Blogue | Comanchería

Capturas

Centollas en la Plaza de Abastos de Pontevedra. DAVID FREIRE
photo_camera Centollas en la Plaza de Abastos de Pontevedra. DAVID FREIRE

Lunes


Si el BNG no fuese una organización declaradamente feminista, Ana Pontón debería haber salido en todas las fotos del congreso celebrado este fin de semana con una tiara de princesa en la cabeza, sonriente y coronada como la primera intocable del partido desde tiempos inmemoriales. Como a los entrenadores de fútbol, a los políticos los juzga la militancia por sus resultados y los de Pontón son tan inapelables que a nadie se le habría ocurrido cuestionar su liderazgo en un momento donde el partido necesita medir cada paso para no perder lo conquistado y optar a retos mayores que liderar la oposición a Núñez Feijóo. Declarar que el BNG no es un partido de naturaleza propiamente independista, y que se ve capaz de acoger a cualquier otra expresión del galleguismo, incluida aquella más conservadora y que ahora vota al PP, es un movimiento inteligente: el caldero de izquierdas da para lo que da y ya veremos si de aquí a las próximas elecciones no aparece otro buque de arrastre con capacidad para lograr una buena cuota de capturas.

Martes


Y hablando de capturas, la campaña de la centolla empieza a arrojar algunos datos que nos remiten a lo peor de la naturaleza marinera, ese carácter depredador que empuja a demasiados implicados en la dirección errónea. Los más de 150 kilos decomisados en los días previos a la apertura de la veda nos recuerdan que el furtivismo sigue siendo una práctica muy extendida y hasta consentida en nuestra ría, pues todos conocemos algún restaurante o casa de comidas donde se sirve ese manjar fuera de temporada sin que nos parezca del todo mal, sobre todo dependiendo del precio que nos cobren por un farolillo con buena sustancia.

Miércoles


El dinero en efectivo parece tener los días contados en la noche pontevedresa, una medida tan lógica como peligrosa para la gente con ciertos problemas de autocontrol. Durante años he tenido por norma dejar en casa la tarjeta de crédito y salir con lo justo, una cantidad asignada de antemano para evitar molestas llamadas del director de mi banco al lunes siguiente, visiblemente preocupado por los movimientos registrados a partir de una cierta hora. No queda muy claro si de la pandemia hemos salido mejores pero sí que algunas de las nuevas costumbres nos obligarán a usar la cabeza para algo más que poner morritos a la camarera o marcar el ritmo de la canción del verano: que Abanca, o quien sea, nos coja confesados.

Jueves


Hoy ha sido un día glorioso para los medios de comunicación, al menos para algunos. La noticia de un vigués que supuestamente despertaba de un coma tras 35 años de oscuridad se propagó por las webs de un buen número de periódicos que priorizaron el clickbait al contraste de la información y, claro, luego pasa lo que pasa. A medida que avanzaba el día y se iban conociendo más datos de la mentira, algunos optaron por borrarla de sus webs pero otros decidieron que la carnaza seguía siendo demasiado apetecible como para descartarla y ocuparon tiempo y recursos en adornarse de un modo bastante pornográfico, para que nos vamos a engañar. La precariedad en el sector puede explicar algunas cosas pero no en casos como este, donde a uno le queda la sensación de que todo vale con tal de acumular visitas y dar que hablar en las redes: un poco como mi madre en Facebook.

Viernes


Primera noche con la tarjeta de crédito en el bolsillo y primer drama al llegar a casa: se veía venir. Así que me van a permitir que aproveche esta tribuna para pedir descuentos, promociones e incluso una tarjeta de empresa para gastos de representación porque la noche pontevedresa merece ser contada pero sin dejarnos los ahorros por el camino. 'Madura', pensarán ustedes. Y no les faltará razón, pero es la típica cosa que resulta más fácil pensarla que hacerla: a ver qué pasa mañana o el lunes, cuando me llame Don Ramón con el conteo de las capturas.

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