"La pandemia le dio a Galicia la oportunidad de explotar destinos diferentes"

Las cifras de primavera en el alquiler vacacional ya superan los registros prepandemia y todo apunta a un verano especialmente jugoso. El inquilino ha dejado de ser solo nacional para abrir paso también al foráneo y eso se traduce en mayor dinamismo económico. Pero para no morir de éxito turístico, urge una revisión de la normativa "para todos"
Dulcinea Aguín asomada a la terraza de uno de los pisos de Aviturga: un ático en Sanxenxo con la playa de Silgar al fondo. DAVID FREIRE
photo_camera Dulcinea Aguín asomada a la terraza de uno de los pisos de Aviturga: un ático en Sanxenxo con la playa de Silgar al fondo. DAVID FREIRE

MOMENTO AGRICULDE para las viviendas turísticas. Por una parte, el alivio de las restricciones sanitarias pronostica un verano de récord en cuanto a ocupación; por otra, las recientes sentencias en Santiago y Pontevedra preocupan al sector, que no duda de que urge una revisión de la normativa para evitar ciertas alegalidades, "pero para todos, no solo para unos pocos", matiza Dulcinea Aguín, presidenta de Aviturga.

¿Se reflejan en las reservas los brotes verdes de los que tanto se habla con relación al verano?
Sí, lo percibimos ya desde antes de Semana Santa. Antes de la pandemia la gente reservaba un mes antes, como mucho, pero con el coronavirus y sus restricciones buscó otro tipo de viviendas y eso hizo adelantar muchísimo el periodo de reserva. De ahí que a principios de abril ya hubiésemos cerrado la mitad de la oferta de todo el verano.

¿Cuál es el porcentaja actual?
Podemos estar en torno al 60 o 62%. Niveles mucho mejores que antes del coronavirus porque hay que tener en cuenta que aún falta mes y medio.

¿Cuál es el origen del demandante de este tipo de viviendas?
Ha dejado de ser el exclusivamente autóctono de la pandemia y ahora hay mucho internacional.

¿Y su perfil?
El perfil es más bien familiar, de dos a cuatro miembros, casi siempre matrimonios con niños. El año pasado también se notó mucho que las familias se juntaban. Ese perfil de turista de los años 80: padres, hijos, abuelos, tíos...

¿Cuál es la estancia media?
El estándar es de entre cinco y siete días, porque las más cortas tienen coste mayor.

¿Y en cuanto a los precios?
Hay de lo que se quiera, dependiendo de dónde se quiera, la tipología de vivienda... Nadie se quedará sin vacaciones en Galicia por una cuestión económica, porque hay para todos los bolsillos.

Es evidente que la costa es la más demandada. ¿Algún destino en concreto?
Yo creo que toda Galicia, porque la pandemia le dio una oportunidad turística a Galicia; ahora ya no solo se busca sol y playa, sino el interior, la montaña, el senderismo, hacer rutas... Por ejemplo, en esta zona, ha subido la demanda en Campo Lameiro, Forcarei, Ponte Caldelas, sitios que no tienen playa pero ofrecen otros atractivos, otro tipo de desconexión. Tenemos que seguir trabajando en las fortalezas y oportunidades que tenemos, pero sin perder nunca de vista las amenazas ni las debilidades, que también las hay.

Al hilo de eso, algunos colectivos se quejan de que la saturación de viviendas turísticas limita la oferta de alquileres convencionales...
Creo que en esto debemos ser objetivos y los datos también. No se puede ceñir la oferta a los que salen en los portales inmobiliarios, porque ahí no se tienen en cuenta la que están vacías, ni las que se ofrecen en negro. El censo de las viviendas turísticas está claro y regulado; pero el otro no. Por tanto, no se pueden comparar las cifras. Lo que hay que hacer, antes de nada, es un estudio serio y riguroso sobre cómo está el mercado y después opinar.

¿Hay mucho alquiler al margen de las inmobiliarias?
Es que son negocios que se quedaron atrás, obsoletos. Ante eso, los propietarios de las viviendas fueron formándose y especializándose para sacarle la rentabilidad a sus bienes.

