Blogue | Comanchería

Menuda semana

LUNES

Echamos mucho de menos a Gerardo Lorenzo durante las fiestas, pero por fin logramos embarcarlo en una de esas quedadas —siempre con fines altruistas— que organizamos cada cierto tiempo unos cuantos amigos de Pontevedra, en minúscula. Todavía se le nota el susto en el rostro cuando nos relata el accidente y las complicaciones posteriores que sufrió su hermano Miguel, el senador del Partido Popular, al que aprovecho para enviar un fuerte abrazo y desear una pronta y total recuperación.

El propio Gerardo siempre cuenta de él que es, con mucha diferencia, el más bueno y bondadoso de los cuatro hermanos —"los otros tres éramos unos cacos", recuerda— hasta el punto de casi mirar hacia otro lado mientras Francis le saqueaba la hucha indiscriminadamente en aquellos días de infancia en la Rúa Nova. "¿Podemos decir, entonces, que Francis fue el primer español en meter la mano en la caja B del Partido Popular?", le pregunto. Ríe Gerardo, y todos nos alegramos de verlo feliz otra vez.

MARTES

"Y harto de buscarte siempre a oscuras y de volverme de puro hielo, tiré toda mi vida a la basura y ni las ratas se la comieron". Robe Iniesta (Yo, minoría absoluta, 2002).

MIÉRCOLES

El Open Arms atraca -al fin- en la isla de Lampedusa cumpliendo la orden de Luigi Patronaggio, fiscal de Agrigento. Los 83 inmigrantes que todavía quedaban a bordo fueron atendido por médicos italianos y trasladados a un centro de acogida, después de 20 días a la deriva por la sinrazón de un político extremista —Mateo Salvini— y la insufrible inacción del resto de Europa. "Estas ONG no hacen más que provocar un efecto llamada y algunas incluso colaboran con las mafias que trafican con personas", dice un buen amigo mío. Lo seguiremos siendo, no teman: la estupidez no es razón suficiente para invalidar una amistad que se remonta hasta los años de Naranjito y los Autos Locos.

Sigo sin ver una sola rata en Pontevedra pero me mantengo alerta

JUEVES

Sigo sin ver una sola rata en Pontevedra pero me mantengo alerta, por si acaso. Siempre me han provocado un pánico extremo, desde niño. Un día me obligaron mi abuela y mi tío a colaborar con ellos en el exterminio de una que había acampado en nuestra bodega. Me dieron un palo y me ordenaron cubrir su retirada por una de las puertas. Movieron una cajas, salió la rata embalada hacia mi posición y no pude ni alzar el palo, paralizado por el miedo. "No vales para nada, carallo", dijo mi abuela muy enfadada. Nunca imaginó este giro de los acontecimientos, supongo: al parecer, sí valgo para contarlo.

VIERNES

Me encantan los sorteos organizados por la UEFA porque no esconden su verdadera naturaleza: se van a Mónaco, un paraíso fiscal, y desde allí montan un espectáculo fenomenal en el que van intercalando mensajes muy nobles y bien intencionados: no al racismo, no a la homofobia, sí a la inclusión... Me recuerdan a aquel libro de Jack London en el que una organización de asesinos se rige por estrictos códigos morales: cumplir siempre con el encargo, asegurarse de que el asesinado es merecedor de semejante condena, etc... Al Barça le ha tocado en el llamado grupo de la muerte, por cierto. Mi amigo Enrique Ballester, autor del fantástico Barraca y tangana (Libros del K.O) escribía lo siguiente en Twitter: "Cuando hay un sorteo y alguien habla de grupo de la muerte mi cerebro dice: Castellón, Pontevedra, Barakaldo y Ciudad de Murcia". Que apunten su nombre los Amigos de Pontevedra, en mayúscula.

SÁBADO

Ni rastro de la pizza que encargué ayer: no sé si echarme a llorar, salir a correr o aliarme con el Frente Judaico del Partido Popular: han sido las ratas. O paramos esto, alcalde Lores, o en pocas semanas tendremos a los dichosos roedores reclamando un autobús interurbano y mejoras sustanciales en la recogida de basuras. Ya me imagino a Leoncio Feijóo, héroe atemporal, haciendo el saque de honor en Pasarón con su guante de desratizar y el enemigo cazado por el rabo, mostrándolo al respetable: eso sí habría que roelo.