El sector de las bodas pide concreción y ayudas para aliviar "un año perdido"

La asociación de profesionales de eventos afirma que los enlaces no pueden celebrarse con restricciones, por lo que demanda amparo
Desfile de vestidos de novia en el salón Si Quero. GONZALO GARCÍA (ADP)
photo_camera Desfile de vestidos de novia en el salón Si Quero. GONZALO GARCÍA (ADP)

"Un año perdido". Así se resume, en general, la situación provocada por la pandemia del coronavirus en el sector de las bodas y eventos. Ni primeras comuniones a lo grande, ni pomposos banquetes ni, tampoco, bodas. Una situación a la que tampoco se ve fin, debido a la incertidumbre de la desescalada, pero que, por lo pronto, ha llevado a numerosas parejas a aplazar su enlace hasta el otoño o, directamente, a 2021.

Es por eso que profesionales de bodas y eventos de Galicia piden al Gobierno de España que aclare si la celebración de bodas a la que se refiere la norma en la fase 2 y 3 es para la realización de la ceremonia o para el banquete y que anticipe "las fechas, aforos y las medidas claras", ya que "son eventos sociales que conllevan una gran responsabilidad". En un comunicado, la asociación detalla que "una boda es una celebración que consta de tres grandes momentos: la ceremonia, el banquete y la fiesta" y no se pueden celebrar "con restricciones" pues "las parejas que se casan quieren estar con sus familiares y amigos durante todo este proceso".

Estadística. Octubre, uno de los meses favoritos para el 'sí quiero'
Aunque muchas parejas están optando por aplazar sus bodas al mes de octubre, no se trataría de una novedad en la estadística.

Según datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), en 2018 se celebraron 261 enlaces en el municipio de Pontevedra, el 76% de ellos civiles. Octubre fue, con 40, en el que encabezó la lista de ese año, seguido de septiembre (38), junio (35) y julio (28). Del otro lado figuran febrero y abril, con solo nueve cada uno.

El 94% de bodas, civiles
Los de 2018 son los últimos datos disponibles del año completo, pero el IGE sí ofrece cifras del primer semestre de 2019. Así, en lo referente a la provincia de Pontevedra, en marzo del año pasado se celebraron 191 bodas, en abril 180, en mayo 308 y en junio 359, la amplia mayoría de ellas heterosexuales.

Por tipo de enlace ganan las civiles por goleada. De enero a marzo hubo 429 bodas (el 94% de ellas civiles) y entre abril y junio se celebraron otras 839 (solo el 15% por el rito católico).


Debido a la pandemia del coronavirus, "más de 17.000 bodas ya han tenido que ser anuladas en España. Si las medidas de contención adoptadas para hacer frente a la actual situación se extienden hasta agosto, la previsión es que las bodas afectadas puedan alcanzar las 100.000", indican.

Una situación, señalan, que afectaría a 100.000 parejas que llevan organizando su boda desde hace más de un año y a más de 50.000 empresas y profesionales al servicio de estos eventos.

En esta línea, demandan que se tenga en cuenta que "es en estos meses de abril a octubre cuando se concentra el 80%" de su facturación anual, "de un consumo primario de más de 3.500 millones de euros al año, abarcando a categorías muy distintas como restauración, músicos, fotógrafos, agencias de viajes, wedding planners, floristas, ateliers, decoradores, joyerías, pastelerías y muchas otras".

Por ello, solicitan claridad y un plan con fechas, pues esto "permitirá a los operadores del sector contar con tiempo suficiente para adaptarse y poder estar activos de forma segura desde el primer momento que se decida reiniciar el resto de las actividades".

Además, sostienen que "si las restricciones a la que se verán sometidas las bodas son muy amplias", se debe "prohibir su celebración hasta el momento en que se puedan hacer dentro de un marco de normalidad".

