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La vuelta al cole más divertida

Cientos de escolares disfrutaron el martes de una tarde espectacular gracias a la fiesta organizada por Zona Monumental, que convirtió el casco histórico en un parque de atracciones infantil
Varios niños disfrutando de la tarde en la fiesta de la espuma en la Praza da Pedreira. GONZALO GARCÍA
photo_camera Varios niños disfrutando de la tarde en la fiesta de la espuma en la Praza da Pedreira. GONZALO GARCÍA

EL inicio de curso es sinónimo de estrenar mochila, de aroma a libros nuevos, de inaugurar cuadernos y de desempaquetar la plastilina. Pero en Pontevedra, desde hace años, también es sinónimo de una gran fiesta que convierte el casco histórico en un gran parque de atracciones para los más pequeños de la casa. Se trata de la gran Fiesta Vuelta al Cole organizada por el Centro Comercial Urbano Zona Monumental, que tiene su réplica al final de curso.

En esta ocasión niños y niñas tuvieron que ajustar sus agendas, ya que la habitual fecha del primer viernes de clase se trasladó a la tarde de ayer. La espera valió la pena. Centenares de escolares se divirtieron durante toda la tarde en el hinchable situado delante del Mercado de Abastos, una auténtica pista americana multiaventura, o haciendo gala de su valentía escalando por el rocódromo de ocho metros ubicado en la plaza de Curros Enríquez, bien pertrechados con el casco y el arnés.

Justo al lado, en el taller de graffiti, desarrollaron su creatividad casi tanto como en el "obradoiro" de Valentín García Escudero.

La enorme afluencia en el 'pintacaras' obligó a poner límite

Otro de los puntos clave de la oferta lúdica se situó en la plaza de Méndez Núñez. Además de la ludoteca con un sinfín de juegos, más indicados para los críos de Infantil, lo que causó el auténtico furor fue el taller "pintacaras". Las monitoras no tuvieron descanso. Tal fue la avalancha de chiquillos, que fue necesario organizar una lista de espera que, dada la elevada afluencia, no aceptó más muchachada desde más de una hora antes de cerrarse el taller, que compitió con la supuesta actividad favorita, la fiesta de la espuma que convierte la Praza da Pedreira en una gran nube blanca donde las risas se mezclan con la animación musical.

Es el reverso de la diversión, largos minutos de espera que hicieron imposible participar en todas las actividades, pero que sin duda les habrá valido la pena. Eso sí, esta mañana el despertador volvió a sonar bien temprano, porque el curso ya está empezado. Siempre les quedará el recreo.

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