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Dos empiezan la carrera

SEDE AFUNDACIoN_ Congreso provincial del PP
photo_camera Alfonso Rueda, rodeado de algunos de sus colaboradores, antes del inicio del Congreso Provincial. RAFA FARIÑA

El tiempo pasa volando. Dentro de año y medio estaremos en la precampaña de las municipales de 2023. Falta mucho, pensará usted, porque no prestó atención a la frase con la que abro esta página. En realidad, desde la óptica de los partidos serios un año y medio no es tanto tiempo. Hablo de los partidos que están trabajando para empezar desde ya una carrera de fondo con sprint final, o sin él, eso ya depende del electorado. Dentro de esas formaciones no vamos a contar al PSdeG de momento, pues están entretenidos en mantener esa tradición que viene del Paleolíco, que es la de matarse entre ellos. Como siempre, llegarán a la casilla de salida un segundo antes de que empiece la carrera, lesionados, de resaca y sin dormir.

El PP está estos días celebrando sus congresos provinciales con la vista puesta en las municipales. Repiten los cuatro presidentes y luego supongo yo que cada uno lo llevará a su manera, en plan Baltar. El de Pontevedra, Alfonso Rueda, sacó ayer un 98,13% de los votos de los compromisarios, igualando la marca de Feijó en el Congreso nacional (de Galiza). Y Rueda optó por presentar a un equipo municipalista, y si uno ve su lista no se lo discutiremos ni usted ni yo. Alcaldes jóvenes con experiencia en repetir absolutas, como María Ramallo, de Marín o Jorge Cubela, de Cerdedo-Cotobade. Hay otros alcaldes de peso como Crespo o Telmo Martín (q.e.p.d.), que recuperaron las plazas de Lalín y de Sanxenxo. No es cosa de reproducir aquí la lista de la nueva Ejecutiva, pero municipalista lo es. Mucho alcalde, diputado provincial y líder de oposiciones dificultosas, como la de Corina Porro en Vigo. Gente de poco despacho y mucho contacto directo con el vecindario y que exhibe capacidad de trabajo y gestiones aplaudidas por el electorado en las urnas. Eso no es motivo de discusión, pues no depende de que usted o yo seamos más o menos afines al PP. Yo, a los que conozco me caen bien, tampoco vengo a mentir, que tengo un desprestigio que mantener.

Dicen en el PP de Pontevedra que este equipo es más potente que el anterior, y lo es, o eso me parece a mí. Y es que además de jugarse el gobierno de los municipios de la provincia se juegan toda una Deputación de Pontevedra. Para ello, además de unos buenos resultados en municipios pequeños y en partidos judiciales que van sumando diputados provinciales, necesitan mejorar en las dos grandes ciudades: Pontevedra y Vigo, dos plazas que se mantienen desde hace tiempo alejadas de las aspiraciones del PP. Ya no digo gobernarlas, que creo que no va a ser, ni siquiera ganarlas, que tampoco lo veo, pero sí reducir las distancias que las separan de socialistas y nacionalistas. Que lo consigan o no ya se verá, pero que Rueda montó un equipo sólido para intentarlo tampoco lo vamos a negar.

Mientras, en el BNG, las bases y la UPG están reflexionando sobre su futuro (el de la UPG). Son gente que discute mucho y en el que tanto las cuestiones ideológicas como las litúrgicas tienen mayor peso que en los otos dos partidos. Pero arrasará Ana Pontón en el congreso de noviembre, no creo que con un resultado cercano al 100% pero sí con una mayoría interna más que abundante para tener manos libres y renovar a su equipo. Y ahí, entre los dos partidos que se están tomando esto en serio, se jugará el partido. Es cierto que el PSdeG siempre es fuerte en las municipales, sobre todo en algunas de las grandes ciudades, pero no olvidemos que apenas llevan lo que va de mandato gobernando algunas, pues estaban tres de ellas en manos de la difunta Marea, que como subió bajó, con lo que nos demostraron que el nombre elegido para el chamaco que habían parido era toda una declaración de intenciones, como cuando unos padres llaman Justin a su hijo para que sea un cantante famoso, cosa que nunca funciona, que lo sepan.

Dicho todo lo anterior, el electorado gallego se comporta muy a su aire en función del proceso electoral. En las municipales de Pontevedra, por ejemplo, Lores recibe un montón de votos que en las autonómicas vuelven al PP y en las generales van a donde los lleve el viento, pero en la provincia el PSdeG gobierna con el BNG la Deputación desde hace seis años y pico, con resultados más o menos ajustados. Carmela Silva, la presidenta, no deja de lanzar dardos a Alfonso Rueda a la menor ocasión, o sin ocasión, y eso es una muestra de que lo reconoce como la única pieza de caza mayor que le puede arrebatar el cargo, aunque no sea para ocuparlo él, cosa que no creo que haga siendo como es vicepresidente de la Xunta y conselleiro Justicia y de Turismo . Ya digo yo que mi presidenta no descansará hasta que uno de los dos, ella o él, pueda exhibir en el salón de su casa, colgada de una pared, la cabeza del otro o de la otra.

En fin, que hay pelea y más que habrá si los socialistas despiertan a tiempo.

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