Veinte de cada cien cigarrillos que se consumen en Galicia proceden de nuevas formas de contrabando ilegal

Los puertos, las fábricas clandestinas y las ventajas fiscales de Gibraltar, vías de entrada de un tabaco que se vende sobre todo en bares

Picadura de tabaco decomisada recientemente por la Policía. CNP
photo_camera Picadura de tabaco decomisada recientemente por la Policía. CNP

Establecimientos de hostelería que prefieren saltarse los cauces legales para obtener un sobresueldo se han convertido en el principal canal de distribución de las miles de cajetillas de tabaco de contrabando que se sigue vendiendo a día de hoy en la provincia de Pontevedra. Las estadísticas que manejan las principales empresas del sector, cruzadas con los análisis que, a partir de los ingresos por vía de impuestos, realiza mensualmente el Ministerio de Hacienda, desvelan que el 20 por ciento del tabaco que se consume en Galicia tiene procedencia ilegal. "Los incrementos fiscales, el entorno económico, la permisividad social en ciertas regiones y la permeabilidad fronteriza han provocado un gran aumento del contrabando de tabaco en la última década". Así lo detalla la Mesa del Tabaco en uno de sus más recientes informes elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) con el aval de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales).

Lo que sí ha cambiado radicalmente es la ruta que sigue el tabaco de contrabando hasta llegar a los consumidores finales, que apuestan por esta vía por un motivo de ahorro. Si décadas atrás las cajetillas llegaban a Galicia a través de lanchas y por las rutas que más tarde pasaron a ser de dominio de los clanes del narcotráfico, en la actualidad los cigarrillos llegan a las Rías Baixas por canales muy distintos.

La provincia de Cádiz tiene un problema aún mayor: la mitad del tabaco que se consume allí es de procedencia ilícita

La fabricación ilegal, el ejemplo de la organización criminal búlgara desarticulada en las últimas horas por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, es uno de los sistemas que surte a Galicia, como quedó acreditado con el arresto de uno de los transportistas que supuestamente suministraba a las Rías Baixas. La factoría asentada en Tarragona tenía capacidad para producir medio millón de cajetillas al día de hasta 13 marcas diferentes, algo nunca visto hasta ahora en España.

Un segundo canal de gran importancia son los contenedores, con un funcionamiento similar al del tráfico de cocaína. El tabaco llega mezclado entre mercancía lícita y su interceptación es muy difícil en los controles aduaneros.

Un tercer camino tiene que ver con la presencia de Andorra y Gibraltar, paraísos en los que la carga impositiva es menor y de donde proceden miles de cajetillas cada mes.

Junto a ello, Hacienda pone de manifiesto la existencia de ilicit whites, marcas que fabrican legalmente en un país concreto pero que posteriormente venden de forma ilícita en otro.

Todo ello hace que el Ministerio de Hacienda pierde 1.000 millones de euros en impuestos al año, una cifra que no para de crecer.

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