Blogue | Marta está harta

Graduación sin graduarse

Acto de graduación. EP
photo_camera Acto de graduación. EP

Estamos en época de exámenes, notas y, como no, de graduaciones. Este mundo se está convirtiendo en un dislate, y yo en una señora mayor. Mi última lucha contra el sistema se llama "¿Por qué hay que graduarse sin estar graduado?". Me explico: la adolescente se gradúa al más puro estilo americano, pero aún no sabemos si necesitarán tres meses más o incluso un año para ser una graduada. Es decir, que vamos a ir a la graduación de nuestra hija que aún tiene varias pendientes.

Pero no importa, al sistema no le importa y allí estaremos su padre y yo viendo una ceremonia en la que se supone que se celebra el cierre de un ciclo pensando que la pequeña adolescente aún no ha cerrado nada, que aún nos queda el suplicio de las notas de junio, los exámenes de septiembre y que dios no quiera que necesite un año más para cerrar el ciclo. Pero, insisto: al sistema le da igual, se monta toda una parafernalia en la que te ves obligada a participar porque sino eres una rara para celebrar que se gradúan y al día siguiente te dan las notas. En mi caso y otros muchos, aún tendremos que ir a septiembre.

La teoría del instituto es que no van a discriminar y que la graduación es para toda la clase. Pues bien, yo como consumidora de pelis y series tontas de instituto les comunico que en el sistema sajón, del que hemos copiado todo esto, no te gradúas si no tienes el curso aprobado. Es lo más lógico ya que lo demás es engañar a los adolescentes y a los padres. Y es que no se puede igualar lo que no es igual, y desde luego acabar el curso con 4 o 5 para septiembre no es acabar el curso ni graduarse. Lo normal sería que la graduación viniera después de las notas y para los que hayan terminado el curso. Los demás, en caso de que quieran , puedan o les dejen, que lo celebren con sus compañeros graduados, pero que sepan que aún no están graduados y que no pasa nada, que aún les queda septiembre. Y si hay que repetir, pues se graduarán el año que viene cuando aprueben, digo yo que es lo más lógico y no que yo, poniéndonos en lo peor, tenga que asistir a dos ceremonias de graduación de la pequeña adolescente.

¿Qué valor se le está dando a esta ceremonia? Pues vuelvo a remitirme a mi experiencia como consumidora de series y pelis de instituto americano. La idea es que todos se tienen que graduar y siempre hay los de malas notas que se esfuerzan un montón para conseguir finalmente ir a la graduación con sus compañeros. ¿No os acordáis de Tory Spelling en Sensación de Vivir? Para eso son pelis o series americanas, donde todo el mundo consigue lo que se propone. En España hemos copiado el formato y ahora se gradúan todos, desde los bebés de guardería hasta los adolescentes con el curso suspenso. Y digo yo: ¿Por qué no hemos copiado el mensaje de espíritu de lucha y superación?

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