Nuevas medidas. "Nun salón de vodas non son viables"
La llamada nueva normalidad traerá consigo cambios de costumbres y medidas de protección obligatorias en el sector de la restauración, pero hay elementos que en un salón de vodas "no son viables", como las mamparas separadoras o que los camareros sirvan con mascarillas.

Así, Gustavo Sobral, gerente de Mochi, apunta que es factible colocarlas mesas con una separación de metro y medio o reducir el aforo y que acojan a solo cinco comensales en lugar de diez.


También solicitan medidas económicas adaptadas al sector, a autónomos y pequeñas y medianas empresas directamente afectadas por la prohibición de celebración de eventos, "que precisamente han sido impactadas en el momento en que arrancaba la temporada alta de bodas, durante la cual obtienen la mayor parte de su facturación anual".

En esta línea, demandan la moratoria o suspensión de impuestos durante la inactividad forzosa; que se mantengan los Erte; la subvención total del recibo de autónomos en 2020: la aprobación de ayudas específicas para el sector nupcial; la suspensión o reducción de los alquileres de locales o subvencionar los EPI necesarios para la realización de su actividad, entre otras medidas.

La restauración es uno de los sectores más afectados por la situación, tal como explica Gustavo Sobral, gerente de la empresa Mochi. "Perdeuse todo en abril e maio, case todo comunións. As vodas previstas aprazáronse para 2021 e das de xuño, dúas tamén e outra está pendente, porque se celebraría a finais de mes".

De momento alguna de julio y agosto se resiste a borrarse del calendario, aunque casi todas las parejas acaban por mirar al año próximo. "Non queren arriscar, queren casar con bo tempo e, ademais, en outubro está xa ocupado. Prefiren esperar un ano e celebralo con tranquilidade. Confiemos en que sexa así".

El "pau económico" es "importante" para Mochi, que, "a bote pronto", calcula que entre los siete enlaces cancelados por el momento va a perder un mínimo de facturación de 70.000 euros, siendo ya "vodas pequenas". Y es que, aunque se aplacen, los impuestos no se esfumen y siempre con la incertidumbre de qué ocurrirá en los próximos meses.

Y no solo son los casamientos, sin otros "grandes eventos pendientes" en su versión catering, "como era a comida da Festa do Albariño, que está claro que para 800 persoas non vai ser". Mientras, las instalaciones cerradas y la plantilla en un Erte en su totalidad. "Non podemos despedir en seis meses e o nivel de ingresos baixará máis. Hoxe din unha cousa, mañá outra... É unha incertidume total, tanto para nós como para os clientes", lamenta.

Afectados. "Tiña 20 vodas e aprazáronse todas; a primeira da axenda está fixada en setembro"

Fotógrafos, floristerías y agencias de viaje son algunas de las empresas perjudicadas por elfrenazo en las celebraciones

"Ata setembro non teño a primeira voda", explica José Mosquera, del estudio fotográfico Visualgal, que ya vivió con tristeza la primera anulación, el pasado 14 de marzo, con 20 enlaces por delante en la agenda. "Todas están aprazadas para novembro ou para 2021", un año con muchas fechas ya cubiertas. La situación es dramática, pues estos eventos suponen el 90% de su facturación anual, aunque "peor sería se pasase en setembro, a nosa temporada alta", un mes que tampoco se libra de la incertidumbre. "Ninguén vai querer casar con máscara, metro e medio de distancia e sen bicarse. Aínda que abran os restaurantes, unha voda non só é ir sentarse a comer".

En el sector floral pasa otro tanto de lo mismo, como confirma Adriana Colombo, de Tendencias Floristas. "Teníamos cinco o seis bodas y hasta julio está todas canceladas y las de agosto pendientes del restaurante, las de septiembre no se sabe...".

El único resquicio de optimismo lo aporta Héctor Álvarez, de Halcón Viajes. "Las lunas de miel se están aplazando para 2021 o para este mismo otoño. Hay mucha incertidumbre, pero la gente no elimina sus planes y las fronteras tendrán que abrir. Igual en vez de ir al Caribe eligen las islas Canarias".

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