Los militares tienen por costumbre bautizar cada una de las acciones que llevan a cabo, máxime si el escenario está fuera de un recinto castrense. El plan de choque articulado a nivel nacional a raíz de la Covid-19 se denomina operación Balmis, en honor al médico militar que llevó la vacuna de la viruela desde Europa a América.
La organización de los efectivos a nivel local se enmarcan dentro de la operación Salvany (cirujano ayudante de Balmis en la Expedición Filantrópica de la Vacuna). Y una tercera pata de ese despliegue es la operación Finisterre, que este miércoles se puso en marcha, y que consistirá en la desinfección de 55 localizaciones de la provincia.
Limpieza en el patio exterior de la cárcel de A Lama. CEDIDA
La prisión de A Lama fue el lugar elegido para inaugurar este despliegue, que llevará a los militares la Brilat por residencias de mayores, centros sanitarios, supermercados, polideportivos... En su labor, la compañía NBQ con sede en Figueirido cuenta, desde el martes, con el apoyo de personal y equipos del Regimiento NBQ Valencia nº1 y de la Unidad de Servicios Cid Campeador de Burgos.
La intervención en el penal pontevedrés se desarrolló durante toda la mañana y consistió en la desinfección de prácticamente todas las instalaciones, desde el patio exterior hasta el interior de los módulos (celdas incluidas), entre los aplausos de los internos.
La desinfección llegó hasta los pasillos y el interior de los módulos. CEDIDA
La subdelegada del Gobierno aclaró que en la cárcel de A Lama no se había detectado ningún positivo por coronavirus hasta la fecha, por lo que esta actuación tenía carácter puramente preventivo para reforzar la lucha contra posibles contagios.