Guerra de la OMS a las pantallas

Un estudio cifra en una hora el máximo que los niños de entre 3 y 4 años deben pasar ante el televisor, tabletas, juegos de ordenador y consolas

Niños pequeños con móviles en la mano. EP
photo_camera Niños pequeños con móviles en la mano. EP

Los niños no deben tener ningún acceso a las pantallas hasta los dos años de edad y pasar una hora como máximo frente a ellas entre los tres y cuatro años, aunque menos tiempo es mejor, según nuevas recomendaciones emitidas ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de una guía elaborada a partir de la revisión de un centenar de estudios realizados en diversas partes del mundo y que ofrece recomendaciones concretas sobre el tiempo diario que los niños menores de 5 años deben dedicar a la actividad física, al sueño y cómo se debe acortar el tiempo de sedentarismo.

Como pantallas se considera desde la televisión y vídeos, hasta los juegos de ordenador y las consolas. La OMS ha decidido ser muy precisa en estas recomendaciones adaptándolas a tres categorías de edad antes de los cinco años: menos de 1 año, entre 1 y 2 años, y entre 3 y 4.

bebes-boca-abajo-1Los expertos coinciden en que la infancia temprana, durante la cual hay un rápido crecimiento y desarrollo cognitivo, es el periodo en el que se forman los hábitos de los niños y las rutinas familiares están más abiertas a los cambios y son más adaptables. Para los bebés se propone estimular su actividad física varias veces al día y privilegiar el juego interactivo mientras están acostados, y para aquellos que todavía no tengan movilidad colocarlos al menos 30 minutos a lo largo del día boca abajo mientras están despiertos.

Los momentos de pasividad —incluidos los que pasan en un carrito o silla de bebé, o sujetos a la espalda o contra el pecho de quien se ocupa de ellos— no deben superar una hora seguida, mientras que las pantallas de cualquier tipo están totalmente desaconsejadas.

Las horas de sueño deben totalizar entre 14 y 17 en los primeros tres meses de vida, y 12 y 16 horas hasta los 11 meses, incluidas las siestas.

Para los niños entre uno y dos años, la actividad física debe ocupar al menos 180 minutos del día y adoptar distintas formas, y mientras para los niños de un año se establece que las pantallas deben evitarse, para los de dos se menciona que el máximo debe ser una hora, aunque menos sería mejor.

Las horas de sueño se sitúan entre 11 y 14, lo que incluye el sueño regular y el tiempo que toma el despertarse.

Para los niños de 3 y 4 años se siguen aconsejando al menos 180 minutos de actividad física variadas, pero esta vez se plantea que 60 minutos de ese tiempo debe consistir en actividad física de cierta intensidad.

Un tiempo mayor en actividad física es más saludable, mientras que el tiempo consagrado a las pantallas no debe ir más allá de una hora, en tanto que el tiempo de sueño se rebaja ligeramente a entre 10 y 13 horas diarias.

En el conjunto de este periodo -entre cero y cinco años- los expertos alientan a los padres y cuidadores de niños que los momentos de tranquilidad sean aprovechados en actividades interactivas, como leer o contar una historia al niño y jugar.

El incumplimiento en todas las regiones del mundo de las recomendaciones que ya existen para adultos y adolescentes en relación al tiempo que deben dedicar a la actividad física es ostensible.

Según las evaluaciones más recientes, el 23 por ciento de los adultos y el 80 por ciento de los adolescentes no son suficientemente activos físicamente.

En vista de que los hábitos se instauran en fases tempranas de la vida, la OMS considera que esta guía puede ayudar a generar costumbres saludables que perdurarán en la niñez, la adolescencia y en la vida adulta.

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