"HAY DOS tipos de diabetes: la que heredamos y la que adquirimos -explica Lucía Saborido, directora de Saraiva-. Cuando una persona hereda la diabetes, ya desde pequeña sigue una dieta y la mayoría es insulinodependiente, es decir, se tiene que pinchar. Por otra parte, la podemos adquirir, por unos malos hábitos alimenticios o porque, como otras enfermedades crónicas, llega con los años".
"Es muy importante llevar una vida emocional ordenada. Con los nervios el consumo de energía es mayor y puede dar lugar a una hipoglucemia o una hiperglucemia"
Cuando se adquiere a cierta edad, lo normal es que "con medicación, una dieta equilibrada y ejercicio puedan llevar una vida normal, pero -precisa- hay casos en los que tienen que pincharse porque no controlan bien la alimentación". La directora de Sariava pone como ejemplo el caso de la fruta, que muchos mayores identifican con "comer sano", pero "contiene muchos azúcares". Además de cuidar la alimentación, teniendo en cuenta los alimentos grasos o con azúcares, es preciso "ejercicio físico, como mínimo media hora al día".
No menos importante es la gestión de las emociones, sean positivas o negativas, ya que -señala Saborido-, los niveles de diabetes aumentan porque el consumo de energía es mayor y pueden tener una hipoglucemia (bajada de azúcar) o una hiperglucemia (subida de azúcar). Es más peligroso la hipoglucemia porque puede llevar a un coma. La hiperglucemia (subida de azúcar) puede causar ceguera, pero es más difícil que la hipoglucemia. Es recomendable que las personas mayores estén por encima de un rango más que por debajo".
