Son da vella se propone descubrir los secretos que esconden las cuevas de Ponte Caldelas

La asociación acaba de comunicar a Patrimonio el hallazgo de casi una veintena de cuevas en la Ruta de Oueiro dos Mouros
Una de las cuevas de la ruta Outeiro do Mouro. SDV (CEDIDA)
photo_camera Una de las cuevas de la ruta Outeiro do Mouro. SDV (CEDIDA)

¿Qué finalidad tenían los refugios que se hallaron bajo las grandes moles graníticas de los montes de Ponte Caldelas, en la ruta entre la falda de Pé da Múa (la localidad de Mirón) y la parte baja de la villa? ¿Cuál es su antigüedad? ¿Por qué hay tantos?

Estas tres preguntas y otras que se derivarían de ir conociendo las respuestas son las que el colectivo Son da vella quiere que se lleguen a despejar con el paso del tiempo, tras haber descubierto lo que parece un elemento etnográfico propio de una zona de Ponte Caldelas que se encuentra en relativa abundancia y del que poco o nada se ha hablado hasta el momento.

Son da vella es un colectivo nacido con interés por documentar y difundir rutas con valores ambientales, naturales y etnográficos en la comarca de Pontevedra y su entorno. La asociación empezó por la zona de Mirón, tras pensar en un entorno algo alejado de la mayor concentración urbana para tratar de conocer una zona en la que confluye el nacimiento de un río y su influencia en el entorno. La propuesta elegida contaba con alicientes ya en su toponimia, como el denominado Outeiro dos Mouros, que daban pistas a los impulsores de la iniciativa sobre la relación ancestral del hombre con los elementos naturales escondidos en este recorrido. Lo que no sabían es que, además de encontrar especies autóctonas de fauna y flora, de descubrir elementos paisajísticos únicos y de poder hallar una amplia representación de los minerales tradicionales de la región, se iban a encontrar con una huella de la actividad humana en cada conjunto de rocas.

Tras encontrar y señalizar algunas cuevas, los integrantes de Son da vella decidieron redoblar esfuerzos centrándose en este elemento, que, sin duda, diferencia a la ruta que crearon de todas las que se pueden realizar en la comarca. El siguiente paso natural para ellos es que se puedan catalogar por parte de Patrimonio, motivo por el que entregaron todos los datos recabados al departamento dependiente de la Consellería de Cultura y quedaron a disposición de los técnicos por si es preciso ayudarles a encontrarlas. La presencia elemento singular, afirman con toda prudencia, podría convertirse en un gran reclamo para la zona, motivo por el que buscan padrinos para poder seguir con esta afición que se ha convertido en algo más.

"Incorporaremos un catálogo de elementos y rutas semanales"

Tal y como explican desde este colectivo, la idea es que los descubrimientos realizados en cada zona puedan ser, en sí mismos, motivo para realizar recorridos por el monte y darle un valor didáctico a elementos que permanecen, en actualidad, en el olvido o en la memoria de muy poca gente. Por ahora, el colectivo se define a sí mismo como "un grupo de amigos con trabajo diverso que durante años se ha especializado en el medio ambiente y en el patrimonio material e inmaterial desde un punto de vista amateur", aunque no descartan que más adelante esto pueda ser un medio de vida. "Para documentar nuestros hallazgos, estamos barajando ideas y tecnologías. Incorporaremos un catálogo de flora, fauna, hongos, rocas y, lugares y rutas semanales y por entregas. Lo haremos uno rigurosamente, científicamente y aplicando las tecnologías actuales con Dron, fotos de 360º, VR, videos, visión nocturna, mapeo múltiples capas: Satélite, historial de vuelo de EE. UU. y geológico", anuncian.

"Encontraremos desde fachadas de fantasía hasta ventanas"

Aunque el trabajo de los integrantes de este grupo es exhaustivo, lo más destacado han sido las 20 cuevas halladas en la ruta de Outeiro do Mouro. Señalan que, pese a que tienen como denominador común ese aspecto de refugios bajo las grandes moles graníticas, "estas cuevas son muy variadas, desde algunas en las que se pueden ver claves geológicas que favorecieron su creación, hasta otras en las que hay evidencias de la acción humana para mejorar su habitabilidad. Sin investigación y sin excavación no se puede datar el lugar ni el carácter de las mismas, pero los indicios nos hacen suponer que el origen es antiguo", explican, destacando que «al margen de todo, son sorprendentes en sí mismas. Algunas de ellas tienen formas o fachadas de fantasía, mientras que otras están enterradas, tienen elementos como ventanas, peldaños de escaleras...", adelantan. Son da vella considera, de un modo entusiasta que conocer mejor estos elementos "solo puede depararnos buenas sorpresas".

Comentarios