Pontevedra reúne el doble de centenarios que hace una década

La provincia tiene un 69% más de jubilados que de menores de 16 años ►La población en edad de trabajar se redujo un 7,3% desde 2010
Gente paseando por A Ferrería. GONZALO GARCÍA
photo_camera Gente paseando por A Ferrería. GONZALO GARCÍA
La inversión de la pirámide poblacional no es un futurible, es un hecho. Las franjas de mayor edad aumentan en número casi a velocidad crucero, mientras las más jóvenes avanzan a ralentí, con mucho menos peso que hace unos (cuantos) años.

La provincia pontevedresa cerró el año pasado con 623 centenarios, un 146% más que los que se contabilizaban hace una década. Y no es el único ejemplo cercano. En Galicia este crecimiento ha sido del 104% (hasta llegar a las 1.834 personas con cien o más años) y en el municipio pontevedrés del 68% (hasta llegar a los 42 centenarios, el triple que a principios de siglo).

Las estadísticas no entran a valorar los factores de esta evolución demográfica, pero la mejora de la calidad de vida y los avances de la sanidad están claramente detrás de este fenómeno, que se extiende a otras capas poblacionales de la parte alta de la tabla. Según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), en los últimos diez años el grupo de población de más de 85 años ha aumentado en la provincia un 51% y el de 65 años o más un 19%.

El ensanchamiento de estas franjas ha ido acompasada de la bajada de otras con menor edad. El segmento de población activa, que va de los 16 a los 64 años, ha bajado un 7,3% desde 2010 y el grupo poblacional con menos de 16 años ha descendido un 3%. El resultado de esta metamoforsis es una población más envejecida, en la que tienen más peso los jubilados que la población infanto-juvenil.

POBLACIÓN ACTIVA. Hoy uno de cada cuatro pontevedreses (el 23%) está retirado del mercado laboral o al menos en edad de jubilación (con más de 65 años). Exactamente, los registros poblacionales del IGE sitúan en la provincia a 215.692 personas en esta horquilla etaria, un total que representa un 69% más que los jóvenes con menos de 16 años (134.461 habitantes). A principios de los 2.000 ya existía esta diferencia, pero era mucho más leve e incluso rondaba el empate. Los que peinaban canas representaban el 16% y los menores de edad (por debajo de los 16) un 15%.

La población en edad de trabajar, de 16 a 64 años, se ha mantenido más o menos estable en términos porcentuales, y actualmente representan un 64% del censo total. Sin embargo, en números absolutos se percibe un notable descenso, pasando de los 649.060 pontevedreses que se contabilizaban en 2010 con estas edades a los 601.793 de 2020. Las jubilaciones sin relevo y las emigraciones con carácter laboral parecen han pasado factura a esta franja, así como el propio adelgazamiento de la masa poblacional. La Pontevedra de hoy reúne 945.408 habitantes, 17.064 menos que hace una década.

EDAD MEDIA. Los flujos demográficos han hecho que la edad media se deforme al alza, de forma gradual y constante desde que existen registros. Actualmente la provincia dispone de una edad media de 45,88 años, tres más que hace una década y unos cuantos más que al inicio de la democracia. En 1975 el promedio era de 32,84 años (debido a la mayor tasa de mortalidad).

A nivel local, las estadísticas más recientes corresponden al año 2019. Según estas, el municipio de Pontevedra sigue siendo la ciudad gallega más joven, con un promedio de edad de 44,46 años, pero la media ha subido dos puntos desde 2014 (cuando era de 42,77 años). Le siguen en el ranking de urbes más lozanas Santiago de Compostela (45,37), Lugo (45,48), Vigo (45,52), A Coruña (46,68), Ourense (47,29) y Ferrol (48,99).

MUJER Y CON CUARENTA. A nivel de sexos, se puede decir que Pontevedra se decanta a favor de las mujeres, aunque es una inclinación muy ligera. Según los datos del IGE, en la provincia hay 488.956 mujeres (que representan el 51,7% del total) frente a 456.452 hombres (48,3%).

Donde sí se percibe mayor diferencia es en las franjas de edad más elevadas. En la población, por ejemplo, con más de 85 años, el número de féminas (25.758) duplica al de varones (11.902).

A nivel de franjas de edad (de ambos sexos), la que va de los 40 a los 45 años es la más numerosa de todas con 83.570 pontevedreses, seguida de la que va de los 45 a los 49 años (79.747). Además, las estadísticas dejan ver que son más los que navegan en la cincuentena (140.556) que los que se encuentran en la treintena (116.619), otro factor que abre interrogantes sobre el relevo generacional.


La esperanza de vida sube hasta los 83,58 años
El envejecimiento de la población va parejo de un aumento de la esperanza de vida de los pontevedreses hasta los 83,58 años (según la última valoración hecha en el año 2019). La cifra implica una subida de dos puntos respecto a hace una década y de cuatro puntos respecto a 1.999.

En comparación al resto de provincias, Pontevedra ocupa el puesto número 20 de un total de 50. De todas, la que obtiene mejor resultado es Madrid con una esperanza vida al nacer de 84,99 años.

