Y el coronavirus no pudo con Sus Majestades de Oriente

Melchor, Gaspar y Baltarsar recorrieron Pontevedra a lo largo de todo el martes en una iniciativa del Concello que comenzó con algún percance y retraso, pero que cumplió con el objetivo de celebrar la jornada en plena pandemia
Baltasar saluda  la gente por el centro de Pontevedra. RAFA FARIÑA
photo_camera Baltasar saluda la gente por el centro de Pontevedra. RAFA FARIÑA

A pesar de la pandemia, los Reyes Magos cumplieron con la tradición y vinieron a Pontevedra la víspera del 6 de enero. Lo hicieron con mascarilla, distancia de seguridad, recorriendo calles y plazas en vehículos motorizados, sin detenerse. No hubo recepción real, ni cabalgata, ni reparto de caramelos para evitar aglomeraciones y posibles contagios. A cambio, la comitiva real visitó por primera vez los barrios y las parroquias. "Os nenos e nenas de Pontevedra non podían quedar sen Reis", dijo el alcalde.

Las sirenas de los coches de la Policía Local anunciaron, pasadas las once de la mañana, la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar a la Praza de Galicia, una de la pocas paradas de esta denominada "cabalgata deconstruída". Los esperaban Miguel Anxo Fernández Lores y la concelleira de Festas, Carme da Silva. Llegaron con algo de retraso debido a un problema mecánico en uno de los vehículos que los transportaban, cuando iban a Monte Porreiro, a primera hora de la mañana, lo que obligó a uno de los monarcas a desplazarse durante parte del recorrido en un coche convencional. "Hai que lembrar que os Reis son magos, non mecánicos", justificaba Carme da Silva.

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También comenzaron su recorrido por las parroquias de la ciudad, en este caso en coches adornados con unas enormes coronas, con alguna incidencia y algo de retraso, un problema que afectó sobre todo a la parroquia de Lérez, donde los niños que los esperaban aguantando el frío a primera hora no pudieron verlos. Por la tarde, los problemas se habían solventado y el objetivo de celebrar la jornada en plena pandemia, también con los espectáculos de calle que realizaron a lo largo de todo el día ocho grupos de animación (Charanga OT, La Fiesta Escénica, Pablo Méndez, Artmonium, Charanga Mil9, Rivel, Barafunda y Troula Animación), se daba por conseguido.

"Non podiamos faltar a esta cita con Pontevedra", explicaba Gaspar a los periodistas que se congregaron en la Praza de Galicia para recibir a Sus Majestades de Oriente. "Tiñamos moito medo de que non nos convidaran, pero o alcalde ata nos enviou uns coches especiais para poder vir. Por primeira vez, os pontevedreses non van ter que ir ver aos Reis, imos ir os Reis a velos a eles. Pasaremos por todas as rúas, para que os veciños e veciñas estean tranquilos e seguros. O coronavirus non vai poder coas súas Maxestades", avanzaba el Rey Mago. "Levamos percorrendo a cidade dende as nove da mañá e seguiremos todo o día, ata as nove da noite. Ningún neno ou nena quedará sen saudar", insistía Gaspar. "Coidádevos moito, que o ano que vén seguro que volvemos ter unha cabalgata longa".

ESFUERZO. Exactamente lo mismo que Gaspar, que el año que viene volviese la tradicional cabalgata de Reyes, fue lo que deseó el alcalde. "Neste ano diferente supuxo un esforzo moi grande esta actividade, pero tiñamos que facela porque os nenos e as nenas portáronse de marabilla, sobre todo no confinamento", contó Lores. "Ademais, a cativada das parroquias este ano, por primeira vez, tamén vai poder ver aos Reis aínda que sexa para saudalos mentres pasan no coche".

La velocidad a la que se movieron sus Majestades para evitar concentraciones de gente a su alrededor y la dificultad para saber donde estaban en cada momento disgustaron a algunos padres que este martes criticaron, tanto a pie de calle como a través de las redes sociales, la propuesta del Concello, que insistió en recordar que la alternativa a la cabalgata se realizó buscando la mayor seguridad sanitaria posible y que, además de disfrutarlo por la calle, la idea era que se hiciese desde ventanas y balcones. Pero se ansía la normalidad. Lo dijo el alcalde, al ser preguntado por lo que pedía a los Reyes: "O mesmo que calquera con sentido común: que sexamos capaces de acabar co bicho este e que poidamos volver facer unha vida normal".

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