¿Qué opina de la plataforma creada en Cangas contra la proliferación de viviendas turísticas?
Volvemos a lo mismo. O sea, que después de que uno compra, paga y se sacrifica para tener una vivienda, ¿ahora resulta que no puede hacer con ella lo que le da la gana? ¿Quién nos obliga a ponerla en alquiler anual? Y todo porque los ayuntamientos, durante todos estos años, no han establecido una política de vivienda concreta. Porque cuando los planes de ordenación municipal fijaban que el 10% de los desarrollos urbanísticos eran para viviendas de especial protección, ¿qué hacían? Cogían la pasta. Y ahora resulta que no tienen viviendas para qué se emancipen los jóvenes. ¿Qué culpa tenemos los propietarios? Es que parece que ahora mismo el ahorrar, el sacrificarse y el invertir está penalizado.

Es evidente que hay un vacío legal que se debe solucionar. El último decreto de la Xunta data de 2017. ¿Cree que hace falta una revisión normativa para poner fin a todas estas discrepancias?
Lo que creo es que tanto las administraciones como el sector público y privado tienen que definir lo que es mejorable, porque es evidente que lo hay, pero siempre bajo el diálogo y la negociación. Lo que no puede ser es que lo que interesa se elimine y así se acaba antes. Esto no va de eso, sino de dialogo, de consensos. Por supuesto que todas las leyes y todas las normas son modificables, pero todas: las de los hoteles, las de los albergues, las de las viviendas turísticas, las de los restaurantes... porque, además, la particularidad que tiene el sector turístico es que avanza a pasos agigantados. Tenemos una Ley del Turismo del año 2011 que once años después ya no es igual de efectiva que antes. Entonces claro que hay que revisar cosas, pero con consenso y para todo el sector, no solo focalizado en una parte.

Sentencias adversas ► "Estamos tranquilos; y el que quiera fijar el número de viviendas, que modifique el PGOM"

¿Las sentencias de los casos de Pontevedra o Santiago pueden derivar en un cierre en cadena de viviendas turísticas?
Yo creo que no, porque son denuncias aisladas de personas concretas. Nosotros estamos tranquilos cumpliendo las premisas que tenemos que cumplir. Pero sí le puedo decir que en el caso de Santiago, todas las demandas que pusimos las ganamos todas.

¿Y en el caso de Pontevedra?
En Pontevedra hay un Plan General del año 1989, cuando ni siquiera se sabía lo que era una vivienda de uso turístico. Por tanto, no estamos de acuerdo en que se aplique la misma normativa a todas las viviendas turísticas.

Dice que se trata de situaciones concretas, pero ¿teme que los concellos se acojan a las sentencias y les den ámbito general?
Lo que tienen que hacer los concellos es lo que recoge el decreto de la Xunta. Para fijar el número de viviendas, no pueden levantarse por la mañana y quitar una instrucción, sino que deben modificar el Plan General de Ordenación Municipal, que es lo que está haciendo ahora mismo Santiago. Pero eso es un trámite bastante engorroso y lento. Lo que ocurre es que en el fondo no les interesa hacer un análisis, porque al final se trata de beneficiar siempre a los mismos: a los grupos empresariales y a las grandes cadenas.

Sanxenxo lidera el censo de las VUT en Galicia
Las Viviendas de Uso Turístico (VUT) se diferencian de las Viviendas Turísticas en que las primeras son propiedades privadas que sus dueños pueden alquilar o no el resto del año y las segundas son negocios abiertos al público y dedicados solo al alquiler ocasional.

En el primer caso, la Xunta ha censado más de 14.000 en toda Galicia, de las que algo más de la mitad están la provincia de Pontevedra. Y de ellas, el 50 por ciento se focalizan en O Salnés, siendo Sanxenxo el municipio con mayor número de estos establecimientos en toda Galicia: 2.208. Muy lejos de Pontevedra, que solo tiene 299.

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