El programa "Vacaciones en paz", en el que los jóvenes saharauis son acogidos durante la temporada estival por familias españolas, no se pudo llevar a cabo este verano por la situación sanitaria mundial provocada por la covid-19. A pesar de esto, CEAS-Sáhara (que aglutina a todas las asociaciones solidarias con el pueblo saharaui) coordinó un proyecto alternativo que permitía a los refugiados conocer las zonas liberadas del Sáhara Occidental.
Dicho plan fue creado por el Ministerio de Juventudes y Deporte de la República Árabe Saharaui Democrática. Una solución que se puso en marcha de manera especialmente ágil, como cuenta el delegado saharaui para Galicia, Mohamed Zerga. "De manera práctica y rápida, se facilitó una solución a los refugiados saharauis que les proporcionara actividades recreativas y educativas".
"La colaboración de la Xunta y de las instituciones gallegas ha suavizado el problema en un 80 por ciento"
En este proceso, las instituciones gallegas tuvieron mucho peso, lo que el delegado saharaui agradece enormemente. Teniendo en cuenta, como explica el responsable, que las ayudas humanitarias no llegaban debido a que los puertos estaban cerrados, "la colaboración de la Xunta de Galicia y de las instituciones gallegas con respecto a la alimentación y la elaboración de un programa alternativo en condiciones difíciles nos ha suavizado el problema en un 80 por ciento". Pero destaca especialmente la ayuda constante e incondicional del exministro gallego de sanidad, Jesús Vázquez Almuíña, "siempre ha tenido una especial atención a los niños saharauis, le estamos eternamente agradecidos".
PROYECTO 2020. "Vacaciones en Paz" es para los saharauis una oportunidad de conocer una nueva cultura. Una experiencia que enriquece, no solo a los niños que son acogidos durante los meses de verano, sino también a las familias que durante dos meses se convierten en sus hogares.
La cancelación de este fue una noticia que, a pesar de que desanimó a los integrantes del proyecto, era una decisión que sabían que se iba y debía tomar. En los campamentos de refugiados se entendió perfectamente, de hecho mostraron una gran preocupación por sus familias españolas, "deseaban que todas se encontraran bien", cuenta Zerga.
