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Conde de Bugallal a título póstumo

Seis generaciones suceden a un pontevedrés que se abrió camino en Madrid y llegó a ser ministro de Justicia en dos ocasiones
El primer conde de Bugallal
photo_camera El primer conde de Bugallal. CUEVAS/LA ILUSTRACIÓN GALLEGA Y ASTURIANA

EL CONDADO de Bugallal es un título nobiliario póstumo, como en el caso de Augusto González Besada, concedido a la viuda de Saturnino Álvarez a quien se le autorizó, por no tener hijos, el derecho de nombrar heredero del título.

Saturnino Álvarez fue la cabeza visible de una saga familiar de abogados y políticos; su tío José Ramón Bugallal fue notario de Ponteareas y Gobernador civil de Ourense; su hermano Benigno Álvarez Diputado a Cortes por Chantada; su primo Marcial Bugallal fue presidente de la Audiencia de Valladolid; Marcial Carballido Bugallal, alcalde de Ponteareas; su sobrino Isidoro Bugallal Araujo, diputado por Ponteareas; su sobrino Gabino Bugallal, II conde de Bugallal, ministro de Instrucción pública; y un larguísimo etcétera.

Saturnino Álvarez Bugallal nació en Santa María de Areas en Ponteareas (Pontevedra) el 11 de febrero de 1834 y fue un abogado, periodista y político conservador, que llegó a ser Diputado a Cortes y ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Alfonso XII. Se casó con Adelaida García y Rodríguez, hija del senador por Ourense Cástor García, propietario del histórico monasterio de Cernadas, cerca de Santiago de Compostela, cuyo bosque abastecía de leña al monasterio de San Martín Pinario y que adquirió en una subasta por 14.000 duros.

Saturnino cursó estudios de Filosofía en Tui y Derecho en Santiago de Compostela: "alcanzando las mejores notas y logrando los premios académicos que por aquel entonces se ofrecían á la inteligencia y laboriosidad de los alumnos". Se trasladó a Madrid para realizar el doctorado; en esta ciudad se distinguió como excelente orador en la Academia de Jurisprudencia y en el Ateneo. En 1856 se afilió al partido de la Unión Liberal y con veinticinco años, en 1859, ya era Diputado a Cortes, entrada rodeada de cierta polémica. En 1860 tuvo su primer cargo importante cuando fue nombrado fiscal de la imprenta de Madrid bajo el paraguas del general O’Donnell, y también fue subdirector del Registro de la Propiedad, fiscal de Hacienda de la Audiencia de Madrid, decano Colegio de Abogados de Madrid en 1883 y fiscal del Tribunal Supremo en 1875.

Su exceso de celo como fiscal queda patente en la crónica de El Correo Gallego: "El nuevo fiscal, que había tomado muy en serio ¡la fuerza de la costumbre! los deberes de la fiscalía Tachaba y tachaba sin descanso, descubría con perspicacia increíble las ocultas intenciones, atendía por igual á la prosa y á la rima, llevaba á todo el mundo á los tribunales, y una vez aquí, apelando á sus profundos conocimientos jurídicos, y cogiendo la ocasión de acreditar en forma su pericia forense, derrotaba harto á menudo á los más elocuentes y eximios defensores".

Formó parte de la redacción de periódicos como El Diario Español, Época, La ilustración gallega y asturiana, La Discusión, la Democracia, La Iberia o La Semana, rotativos en los que destacó como periodista. En palabras de Manuel Murguía: "Dedicóse el Sr. Bugallal al estudio de la jurisprudencia, pero compartía gustoso las horas que el derecho romano le dejaba libre con el cultivo de la poesía".

Tras la caída de O’Donnell dejó la política y se concentró en su carrera como fiscal. Después de la revolución de 1868 y gracias a su amistad con Cánovas del Castillo volvió al ruedo político como diputado de Unión Liberal en 1869 por Ponteareas, además participó en la redacción del proyecto de Constitución de 1876. Fue ministro de Gracia y Justicia en dos periodos comprendidos entre el 6 de enero y el 7 de marzo de 1879 y entre el 9 de diciembre de 1879 y el 8 de febrero de 1881. Cuando en enero de 1879 juró su cargo como ministro por primera vez "la villa de Puenteareas celebró con música, cohetes y repique de campanas la entrada en el Ministerio de Gracia y Justicia de su distinguido hijo Sr. D. Saturnino Álvarez Bugallal".

En un Real Decreto de 2 de febrero de 1880 tomó una importante decisión: "Nombró para Galicia como para los territorios forales un letrado de ciencia y práctica reconocida para que en el término de seis meses redactara una memoria acerca de los principios é instituciones de Derecho foral, que por su vital importancia fuese, á su juicio, indispensable introducir como excepción para las respectivas provincias en el Código general". Otras reformas importantes anteriores fueron la ley de Caza y la reguladora de la propiedad intelectual en 1879.

Fue Senador electo en el periodo correspondiente a 1884- 1885 por Ourense. Su último destino fue Lisboa, como ministro de España en Portugal, para negociar un tratado de comercio con el país vecino. Durante su carrera política se mantuvo fiel a la monarquía y al gobierno de Cánovas del Castillo: "Si la virtud de la fidelidad tuviese valor esencial en la política, nadie con tanto derecho hubiera merecido ocupar el primer puesto ó cuando menos el segundo, una vez restaurada la para siempre caída dinástica de los borbones".

Su hermano Benigno Álvarez Bugallal, General de División, ex subsecretario del Ministerio de la Guerra, Diputado por el distrito de Chantada falleció el Alicante el 1 de enero de 1884. Saturnino Álvarez Bugallal falleció sin descendencia en Lisboa el 30 de mayo de 1885 y está enterrado en el mausoleo familiar en el mausoleo del Bosque de Cernadas. Su mujer Adelaida falleció en Madrid el 4 de abril de 1911. El féretro de la viuda llegó a la iglesia del pazo de Cernadas "en un carroza arrastrada por cuatro caballos empecinados" acompañados por Gabino Bugallal, Estanislao de la Cuadra, Joaquín Rodríguez Toubes, Germán García Armesto o José Macías. Se enterró en el mismo pazo, que donó con 500.000 pesetas para convertirlo en el asilo San Cástor y Santa Adelaida para necesitados, con preferencia a los de Viana do Bolo y Ponteareas.

En la actualidad el título de condesa de Bugallal lo ostenta María Cristina Fernández-Bugallal y Lorenzo, VI condesa de Bugallal, casada con Antonio Vivancos Baño. En Pontevedra hoy todavía se conserva en perfecto estado el esplendido pazo de A Parda. Una construcción del año 1620, en una finca de unos 15.000 metros cuadrados con un edificio de dos plantas de casi 700 metros cuadrados con torre almenada y una pequeña capilla abierta al culto. El pazo está a la venta, en la calle que lleva el nombre de Avenida del Conde de Bugallal a un tiro de piedra del centro de la ciudad.

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