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Despropósitos de Año Nuevo

La atleta Ana Peleteiro, que participó en las campanadas de Nochevieja en la TVG. EFE
photo_camera La atleta Ana Peleteiro, que participó en las campanadas de Nochevieja en la TVG. EFE

Lunes


Entramos en la última semana de un año que amenazó con quitárnoslo todo, al menos tal y cómo lo habíamos conocido. En un mundo donde se cae Twitter un par de horas y aumenta la tasa de suicidios, afrontar los rigores de una pandemia se me antojaba un reto imposible de superar pero el ser humano es un poco como la uralita: tenemos un punto tóxico pero lo compensamos con resistencia. Para nuestros políticos ha sido un año complicado, especialmente duro para quienes tenían en sus manos alguna responsabilidad de gobierno y se vieron obligados a tomar medidas sin un manual de instrucciones al que atenerse. Le han puesto voluntad y buena fe, de eso no tengan ninguna duda, y por el camino han tenido que aguantar el soniquete constante de todos esos que siempre saben lo que hay que hacer cuando son otros los que tienen que hacerlo.

Martes


Alemania acaba de anunciar que prohíbe la venta de petardos y cohetes, una decisión que agradecerán muy especialmente las mascotas de nuestros vecinos teutones. De pequeño me hacía mucha gracia el gentilicio y las imágenes de aquellas camareras pechugonas, sirviendo cerveza a mansalva en el Oktoberfest, no ayudaban a quitarme de mi error. Pero no nos desviemos del tema: la pólvora y las mascotas. Ojalá pronto podamos felicitar desde esta sección a nuestro alcalde y su equipo de gobierno por terminar con prácticas tan inútiles, estúpidas y nocivas para la salud de nuestros animales como los fuegos artificiales de la Peregrina o el Santiaguiño de O Burgo.

Pontevedra, que ha sido pionera en devolver los mejores espacios de la ciudad a las personas, bien podría abanderar una segunda revolución del bienestar que incluya en la ecuación a una parte esencial de tantas y tantas familias.

Miércoles


Me cae bien James Rhodes, no es que lo siga demasiado pero siempre me ha gustado la figura del extranjero que no se corta a la hora de cantar las vergüenzas de su país de acogida. El silencio del emigrante, que es lo que muchos pretenden, siempre me ha parecido una forma de fascismo que solo beneficia a quien saca provecho del status quo. Pero una cosa es que me caiga bien Rhodes y otra muy distinta que aplauda su nacionalización express por razones de ideología y publicidad gratuita. Como poco, me parece una broma de mal gusto que solo se podría superar si Rhodes, ahora que ya tiene la nacionalidad española, se convirtiera en un facha recalcitrante que interpreta el Cara al sol para poner el broche de oro a sus conciertos.

Jueves


Dicen los que vieron las campanadas a través de TVE que Ana Obregón ha sido la estrella indiscutible de este fin de año. Yo, como es costumbre en esta casa, preferí optar por el incombustible Xosé Ramón Gayoso, la atleta Ana Peleteiro y los gongs aterciopelados de la Berenguela, que está muy bien eso de vivamos como galegos pero luego bien que traicionamos nuestros principios patrióticos por ver asomar el culo de la Pedroche o rajar de los pendientes que luce Anne Igartiburu. Y hablando de principios: mi madre fue la única que se comió las doce uvas mientras mi padre y yo nos conformamos con las once que nos tocaron en suerte… O no.

Viernes


Es importante no perder la cabeza con los propósitos de año nuevo, así que me voy a permitir la licencia de aventurar el que convendría asumir a los habituales de estas páginas. Al alcalde Lores, por ejemplo, le ha llegado el momento de las cremas, el sérum de ácido hialurónico y las mascarillas. A César Mosquera le convendría abandonar su famoso bigote y a Demetrio me gustaría verlo ataviado con un fachaleco, aunque solo fuese por las risas. Anabel, Oubiña y Juncal podrían apuntarse a clases de pintura. O de música. Rafa Domínguez debería ponerse glúteos, no pasa nada por reconocer las propias limitaciones. Y a Pepa Pardo, Pilar, Yoya, Gerardo y Goyo Revenga me los imagino super felices gestionando un dispensario de marihuana, aunque si les parece una idea demasiado agresiva -e ilegal- siempre pueden optar por un club de lectura. Junco y Puentes, que son los más elegantes del consistorio, podrían bajar al barro y tejerse sus propios jerséis mientras Raimundo, el más responsable de todos, debería relajarse y no pensar demasiado en cuánto nos podrían costar a los contribuyentes todos estos despropósitos de año nuevo.

Pd: si usted, querido concejal, echa de menos su nombre en esta relación, aproveche el 2021 para dar un poquito más que hablar a los aburridos chavales de la prensa: tíñase el pelo, imite a Carmela Silva en los plenos, frecuente los karaokes de la ciudad… Imaginación al poder, aunque les cueste el puesto.

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