LUNES
Se ha levantado el país con esas ojeras amables de las noches felices, un poco como en aquel primero de año de 1987 tras la sonada actuación de Sabrina Salerno en el especial de TVE. De la dosis justa de erotismo se encargó en esta ocasión Rafa Nadal, que derrotaba de madrugada a un ruso en Nueva York para elevar a diecinueve su número de triunfos en torneos del Grand Slam y reconciliar a España con aquella imagen de último bastión de la fe que tanto gustaba cultivar a los publicistas del franquismo. "Cada mentira que contamos es una deuda con la verdad", dice Legasov en la serie 'Chernobyl'. Dejemos de decir que Rafa es una persona normal, un campeón amable, el yerno favorito de España. Nadal es un dios de la guerra, un depredador, el nombre en clave de una maquinaria demasiado sofisticada para poder comprenderla y tratar de explicarla.
MARTES
La facultad de Ciencias de la Información y del Deporte cuenta desde hoy con un espacio Starbucks, el primero de la popular multinacional en la ciudad. La noticia, lejos de acercarnos a los caprichos más absurdos del primer mundo, nos recuerda lo lejos que queda todavía nuestra coqueta Boa Vila de la Gran Manzana, por poner un ejemplo de consumismo teledirigido y modernidad: antes llegó Starbucks a Invernalia que a Pontevedra, con todo lo bueno y malo que esto pueda decir sobre nosotros.
MIÉRCOLES
La gran mayoría de los niños gallegos ya están de regreso a las aulas, unos más contentos que otros, como siempre. La imagen de la jornada nos la dejó la visita de Alberto Núñez Feijóo al CPI Terras de Maside, gracias a la inocente expresividad de una niña que parecía querer huir del saludo del presidente de la Xunta. Creo que no exagero al afirmar que lo puso en más apuros que Gonzalo Caballero en su debut como líder del grupo socialista en el Parlamento, un cara a cara que ganó Feijóo claramente a los puntos por una mera cuestión de reglamento: en el debate parlamentario no se permiten los K.O. Mucho tendrá que mejorar el candidato del PSOE si pretende poner en aprietos a Feijóo de cara a un más que posible combate electoral.
JUEVES
El pueblo habla de que Pablo Iglesias ha llamado a Pedro Sánchez, la confirmación de que la política nacional se ha convertido en la telenovela de moda cuando ya dábamos por enterrada la era de los culebrones. Todos hemos sido Pablo alguna vez, ese novio desesperado y desprovisto de dignidad que trata de reconducir lo irreconducible. En el otro extremo de la misma historia tendríamos a Cayetana Álvarez de Toledo, tan ávida de ofender que se ha quedado sin rivales y comienza, ya, a revolverse contra los suyos. Hay que ser muy desahogada o creerse una elegida —puede que incluso ambas cosas— para acusar de tibieza a quienes vivieron amenazados por la banda terrorista ETA mientras ella, como mañana le recordará Borja Sémper, "caminaba sobre mullidas moquetas".
VIERNES
No cabía un alma más en la presentación de A rienda suelta, el último libro del Coronel, que es como todos deberíamos llamar a Xosé Fortes si tuviésemos un mínimo de dignidad y memoria: no Fortes, no Don Xosé, no 'el padre de Xabi', no... Mi Coronel, simplemente y en mayúscula.
SÁBADO
Hoy no juega Nadal, ni los titanes del baloncesto, así que habrá que conformarse con Vinicius. Esta semana debutó con Brasil y a punto estuvo de marcar su primer gol con la canarinha: recibió un balón a media altura, en el pico del área pequeña, y descargó una volea que envió la pelota fuera del área, en dirección contraria a la portería atacada. Con más Vinicius en el fútbol, Lores todavía sería portero.
