"Quedáronme preto de 3.000 litros de viño enriba; terei que regalalos"

José María Fernández Cortizo solo pudo abrir su furancho de Marcón durante seis días en marzo. Ahora descarta su reapertura por cuestiones de seguridad
Cortizo en la bodega de su furancho, Casa da Luga. GONZALO GARCÍA
photo_camera Cortizo en la bodega de su furancho, Casa da Luga. GONZALO GARCÍA

José María Fernández Cortizo abrió su furancho de Pintos, en Marcón, el pasado 5 de marzo. Después de seis días abierto lo cerró como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. Aunque las fases de la desescalada lo permitieran, en Casa da Luga, el nombre con el que se conoce su "loureiro", no se servirá más vino. "Quedáronme preto de 3.000 litros de viño enriba. Non sei que facer con eles. Terei que regalalos", comenta este furancheiro. "E coma min están moitos outros", señala.

El de Fernández Cortizo es uno de los 22 establecimientos de este tipo que están censados en Pontevedra. La temporada de apertura, que había empezado el pasado 1 de enero, está a punto de acabar. El próximo 30 de junio se cerrará la campaña para la venta de los excedentes de cosecha.

Los furanchos pueden abrir durante tres meses con horario limitado entre el 1 de enero y el 30 de junio

Aunque la Xunta permite ampliar la actividad de los furanchos hasta el 31 de julio a petición de la Asociación de Furanchos y Laureles y Viticulores de Pontevedra, el Concello mantendrá el tope que marca la ordenanza municipal. Así lo confirmó el concejal de Urbanismo, Xaquín Moreda, que explicó que una prórroga implicaría la modificación del reglamento, una opción que se no contempla.

Lo que sí se permitirá es que los 17 furancheiros que habían solicitado permiso de apertura antes de que se decretase el estado de alarma podrán acabar la temporada si tramitan la correspondiente solicitud y las autoridades permiten que se retome la actividad en los "loureiros", que tendrían que limitar aforo y extremar las medidas de higiene y desinfección.

La normativa, que entró en vigor en 2013 y que se modificó en 2016, establece que los furanchos pueden abrir durante tres meses con horario limitado entre el 1 de enero y el 30 de junio. La ordenanza también prevé un límite de tapas: tablas de embutidos y quesos, tortilla, pimientos de Padrón y otros dos platos a elegir entre oreja o chorizo y zorza o raxo.

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