Una treintena de familias de la Rúa das Olivas vienen demandando al Concello desde hace cuatro años la instalación de la traída de aguas. En su día formularon esta reivindicación mediante un escrito avalado con las firmas de la totalidad de los residentes en este vial de Marcón que le entregaron al concejal Demetrio Gómez Junquera. En vista de que su petición no ha sido atendida durante este tiempo han vuelto a plantearla a la Administración local, a la que reiteran que todos los residentes se comprometen a engancharse a la traída municipal.
La falta de este servicio básico obliga a los afectados a disponer de pozos artesanos, algunos de ellos con agua que no es apta para el consumo. En el caso de Leticia Herrero, ha tenido que construir un segundo pozo porque el primero no tenía el caudal necesario. "Cuando llega el verano nos encontramos con muchos problemas de escasez en el suministro, una situación que incluso provoca fallos en el sistema de bombeo y eléctrico".
Según los afectados, en la entrevista que habían mantenido con Demetrio Gómez, éste les indicó que era necesario resolver algunas cuestiones técnicas como la de salvar las cotas del terreno para garantizar el suministro por gravedad y evitar tener que instalar un sistema de bombeo. En una reciente entrevista, el edil nacionalista les comunicó que este asunto estaba resuelto pero que la Rúa das Olivas tenía que esperar a que le llegase su turno en la planificación que tiene el Concello para dotar a las parroquias de la traída municipal, una espera que podría oscilar entre los dos o los tres años, un plazo que los residentes en la Rúa das Olivas consideran exagerado y que se sumaría a los cuatro años que ya han transcurrido desde que efectuaron la petición al Concello.
"La Rúa das Pereiras, un vial perpendicular a nuestra calle, ya tiene traída que está a unos 50 metros de nuestras viviendas", explica Leticia Herrero, que entiende que la actuación que están reclamando no resultaría muy compleja ni costosa.
La Administración local planteó a los residentes la posibilidad de que acometiesen ellos directamente las obras, una opción que los vecinos descartaron de inmediato por el elevado coste que les supondría esta actuación y que no estarían dispuestos a asumir.