Ellas viven seis años más
La media provincial tiene en cuenta ambos géneros, pero si se hace distinción de sexos se puede ver que las mujeres tienen unas previsiones más optimistas. En su caso, la esperanza de vida llega a los 86,42 años, mientras que en el caso de los hombres la estimación se queda en los 80,62 años.

Previsiones a partir de 65
Como no podía ser de otra manera, la esperanza de vida a los 65 años también ha subido hasta los 21,76 años, tres puntos más que en 1.999.

Casi diez muertes por cada 1.000 habitantes
La tasa bruta de mortalidad descendió unas décimas entre 2018 y 2019 hasta las 9,95 defunciones por cada 1.000 habitantes . No obstante, se trata de un indicador que por norma general fue ascendiendo desde los años 70, debido al aumento de población que se registró hasta hace unos años. En 1982, por ejemplo, el índice se situó en los 7,74 defunciones por cada 1.000 habitantes, el porcentaje más bajo de la serie histórica.

Las mujeres tienen su primer hijo a los 32 años y solteras

La tasa de natalidad es de 6,30 nacidos por 1.000 habitantes, tres veces menos que en los años 70

El perfil de las mujeres que son madres también se ha transformado en los últimos años por distintas razones socioeconómicas y laborales. Entre ellas, las dificultades para encontrar un trabajo estable y moldeable a la conciliación familiar, algo que, junto a otros hándicaps, han retrasado la edad media de la maternidad o reducido el número de hijos.

Según los últimos datos del INE (correspondientes a 2019), las pontevedresas tienen a su primer hijo a los 32 años, una edad que no ha parado de subir desde que existen registros. En los años 70 esto ocurría a los 23 años, en los 80 a los 24-25, en los 90 a los 26-28 y en los 2.000 a los 29-30. Las estadísticas reflejan que hay casos en los que la maternidad se presenta incluso pasados los 50 años (con 0,52 nacimientos por cada 1.000 mujeres).

Otro indicador que no ha hecho más que subir es el de madres que dan a luz sin estar casadas, que ya representan el 52,50% del total. Todo lo contrario que ocurría hace 40 años, cuando ese porcentaje se quedaban por debajo del 6%.

HIJOS POR HABITANTE. Entretanto, la tasa de natalidad continúa desplomándose. Según los últimos datos del INE (correspondientes al año 2019), el índice se ha situado en los 6,30 nacimientos por 1.000 habitantes, un nuevo récord a la baja.

En 1976 la tónica era muy distinta y se alcanzaban los 20,09 puntos, pero desde entonces la proporción fue bajando de forma paulatina. Solo hubo una excepción: finales de los años 2.000, antes de que explotara la burbuja inmobiliaria, cuando (entre 2007 y 2009) la tendencia dio un giro y se rompió con el descenso de los ejercicios anteriores, llegando a los 9,52 nacimientos por 1.000 habitantes.

De igual modo, la tasa de fecundidad ha descendido hasta los 29,33 nacimientos por cada 1.000 mujeres, un 62% menos que en los años 80.

MENOS BEBÉS QUE NUNCA. La situación ha hecho que por primera vez desde que se recopilan este tipo de datos, la provincia de Pontevedra haya cerrado los pasados enero y febrero con menos de 400 bebés al mes. En concreto, en el primer mes del año se registraron 399 partos, un 18% menos que en 2020, y en febrero un 19% menos (370).

En marzo las cifras experimentaron una leve mejoría, pero aun así Pontevedra cerró el primer trimestre de 2021 con un descenso del 10,5% en el número respecto a 2020, algo que también ha sucedido en A Coruña (-11,7%), Lugo (-7,9%) y Ourense (- 9,2%).


Solo 39 parejas decidieron casarse en el primer semestre de 2020

Uno de cada cuatro matrimonios que se divorciaron en la provincia en ese intervalo llevaba casado entre 20 y 29 años

La covid desbarató los planes de cientos de parejas de la provincia que pensaban unirse en matrimonio el año pasado. Los cierres perimetrales, las limitaciones de aforo y el miedo al contagio, obligaron a posponer los enlaces, reduciendo el número de bodas a mínimos históricos.

Las cifras publicadas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no hacen más que corroborar este efecto colateral de la pandemia. En el municipio pontevedrés se casaron en el primer semestre del año pasado 39 parejas, la cifra más baja de la que se tiene constancia. En marzo solo tuvieron lugar cinco enlaces y con toda probabilidad antes del día 14, cuando se decretó el estado de alarma y el confinamiento. En abril no hubo ninguno, en mayo solo uno y en junio nueve, una cifra anecdótica en comparación a las bodas que se suelen celebrar en verano.

A nivel provincia, se registraron 576 matrimonios: 132 en enero, 159 en febrero, 91 en marzo, 9 en abril, 24 en mayo y 161 en junio, mes en el que el 98% de los enlaces fueron civiles. Aun así, según el INE, la tasa de divorcios bajó levemente en los últimos años hasta las 0,24 separaciones por habitante. De estos, el 23% llevaban casados entre 20 y 29 años, el 16,88% entre 5 y 9 y el 16,43% 30 años o más.

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