La Consellería de Educación de la Xunta trasladó el pasado viernes al juzgado la decisión sobre el futuro del aula de Primaria de la EEI Verducido. Después de que en la pasada legislatura se ordenase su cierre y cuatro familias se vieran obligadas a trasladar a sus hijos de centro, el pasado 13 de noviembre un juzgado condenaba al Ejecutivo gallego a reponer el aula y reconocía "vulnerados" los derechos de las cuatro familias.
El nuevo conselleiro de Educación, Román Rodríguez, acató de inmediato la decisión judicial e inició el procedimiento para la contratación del docente que debería atender el aula cerrada y que ahora estaba previsto reabrir. El mismo día en que se conoció la sentencia, la Xunta inició los contactos con las cuatro familias afectadas. Con tres de ellas se produjo una conversación en la que los padres mostraron su preferencia por no regresar al colegio de Verducido y mantener a sus hijas e hijos en los nuevos centros en los que fueron escolarizados tras el cierre del aula de Infantil.
La cuarta familia, que curiosamente había actuado en todo momento como portavoz de la protesta de los padres y madres afectados, rehusó atender las reiteradas llamadas de la Consellería de Educación, que cumplidos los diez días marcados como límite por el juez para la reapertura del aula, ha vuelto a poner en manos del juzgado la decisión final sobre el procedimiento que deberá seguir ahora en Verducido. Lo curioso es que si el juzgado persiste en su fallo inicial de recuperar el aula, esta no tendrá alumnos, ya que fueron escolarizados en otros centros de la ciudad.
Los portavoces de los padres admitían hace días que la decisión "llega tarde", porque, según relataban, "algunas familias tuvieron que cambiar su organización totalmente y a lo mejor ahora no tienen fácil volver a cambiarla".
Educación insistió en que actuará según lo que dicte el juez y lamentó que una de las cuatro familias no haya querido dialogar con la Xunta sobre la reapertura del aula.
