Blogue | Comanchería

Gobernar y protestar

Una azafata ante el AVE que probó la línea entre Madrid y Ourense. JESÚS HELLÍN (EUROPA PRESS)
photo_camera Una azafata ante el AVE que probó la línea entre Madrid y Ourense. JESÚS HELLÍN (EUROPA PRESS)

Lunes

El programa Salvados marcó ayer un máximo histórico en Galicia, con un 15% de share. Mientras el resto de España se refocilaba en dolor de –valga la redundancia– Dolores Vázquez, aquí nos clavamos frente la pantalla para conocer de primera mano la historia pasada, presente y futura de Ence. En un ejercicio de periodismo impecable, Gonzo y compañía se preocuparon por dar voz a todos los implicados en este embrollo político-industrial y tan solo la propia fábrica se quedó sin aportar su versión. Algunos se temían un programa rodillo, embozado en el falso ecologismo y otros recursos facilones, pero lo cierto es que el resultado final terminó por convencer a casi todos, desde los propios trabajadores hasta los más firmes detractores de la empresa, un equilibrio difícil de lograr partiendo desde posiciones tan encontradas.

Martes

El obispo emérito de Solsona, el ya popular Xavier Novell, se casó ayer por lo civil con la escritora de novela erótica Silvia Caballol, por la que había colgado la sotana durante el verano causando un revuelo excepcional tanto dentro como fuera de la iglesia. Novell, que anteriormente había llamado la atención de la prensa en varias ocasiones por sus discursos llenos de odio hacia los homosexuales –pretendía curarlos– o el aborto –"el mayor genocidio de la historia", en sus propias palabras–, nos deja en herencia una historia de amor con todos los ingredientes necesarios para convertirse en un auténtico superventas, ya veremos si escrito por la propia Caballol o por cualquier autor próximo a la pareja que conozca de primera mano los entresijos de su relación: calienta, Álex de la Iglesia, que sales.

Miércoles

Ahora que la alta velocidad ya casi es una realidad en Galicia, convendría que RENFE se pusiera las pilas con una página web que no le hace ninguna justicia a lo ofertado. A fin de cuentas, y después de tanto esperar, no tendría ninguna gracia que los gallegos siguiéramos llegando tarde a Madrid por culpa de un mero problema de gestión, que viene a ser el equivalente al pecado de la pereza en asuntos administrativos. "RENFE agradece su paciencia", reza uno de los grandes lemas de la empresa. Pues bien, ya va siendo hora de que los usuarios le digamos a la propia RENFE que nuestra paciencia no es gratuita, como tampoco lo es el cambio de asiento o la anulación de billetes, así que ya estaría bien de abusar de ella, especialmente cuando todavía no nos hemos ni subido al tren.

Jueves

No faltó casi nadie a la gala de los premios Pontevedreses del año, donde la flor y nata de la ciudad saca sus mejores galas para alternar en los típicos corrillos previos y posteriores a la entrega de galardones. Por allí vimos a Tino Fernández, impecable con su estilismo de entrenador italiano de fútbol, o a Rafa Domínguez, más clásico, con un chaquetón de color camel que le da cierto aire a Bruce Wayne cuando este se dejaba caer por alguna gala benéfica de Gotham. Al alcalde Lores lo vimos aparecer en compañía de Carme da Silva, sobrios, sin estridencias, dejando atrás aquellos tiempos en los que arriesgaban más de la cuenta con la selección de tejidos para fortuna de Rodrigo Cota, que escribió algunas de sus mejores columnas sin apenas esforzarse. No hubo sorpresas, en definitiva: ganaron los que tenían que ganar y perdimos los que nos presentamos a la gala sin cenar, el enésimo mazazo de la covid-19 a la socialización, que nos dejó sin el clásico y agradecido pincho.

Viernes

Centenares de pontevedreses se concentraron ayer para protestar por el cierre de Reina Victoria, la última batalla abierta entre la imaginación de Mosquera y la tradición oral. El ahora vicepresidente de la Diputación lleva años fabricando una ciudad nueva que primero germina en su cabeza y luego se transforma en realidad, a menudo con gran éxito de crítica y público, pero siempre contestada en sus fases iniciales, esas en las que nadie termina de ver el beneficio de los cambios. Esto no quiere decir que Mosquera sea infalible, tan solo brillante y testarudo. Como las protestas de ayer tampoco significan que la ciudad haya perdido la fe en él, si acaso la paciencia. De todas formas, sí debo reconocer que a uno le da cierta paz comprobar que cada uno se encuentra cómodo en el papel que le ha concedido la democracia: los gobernantes a gobernar y la oposición a opositar, es decir, a protestar.

Comentarios