Sus ganas conmueven al mundo

Jóvenes enfermos de cáncer se convierten en ejemplo de lucha y superación al usar las redes sociales para visibilizar su enfermedad
Pablo Ráez, Carlos Sarriá, Elena Huelva, Olatz Vázquez y Omar Álvarez. INSTAGRAM
photo_camera Pablo Ráez, Carlos Sarriá, Elena Huelva, Olatz Vázquez y Omar Álvarez. INSTAGRAM

A sus 20 años, Elena Huelva –que falleció el pasado martes ha causa del sarcoma de Edwing que padecía– se convirtió en todo un ejemplo de lucha y superación. La joven sevillana usó sus redes sociales para dar voz a su enfermedad e insuflar aliento a los miles de jóvenes que, como ella, sufren algún tipo de cáncer.

Elena Huelva tuvo la valentía de mostrar el día a día de su enfermedad en Instagram "para darle visibilidad" y se enfrentó a los complejos que puede crear la calvicie o la extrema delgadez para concienciar a la sociedad de una lacra que cada año acaba con la vida de 6.000 jóvenes y niños solo en Europa, según el último informe de la Eurocámara.

Con cerca de un millón de seguidores en Instagram, la joven sevillana usó todas las armas a su disposición para pedir más investigación sobre la enfermedad que padecía, consciente de que esa era su única puerta de salvación.

 

"Quiero dejar claro que mis ganas ya han ganado", escribía la joven pocos días antes de morir. "Sé que mi vida no habrá sido en vano porque he luchado y he conseguido lo que quiero, visibilizar".

Huelva también escribió un libro con su famoso lema, Mis ganas ganan (Montena), en un intento de conseguir una mayor inversión en la lucha contra el cáncer.

Como ella, otros jóvenes con cáncer se han convertido en influencers al usar sus redes para visibilizar su enfermedad. Entre ellos, la periodista y fotógrafa Olatz Vázquez, que murió en 2021, a los 27 años, víctima de un cáncer gástrico con metástasis abdominal que le fue diagnosticado tarde a causa de la pandemia.

"Llevo días pensando cómo contaros que los resultados del TAC no han sido buenos, y que este tratamiento termina aquí para mí", escribía la joven en su cuenta de Instagram poco tiempo antes de fallecer. "Están siendo días muy duros, llenos de incertidumbre, miedos y tristeza, sobre todo mucha tristeza", contaba para mostrar al mundo la dureza de un diagnóstico como el suyo.

 

El tiktoker Carlos Sarriá, más conocido como Charlie, que acumulaba en sus redes más de tres millones de seguidores, conquistó al mundo gracias al humor con el que fue capaz de enfrentar su enfermedad. Antes de morir el pasado agosto, a sus apenas 20 años, dejó escrito su mensaje de despedida: "Adiós, hijos de puta. Nos vemos en la otra vida".

El humor ha sido utilizado de forma recurrente por estos jóvenes para pelear contra el cáncer. Es el caso de Omar Álvarez, que creó el podcast Omar se muere, donde relataba desde el humor y la conciencia de la propia muerte la crudeza de su enfermedad.

 

Uno de los pioneros en el uso de las redes sociales para dar visibilidad al cáncer en España fue Pablo Ráez, paciente de leucemia, que convirtió su Instagram en una plataforma en defensa de la donación de médula ósea. Murió en 2017, a los 20 años, y recibió la Medalla de la Ciudad de Marbella (su localida dnatal) a título póstumo por su lucha y generosidad.

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