Un camino 'low cost'

Hace un año, David y Carlos apenas se conocían. Lo que empezó como un viaje en grupo terminó convirtiéndose en una aventura para dos. Ambos son universitarios y viajan gastando lo mínimo.

Carlos y David en las ruinas de Santo Domingo. OLGA FERNÁNDEZ
photo_camera Carlos y David en las ruinas de Santo Domingo. OLGA FERNÁNDEZ

Planear un viaje en grupo no es tarea fácil y estos peregrinos lo saben bien. David y Carlos imaginaron un verano junto a su pandilla del instituto. Sin embargo, a la hora de la verdad, la cuadrilla se dividió. El Camino no convenció al resto de chicos. Por suerte, todavía tenían una oportunidad: aventurarse el uno con el otro. Cuando tomaron la decisión casi no se conocían, entre ellos eran "un amigo de un amigo". "Hace tiempo que no coincidíamos", comentan. Aún así, las ganas pudieron con la timidez y sin pensárselo dos veces, partieron desde Tui.

Ambos son universitarios, deportistas y jóvenes. Carlos estudia enfermería en Badajoz y David, Ingeniería Informática en Cáceres. De todos los motivos que hay para hacer el Camino, el suyo es el deporte. Los dos visten camisetas de baloncesto, pero sólo uno lo practica, David. El entrenamiento de Carlos es más difícil de adivinar. Él juega al ultimate: "Es un deporte muy raro, una mezcla de fútbol, balonmano y baloncesto", explica. "En realidad es una americanada, en España está tardando en entrar", añade. Se juega con dos equipos de siete y un frisbee. Los puntos se consiguen atrapando el disco en una zona de gol situada al lado opuesto del campo, de forma similar al fútbol americano. Como buenos atletas que son, confiesan no padecer lesiones graves derivadas de la peregrinación. Lo único, alguna ampolla: "Se me está formando una que al principio era chiquitina, pero que ahora ya tiene forma de corazón", bromea el enfermero. "El truco está en estirar bien, a nosotros nos gusta mucho", señalan.

En cuanto a las bondades del Camino, lo tienen claro: "La etapa hasta Pontevedra es la más bonita, nos encanta el Casco Viejo", destacan. La amplitud térmica que separa a Extremadura de Galicia es una gran aliada: "Nuestras máximas son vuestras mínimas", dicen. "Hoy (domingo) hemos tomado una ruta alternativa, en vez de ir por la autovía, hemos seguido el sendero del río Tomeza", aclaran que la improvisación es fundamental en sus excursiones. En la mochila llevan un guitalele, una especie de híbrido entre una guitarra clásica y un ukelele con el que ya se han financiado un par de cervezas. "Nos gusta la música, estábamos tocando en O Porriño y unos muchachos nos dieron dinero, ¡creyeron que estábamos pidiendo!", exclaman. "Las personas son muy amables, disfrutas un montón conversando con extranjeros, es muy emocionante", continúan.

"Dejad de tomaros una cerveza todas las tardes y haced algo productivo, tomárosla cada día en un sitio distinto"

AHORRO.Viajan como bohemios y si es necesario, duermen en la calle. "La idea era pasar todo el Camino durmiendo en la calle, somos los únicos tontos que van con el aislante en la maleta", admiten. Respecto a los peligros de descansar sin un techo de por medio, avisan: "Existe cierto riesgo, pero si desconfías, no disfrutas. Dormimos del tirón toda la noche, nos despiertan los pájaros". Lo que sea con tal de ahorrar, hablan de su experiencia como quien habla de una maratón low cost. Estudiar y salir a ver mundo, no siempre son compatibles. "En comida gastamos lo menos posible, cuando lleguemos a Santiago nos daremos el lujo", resuelven. Para David este Camino es muy diferente al que hizo con sus padres de pequeño: "Ese año fuimos a hostales de cincuenta euros la noche y ahora dormimos en albergues un poco más sucios", recuerda. Pese a ello, anima a la gente joven a caminar hasta Compostela: "Dejad de tomaros una cerveza todas las tardes y haced algo productivo, tomárosla cada día en un sitio distinto".

David y Carlos empezaron el Camino siendo unos desconocidos, pero pronto lo terminarán más unidos que nunca. Una recompensa más que merecida por salir, con tan sólo veinte años, de su zona de confort. Algo, según cuentan, para repetir.

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