Primera sentencia firme para el presunto capo Juan Carlos Santórum

El Supremo confirma que el supuesto jefe del clan que organizó el alijo de 4.500 kilos de coca del Karar recibía chivatazos de dos guardias civiles
Santórum (d) y los dos agentes,  en el juicio. G. GARCÍA
photo_camera Santórum (d) y los dos agentes, en el juicio. G. GARCÍA

Dos años y tres meses de prisión por hacer de enlace entre los dos guardias civiles corruptos y los narcotraficantes. Esos son los hechos que, tras la valoración del Tribunal Supremo, cometió el ahora presunto capo de la droga (y prófugo) Juan Carlos Santórum. Así acreditó la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra, que asegura que hasta 2013 recibió información acerca de operaciones que se estaban desarrollando en el corazón de la Comandancia pontevedresa, que le llegaba a través de dos agentes que también resultan condenados en firme: Javier S., ex miembro del Equipo Contra el Crimen Organizado de Galicia, y Diego F., antiguo integrante de la unidad de Patrimonio de la Policía Judicial del acuartelamiento de la ciudad del Lérez.

La sentencia considera acreditado que los dos agentes lograron apoderarse de más de 2.000 archivos, entre los que se hallaban datos de "fuentes vivas" del Instituto Armado, y añade que se los hicieron llegar a Santórum. Los datos eran extraídos por el integrante del equipo dependiente de la Unidad Central Operativa (Uco) que, a su vez, se los entregaba al que estaba destinado en la Unidad Orgánica de Policía Judicial.

Entre las investigaciones que fueron seriamente perjudicadas por los chivatazos de los dos agentes se halló la operación Vitriolo, una trama internacional de narcotráfico a través de contenedores de cuya sentencia se dio cuenta recientemente con dos vecinos de Pontevedra entre los condenados. ç

Por aquel entonces, en 2013, los investigadores sospechaban de las actividades de Santórum, pero no pensaban que podía llegar a organizar transportes como el que ahora se le atribuye (4.500 kilos de cocaína) y por el que permanece huido de la Justicia.

En concreto, y tras el estudio de los recursos de las distintas partes implicadas, los tres investigados resultan condenados en firme por delitos de revelación de secretos, siendo absueltos de integración en grupo criminal.

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