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El 'Tesoro de Agolada' que se salvó de la fundición

Un pequeño tesoro arqueológico que estuvo a punto de ser fundido durante la Guerra Civil para convertirlo en un lingote de oro con el que financiar la contienda y que por suerte en la actualidad se puede ver en el Museo de Pontevedra
El tesoro de Agolada. M. BARÁ/L. NOVÁS/ANUARIO MUSEO DE PONTEVEDRA 1942
photo_camera El tesoro de Agolada. M. BARÁ/L. NOVÁS/ANUARIO MUSEO DE PONTEVEDRA 1942

Encontrar un tesoro prehistórico no es asunto fácil, suele ser de manera casual y tiene algo de magia y de encanto. Una búsqueda que viene de muy lejos, en Egipto ya expoliaban tumbas desde la antigüedad y los que lo hacían cambiaban de manera anónima su vida, dejaban de ser pobres para convertirse en ricos. La conquista del Oeste en Estados Unidos se produjo de manera masiva ante el sueño de encontrar oro en los ríos y minas, pero a costa de crear ciudades sin ley y donde la ambición valía más que la propia vida.

En Pontevedra uno de los tesoros más importantes encontrados fue en As Silgadas en Caldas de Reis, que se conoce con el nombre de la población, y se descubrió en 1940. Sus descubridores, una familia corriente, intentaron ocultarlo y parte del mismo se fundió y vendió en A Coruña, pero al final fueron descubiertos: "Parte del dinero, envuelto en un papel de periódico, sirvió para pagar una mariscada en A Coruña y una juerga durante toda la noche". Gracias a sus errores lo que se pudo recuperar hoy se puede contemplar en el Museo de Pontevedra y es uno de los tesoros más importantes de Europa de la Edad de Bronce (entre 2250-1500 a. C.).

Aunque se han descubierto infinidad de tesoros arqueológicos en Pontevedra, una mámoa no se puede transportar y vender, porque son piedras graníticas enormes y no oro. Un patrimonio de nuestra historia igual de importante del que la mayoría duerme el sueño de los justos entre la maleza y las pintadas.

El Tesoro de Agolada, mucho más discreto que el de Caldas en número pero no en importancia arqueológica, se descubrió en esta localidad, una zona en la que se conservan importantes testimonios correspondientes a la cultura Megalítica de 3.000-1.800 a. C. Apareció exactamente en la carretera de Lalín a Agolada hacia 1920, cerca del castro de Goyás y de Ferreiroa. La fecha de 1920, que sostiene Antonio García y Bellido en El tesoro áureo hallado en Golada (Galicia) en 1920 y el antropólogo ourensano Florentino López Cuevillas en "Orfebrería Prehistórica en el Museo de Pontevedra" (1942), no parecen ser correctas ya que la foto de dicho tesoro ya consta, con anterioridad en 1907-1908, en el inventario que Rafael Balsa de la Vega entregó al ministerio en 1908 correspondiente a la provincia de Pontevedra en dos tomos. En el volumen de imágenes, la fotografía del tesoro consta como la número 6 con el texto: "Objetos prehistóricos. Brazalete de oro celta gallego". Rafael Balsa, nació en Padrón, y fue un pintor, escritor y crítico de arte que dejó obras escritas como Artistas y críticos españoles (1887), Los bucólicos. La pintura de costumbres rurales en España (1892) o el propio catálogo monumental de Pontevedra de 1908.

El tesoro de Agolada consistía en dos pulseras y un collar de oro datados en épocas tempranas de la Edad de Bronce, que encontraron por casualidad, como suele ocurrir, por unos operarios que hacían trabajos en este vial a las órdenes del contratista pontevedrés Cachafeiro. El tesoro se expuso durante un tiempo en la Sociedad Arqueológica, para después ser custodiados por partes en el domicilio del Dr. Filgueira y en el de Lino García y García. Los primeros documentos fotográficos fueron registrados por el afamado fotógrafo pontevedrés Lorenzo Novás Rarís, del que ya he escrito en varias ocasiones por la importancia de su labor gráfica. Aunque se trata de un collar y dos pulseras, destacar la importancia de las piezas y su buena conservación, ya que existen pocos vestigios de esa época en concreto, y los que hay se encuentran en el noroeste de España, en Portugal y Francia.

TESORO DE A GOLADA Los_bucó

Un tesoro que estuvo a punto de ser fundido para hacer lingotes. Fue al inicio de la Guerra Civil española cuando se hizo un llamamiento para financiar la contienda entregando monedas, oro o metales preciosos, por parte del Movimiento Nacional. Muchos pontevedreses respondieron al llamamiento y el resultado, a fecha de septiembre de 1936, fue el siguiente: "El pasado domingo se procedió a la fundición de diversas alhajas recibidas en esta Delegación (Delegación de Orden Público) con un peso neto de DOCE MIL CIEN GRAMOS, distribuidos en cinco lingotes de oro, que unidos a los once mil quinientos gramos producto de la primera fundición hacen un total de veintitrés mil seiscientos gramos". En aquel llamamiento quedó expresamente excluido "el renombrado TESORO DE GOLADA entregado por la familia Cachafeiro, con conocimiento y autorización de los donantes", que por suerte no se fundieron a la espera de que la Junta de Defensa Nacional dispusiera de ellos porque su valor era muy superior, por su antigüedad, al del peso oro.

En 1936 El Compostelano informaba que "Las antiguas alhajas que constituían el famoso y prehistórico tesoro de Golada, donado al estado por los herederos de Cachafeiro, ha sido devuelto al Museo de Pontevedra por la Junta de Defensa Nacional para su exposición al público en calidad de depósito". Por suerte, una vez más, gracias a la donación para su fundición, las piezas pudieron pasar directamente, en 1937, a formar parte del patrimonio del Museo de Pontevedra. La familia Cachafeiro era de Cerdedo y la formaban varios hermanos e hijos que se dedicaron a las Obras Públicas como contratistas; entre ellos Francisco Cachafeiro Cabano que por problemas de salud falleció en París, "al que se le consideraba justamente en toda Galicia. Hombre de talento, emprendedor de sólida garantía para los negocios. Un contrato con él llevaba el sello de gran seriedad y su ejecución perfecta; por eso su firma era de solvencia profesional y económica" Ramón (también contratista y padre de Ramón Cachafeiro Varela) y Amador Cachafeiro Cabano estudiaron en el colegio pontevedrés de San Luis Gonzaga.

El tesoro en la actualidad se puede ver en el Museo de Pontevedra y forma parte de la riqueza arqueológica de nuestro rico pasado, del que a veces sabemos tan poco.

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