Blogue | Crónicas y perfiles

Réquiem por el Puente del Burgo

Un puente medieval convertido en un escenario de la Guerra de las Galaxias con una barandilla nueva y una iluminación futurista; en resumen un reluciente puente del siglo XXI en la zona cero de la ciudad
Vista de un puente que ya es historia. M. BARÁ
photo_camera Vista de un puente que ya es historia. M. BARÁ

Estos últimos veinte años no hacemos más que despedir lugares emblemáticos de la ciudad o ver cómo otros se deterioran. Por ejemplo una plaza de la Verdura donde ya no existen ni vendedoras ni verdura, ni bancos de piedra ni catalpas, la capilla de O Burgo, trasladada a otro lugar, la desaparición de las preciosas farolas de fundición de la zona vieja y sustituidas por otras bastante feas, o el del puente del Burgo del que ya nada hace pensar en su origen medieval. En el nuevo puente, con la reforma en marcha, han creado un estupendo escenario de luces de colores digno de una escena de la Guerra de las Galaxias y con el nuevo pavimento, en plan pista de aterrizaje, seguro que despegaran los nuevos transbordadores espaciales de la NASA.

Con un presupuesto de más de un millón de euros se procede a convertir este puente medieval en otro reluciente, lustroso y moderno para goce y disfrute de los 180 peregrinos que transitan por su calzada cada día. Se sustituye una barandilla de hierro, con un diseño de los años cincuenta, por otra de acero galvanizado sin diseño y más moderna. Las barandillas sustraídas del puente del Burgo las realizó de manera impecable Funciones Pardo, empresa fundada en los años cincuenta y una de las pocas empresas a nivel nacional que se dedican a estos menesteres. La barandilla retirada en esta ocasión se instaló en los años noventa, momento en el que también se colocaron las farolas y columnas como se puede ver en la foto adjunta. Con la moderna barandilla del puente Pontevedra se pregunta si el Servicio de Patrimonio de la Xunta de Galicia y el del Concello han dictado informes favorable para retirar la antigua, de fundición de hierro, y cambiarla por otra moderna de acero galvanizado, porque parece que el patrimonio lo es o no dependiendo de si afecta a la administración o a los administrados.

La historia del puente viene de lejos porque ya existía en la Edad Media y era y es paso obligado del Camino de Santiago Portugués. En el s. XVI el puente tenía dos torres defensivas, una a cada lado del río, la más próxima a la ciudad unida a la muralla y anexa a la antigua cárcel como consta en los dibujos de Pier María Baldi y de Celso García de la Riega. Una de las torres fue destruida por los ingleses en 1719, se reconstruyó pero desapareció definitivamente en 1805. En el centro del miso había un cruceiro.

La primera gran reforma del puente se acometió en 1886 bajo la dirección del ingeniero zamorano Prudencio Guadalfajara para su reparación y ensanche. Mucho dudó entre proponer la construcción de un puente nuevo o reformar el existente, pero la primera opción estaba económicamente fuera de su alcance. El presupuesto de la reforma ascendió a 72.274,18 pesetas, que además incluía un puente de madera provisional para no interrumpir el paso de peatones y carruajes durante las obras.

La carretera entre O Burgo y A Caeira se construyó en 1898; durante los trabajos le cayó encima una piedra enorme a un trabajador, que le cogió por sorpresa la explosión de uno de los barrenos. Por esa misma carretera, y ese mismo año, una mujer se cayó al río y salvó su vida al ser rescatada. Tres años más tarde comenzaron las obras de ensanche del puente, e inmediaciones, por lo que se tuvieron que expropiar varias viviendas.

La última gran restauración del viaducto se llevó a cabo en 1953 con un importe total de dos millones de pesetas. Se acometió la reforma para modificar la conducción de agua y reforzar la cámara de llaves, a la vez que se ensanchaba el puente por este motivo. Las conchas de vieira labradas en los arcos fueron un trabajo encargado a Raymundo Vázquez y que llevó a cabo con uno de sus mejores canteiros. Se construyó una pasarela anexa para el paso de peatones durante el año de duración de la obra. Se inauguro en septiembre de 1954 con la presencia del ministro de Obras Públicas Fernando Suárez de Tangil y Angulo, conde de Vallellano: "El Puente del Burgo se hallaba engalanado con gallardetes de los colores nacionales. Lucían colgaduras también algunos edificios y los centros oficiales". Se publicó para la ocasión una maqueta del puente y un folleto de cómo se realizaron las obras.

Los trabajos de excavación en el las inmediaciones del puente del Burgo en 1988 y 2006 pusieron al descubierto vestigios de la ocupación romana de la ciudad y sacaron a la luz varios miliarios. Para que hagan juego con el puente se podrían pulir de arriba abajo para borrar esas horribles letras antiguas que se dejan ver en la superficie.

"Esto es un atropello al ciudadano y un abuso de poder", explica nuestro paisano Juan Lago. La ciudad está horrorizada, nunca volveremos a ver el puente que conocimos de toda la vida. Esperamos que por lo menos en la inauguración las autoridades responsables de semejante estropicio vayan conjuntados con el decorado y lo hagan con bonitos uniformes de Star Trek con el escudo de la ciudad y la bandera de Galicia.