquel caso, los magrebíes le habían pagado 30.000 euros por su viaje, y otros 20.000 a uno de sus socios, José Carlos Prol, también condenado en su momento. El plan trazado era transportar las sustancias desde el Norte de África hasta las Islas Baleares, pero los acusados fueron cazados entonces frente a las costas de Benidorm.

Aquel juicio también sirvió para conocer que personas afincadas en Valença do Miño se dedicaban a la venta de esta clase de embarcaciones para el narcotráfico, aunque no se logró acreditar su implicación en los hechos.

En cuanto a Otero Magdalena, es el paradigma del reincidente y el ejemplo de que las penas que se imponen a estas personas no son en absoluto ejemplarizantes para ellos: cumplió una parte de los tres años y medio a los que fue condenado y, de forma casi inmediata, volvió a traficar. Estas son las consecuencias.

Gran peligro. Persecuciones todos los días
El fallecimiento de un joven narcotraficante de La Línea en la persecución del domingo pasado es solo una consecuencia más del grave problema que persiste en el Estrecho. Una legislación titubeante (más aún ahora que algunos países apuestan por legalización parcial del cannabis) y el arraigo y el respaldo de una buena parte de la sociedad a esas prácticas, en especial en el Campo de Gibraltar, convierten la zona en un campo minado. La lancha conducida por el pontevedrés y que fue embestida en el accidente que resultó fatal es solo un ejemplo de lo que sucede en el área día tras día, y ello es así a pesar de la gran presencia de las autoridades en la zona.

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