Nuevo avance para la futura circunvalación de Pontevedra, A-57. Después de más de tres años evaluando las distintas opciones de trazado, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publicó este viernes en el BOE la declaración de impacto ambiental del segundo tramo de la autovía, proyectado entre A Ermida (Marcón) y Pilarteiros (Xeve).
El informe hace alusión a tres propuestas de recorrido, de las que prioriza la ejecución de la alternativa número uno. El vial en cuestión tendrá una longitud de cinco kilómetros y transitará por los municipios de Pontevedra y Cerdedo-Cotobade, afectando de forma directa o indirecta a los núcleos de A Cardosa, Corval, O Teso, Leirados, A Ermida, Pilarteiros, Xamín, O Quinteiro, As Pontes y Carabelos.
Al sur conectará con el tramo en construcción de la autovía, que une A Ermida con Vilaboa, y al norte prevé enlazar con el tercer tramo de la A-57, que unirá Pilarteiros con Curro.
El vial contempla la construcción de tres viaductos para "salvar depresiones del terreno, facilitar la integración paisajística y minimizar la afección a edificaciones". Uno de ellos se elevará sobre el Rego de Cardosa, otro sobre el Rego de Xanín, y el tercero, el más largo, sobre el río Lérez.
Además, la obra incluye tres enlaces: uno entre A Ermida y la PO-532 (carretera de Ponte Caldelas), otro intermedio con la N-541 (carretera de Ourense) y un tercero entre Pilarteiros y la PO-223 (carretera de Campo Lameiro).
El impacto
Tras la evaluación de los informes de distintos organismos, el Gobierno central considera que el tramo elegido es el que presenta "menos efectos negativos tanto desde el punto de vista ambiental, como económico, territorial y funcional". No obstante, su ejecución obligará a expropiar 511.557 metros cuadrados a lo largo del recorrido.
Uno de los puntos sensibles será el enlace de Pilarteiros con la PO-223, donde la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia advierte de que existen "numerosas viviendas que podrían verse afectadas" y donde aboga por reajustar el trazado. Además, el propio informe recoge que los vecinos de Bora mostraron su "desacuerdo" con la alternativa 1, al considerar que provocará "afecciones permanentes al núcleo de su parroquia".
La declaración de impacto ambiental también aboga por proteger la fauna y la flora existente, y el patrimonio cultural, en el que se encuentran "dos mámoas del Monte Barburiña".
El tramo fue diseñado para operar a una velocidad de 100 kilómetros por hora, aunque todavía habrá que esperar (bastante) para el inicio de las obras y mucho más para su puesta en funcionamiento. El primer trayecto lleva tres modificaciones de proyecto y casi ocho años de ejecución, y hasta dar salida a los trabajos hay que superar nuevos trámites. Entre ellos, la licitación del proyecto de ejecución y la adjudicación unas obras valoradas en cien millones de euros.