La tercera Uci de Montecelo se llena en unas horas y obliga a crear una cuarta

En 24 horas ingresaron en cuidados intensivos ocho pacientes, lo que ha obligado a crear una nueva unidad de críticos en la sala de Despertar
Urgencias de Montecelo. DAVID FREIRE
photo_camera Urgencias de Montecelo. DAVID FREIRE

"Ni la primera ola, ni la segunda ni siquiera sumando las dos juntas. Esto sube como la espuma". El personal sanitario que corre a cargo de los pacientes covid más graves no da crédito de la velocidad a la que están creciendo los ingresos en las unidades de cuidados críticos.

A cierre de edición, el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés había registrado en 24 horas el ingreso de al menos ocho pacientes críticos, un nuevo récord que se suma al resto de plusmarcas que está batiendo la tercera ola de la covid (a nivel de contagios diarios, casos activos, hospitalizaciones...).

Las últimas entradas han agotado en un abrir y cerrar de ojos la capacidad de la tercera Uci, habilitada en la antigua sala de Reanimación. De hecho, habitualmente dispone de diez camas, pero hasta se ha tenido que recurrir al undécimo box (más pequeño que el resto) para dar salida a la demanda asistencial.

A última hora del jueves estaban ingresados en cuidados críticos 29 enfermos de covid (el Sergas, con datos hasta las 18.00 horas indica que son 25), que ocupan la totalidad de las camas de esta Uci 3, la Unidad de Corta Estancia (reconvertida en Uci 2) y la Uci convencional. El pico de la primera ola, que parecía difícil rebasar antes de las Navidades, ha quedado pisoteado. Entonces el tope fue de 20 críticos simultáneos.

CUARTA UCI. La jefa de Medicina Intensiva, Pilar Posada, advertía en este periódico a principios de semana de que todas las alternativas que implicasen superar la sala de Reanimación serían "malas soluciones", pero ha llegado el turno de recurrir a ellas.

El área sanitaria ha tenido que empezar a una cuarta Uci en la Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA), el departamento en el que se estaba atendiendo a los críticos no covid, derivados ayer a la unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria.

En principio, el CHUP dispone de logística para hacer frente a estos movimientos. El gran hándicap es la falta de personal especializado, ya que los pacientes covid exigen un mínimo de conocimientos sobre el manejo de respiradores y, tal y como avanza la curva de los críticos, algunos ponen en tela de juicio la capacidad del Área para instruir a los posibles refuerzos.

El desvío de pacientes a otros hospitales también está sobre la mesa, tal y como se ha hecho con dos enfermos críticos que han sido derivados esta semana al Hospital Quirónsalud Miguel Domínguez (de los que uno lleva casi tres meses ingresado tras infectarse de covid). El gran escollo en este caso es que el abanico de destinos potenciales es cada vez más pequeño. La mayoría de UCIs respiran igual. Casi sin aliento.

"AGOTADOS". María José Güimil es una de las enfermeras de Reanimación que se ha visto abocada a tratar de frente la covid por tercera vez. Antes de la pandemia su servicio se encargaba de velar por los pacientes sometidos a una operación, un perfil de usuario que quizás es más complicado de atender (por las cicatrices y los drenajes), pero que resulta menos complejo a otros niveles.

El paciente covid crítico no requiere este tipo de cuidados, pero los profesionales deben vigilar de cerca que la medicación fluye como debe para que los pulmones se relajen, "porque si no se despiertan enseguida y se vuelven a poner rígidos". También toman muestras para las analíticas continuas a las que son sometidos estos tipos de enfermos y movilizan las extremidades de los pacientes con mayor sedación. Además, el riesgo de contagio hace que los profesionales tengan que trabajar enfundados en un Epi durante "dos o tres horas seguidas", haciendo que terminen "empapados" en sudor. En definitiva, un no parar con el que "estamos agotados".

Güimil asegura que en las Ucis 1 y 2 las plantillas han sido reforzadas, pero no así en Reanimación, donde se acusa la «falta de personal" y particularmente de trabajadores especializados. Esto hace que muchos profesionales estén doblando turno y renunciando a sus días de descanso para reforzar los equipos. Algunos "no salen de allí".

Con la activación de la cuarta Uci las previsiones no son muy halagüeñas. "No vemos la luz al final de túnel, sino todo lo contrario. Parece que todo está más oscuro".

La edad media de los críticos baja a "entre 50 y 60 años"
La edad media de los casos graves que acaban en las unidades de críticos se ha ido desplomando hasta situarse en una media "de entre 50 y 60 años". El perfil mayoritario es muy distinto al de la primera ola, cuando la mayoría superaba los 70 años. Ahora no es raro ver a gente joven en estas unidades, hasta el punto de que actualmente están ingresado un varón de 27 años, el más joven de los registrados hasta la fecha. También hay más de un caso con entre 30 y 40 años.

Entre los últimos ingresos se encuentran dos pacientes del área sanitaria de Ferrol, donde la presión de los críticos ha obligado a buscar hospitales fuera de su territorio.

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