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Aires, airiños, aires

El ministro de Consumo, Alberto Garzón. J.J. GUILLÉN (EFE)
photo_camera El ministro de Consumo, Alberto Garzón. J.J. GUILLÉN (EFE)

Lunes

Como era de esperar, la marcha contra ENCE celebrada ayer culminó en un sonoro pinchazo. Menos de mil personas se unieron a una convocatoria que movió mares y montañas en busca de una foto histórica frente a la pastera pero que terminó con unos cuantos selfies desangelados en la autovía y las proclamas habituales de los más entusiastas en las redes sociales. Rubén Cela, por ejemplo, miembro de la Ejecutiva Nacional del BNG y presidente de la Fundación Galiza Sempre, nos regaló un tuit que decía algo así como “Máis cedo que tarde, acabarase cumprindo a vontade da maioría da población de Pontevedra: unha ría limpa, saneada, sen ENCE ocupando dominio público e facendo irrespirabel o aire dos pontevedreses”. Durante toda la tarde esperé a que algún representante del Concello lo sacase de su error en lo referente a este último punto pero lo único que llegó fue una sorprendente adhesión desde la cuenta del propio alcalde, que decidió compartir la ocurrencia de Cela con sus 2790 seguidores en la popular red social. No pasa nada: si de defender la calidad del aire de Pontevedra -y por extensión a Anabel Gulías, que para eso fue la encargada de comunicarnos no hace tanto la buena nueva- aquí estoy yo.

Martes

Habrá mil y un motivos para defender que ENCE salga de donde está pero la calidad del aire no pasaría por ser uno de ellos ni muchísimo menos. Como muy bien nos explicó Gulías en su última comparecencia para rendir cuentas del trabajo del Observatorio Urbano de Pontevedra, nuestro aire cumple con el 99,9% de las directrices dictadas por la Organización Mundial de la Salud, consecuencia primera y directa de un modelo que ha recuperado la ciudad para las personas en detrimento de los coches. Dicho de otra manera: gracias al empeño y la buena gestión del gobierno local, el aire de Pontevedra podría embotellarse y venderse en la sección gourmet de las tiendas más caras del mundo, por eso sorprende que nadie le explicase a Cela lo erróneo y contraproducente de su afirmación.

Miércoles

Y hablando de manifestaciones y redes sociales, ahí va otro consejo para algunos representantes de nuestra clase política local: una concentración ciudadana por un hecho tan terrible como el asesinato homófobo de Samuel, no es el lugar ideal para hacerse selfies y colgarlos posteriormente en Twitter o en Facebook. Uno quiere pensar que la intención de Rafa Domínguez y Tino Fernández era buena pero el resultado final de tal acción no pudo ser más desafortunada. Si uno quiere secundar la repulsa ciudadana y amplificarla en la redes, basta con un plano general de la manifestación o centrar el objetivo en alguna pancarta de las que portaban los presentes, pero nunca una foto propia, que viene a decir exactamente lo contrario de lo que, uno cree, pretendían expresar.

Jueves

Quién nos iba a decir que media España iba a estar hablando esta semana de chuletones, solomillos y otras delicias cárnicas pero este país perdió el oremus hace ya mucho tiempo. Todo comenzó con un vídeo del ministro Alberto Garzón en el que, de un modo un tanto torticero y con ese aire de seminarista 2.0 que se gasta en sus intervenciones, nos animaba a un reducir el consumo de carne. Lo que dice Garzón, en realidad, lo llevan diciendo los médicos desde hace muchos años pero seguir insistiendo en los pedos de las vacas como armas de destrucción masiva contra el medio ambiente no ayuda a reforzar la credibilidad del mensaje. La cosa no debería haber pasado de ahí, pero el propio presidente Sánchez se descolgó a las pocas horas con una manifestación al respecto llena de cuñadismo y, claro, la catarata de despropósitos se desató como un tsunami: mientras la crisis sanitaria y económica tienen a la población en vilo, algunos de los principales políticos de este país se dedicaron a explicarnos cómo se comen ellos el chuletón, la enésima demostración de eso que les digo siempre: Españita nunca defrauda.

Viernes

Una vez más, la representante del ganado lucense se llevó el certamen de la vaca más guapa de Galicia que organiza, desde hace al menos cuatro siglos, el mítico programa de televisión Luar: una vez más se demuestra que, como los países del este en Eurovisión, los de Lugo siempre se votan entre ellos.

Sábado

Veo la remodelación del Gobierno ejecutada por Pedro Sánchez y solo se me ocurre una cosa que decir: miren por dónde, lo más estable en el ejecutivo sanchista resultó ser, después de todo lo dicho y escrito, Unidas Podemos.

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