Piñas, plásticos o latas: el belén más sostenible está en Monte Porreiro

El CEP Marcos da Portela estrena cada año un nacimiento artesanal con movimiento que incluye musgo recogido hace más de 20 años
Alumnado del colegio Marcos da Portela visitando el nacimiento. DAVID FREIRE - Belén sostenible de Monte Porreiro
photo_camera Alumnado del colegio Marcos da Portela visitando el nacimiento. DAVID FREIRE

Ya casi ni se acuerdan de cómo comenzó esta historia que desde hace unos cuantos años las une en las semanas previas a la Navidad. María del Carmen Otero, profesora de Religión del CEP Marcos da Portela, y María Jesús Acevedo, cuyos hijos son exalumnos de este colegio de Monte Porreiro, son muy aficionadas a las manualidades y un buen día decidieron unir fuerzas y crear un espectacular belén artesanal en el que la principal condición es que todos los materiales son reciclados o reutilizados.

María del Carmen y María Jesús, las principales artífices del belén. DAVID FREIRE
María del Carmen y María Jesús, las principales artífices del belén. DAVID FREIRE
 

"Temos o traballo repartido", explica la docente. "Eu son a arquitecta, María Jesús fai as figuriñas e os nenos encárganse do papel". "Levamos moitísimos anos e cada ano facémolo dun material distinto, pero sempre reciclando. Fixémolo de piñas, de cornetes de papel de periódico, de latas...". "El año pasado utilizamos plásticos", apunta María Jesús, en consonancia con el proyecto educativo que estaban desarrollando en el centro. Aunque esa edición no fue su favorita, "o do plástico ía moi acorde co proxecto do cole, Ollo co plástico", subraya Ángeles Crespo, jefa de estudios del colegio.

"Ten moito valor, tanto pola arte como por traballar acorde co noso proxecto de reciclaxe. "Hai que ver como coida o detalle de todo, os botóns, o esmero do vestiario, que cada ano vai cambiando. É impresionante", añade.

Imagen del belén sostenible de Monte Porreiro. DAVID FREIRE

El nacimiento ocupa unos siete metros cuadrados en un rellano de la escalera que baja al sótano que ya se ha convertido en punto de peregrinación para el alumnado. Las montañas son de papel arrugado y pintado y la cobertura está hecha con musgo, pero que nadie se asuste, pues fue recogido cuando era una costumbre perfectamente legal y aceptada. "O musgo é natural, pero ten vintepico anos. Está seco e gárdase en caixas dun ano para o outro", subraya María del Carmen.

Lo que también se guarda de un año para otro es el pequeño tendal de madera e hilo y las herramientas, como guadañas y martillos, de madera y metal, "cada vez más difíciles de conseguir".

Imagen del belén sostenible de Monte Porreiro. DAVID FREIRE

Este año las figuras están elaboradas con latas de conserva. "También se trata de no comprar nada –destaca María Jesús–. Lo único, las bolas de poliespán para hacer las cabecitas y la silicona para pegar las piezas. El resto es todo reciclado. Trocitos de telas que quedan por casa, botoncitos, tapones, tapas de colonia para los gorros de los Reyes Magos...". "As luces son feitas cos cables dos cargadores de móbil e bombilliñas led", apunta María del Carmen.

Con esos cables también se confecciona el sistema que mueve las aspas del molino, mientras que el río tiene movimiento gracias a un circuito cerrado y una pequeña bomba que hace circular el agua. Eso es, sin duda, lo que más llama la atención de los escolares.

Alumnado del colegio Marcos da Portela visitando el nacimiento. DAVID FREIRE

"Diseño el belén en función de lo que me apetezca –dice Acevedo–. Cada año intento hacer una cosa distinta. Creo que en ningún belén se vio una embarazada, pero el año pasado la incluí, porque me hacía ilusión. Otro año puse un calvo y este una pescadora, que dije que tenía que ser mujer, y otra chica con un carrito de bebé.A mis amigas las vuelvo locas, me guardan todo lo que pueden".

El nacimiento se completa con los imprescindibles Jesús, María y José, un establo y personajes como una alfarera o una pastora. Sobre las montañas hay casas elaboradas con bricks, que llevan lucecitas led en su interior. "Rompemos moito a cabeza porque se nos van acabando as ideas. A ver que facemos o próximo ano!". Los alumnos van pasando a visitarlo por turnos, pero también acuden durante los recreos. A todos les llama mucho la atención, pero caso aparte es de Gael, un muchacho que, ni corto ni perezoso, al comprobar que en el nacimiento faltaban la mula y el buey corrió a su aula a buscar las figuritas para ponerlas en el lugar que les corresponde, "para que caliente al niño, que sino tiene frío".

El de piñas "quizás fue uno de los más bonitos. Lo ofrecí al centro de día de Marín, donde está mi padre –apunta–. Se llevaron el de piñas y esta año el de los carozos".

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