La Abau y la covid provocan largas esperas para hallar un puesto en la Biblioteca

"Teniendo en cuenta las circunstancias, estudio en mi casa. Durante el curso, era de gran utilidad ir a la biblioteca; estos días, debido a la pandemia, solo está abierta la Biblioteca Pública, con colas de hasta 20 minutos para conseguir entrar". Es el testimonio de Ana Vidal, estudiante de 2º de Bachillerato del IES Valle Inclán y una de los 874 alumnos de la ciudad que justo dentro de una semana se enfrentarán a una de los exámenes más determinantes de su vida en un momento histórico.

La Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade (Abau), los días 7, 8 y 9 de julio, será la más singular que se recuerde. Marcada por la covid-19 y las estrictas medidas de seguridad e higiene que acarrea, tras el cambio de modelo por uno que aporta más opcionalidad para contrarrestrar los efectos de la suspensión de clases presenciales en el tercer trimestre, el siguiente paso fue la deslocalización.

Es por eso que a las tres sedes habituales en el campus de A Xunqueira (Ciencias Sociais, Ciencias da Educación y Forestais) se suman el pabellón de A Raña, en Marín (para el alumnado de Marín y Bueu, 150 personas) y Fexdega para el de O Salnés (otras 550). A ellos se suman los estudiantes con discapacidad o necesidades especiales que se examinarán en el colegio de la ONCE.

En toda el área dependiente de la Universidade de Vigo, incluyendo los tres campus, se crearon diez comisiones delegadas en otras tantas cabeceras de comarca. En total son unos 5.500 estudiantes, un millar más que en 2019.

Pero mucho antes de llegar el día señalado los efectos de la covid ya se están notando con la falta de espacios para el estudio. La biblioteca central del campus está vetada para los futuros universitarios. Aunque permanece abierta, solo pueden acceder personal docente e investigador y alumnos de doctorado, trabajo de fin de grado y de fin de máster, y siempre con cita previa.

MASCARILLA. Por eso la otra opción es la Pública, donde los escasos puestos en la sala de lectura (14, debido a la distancia exigida) se cotizan por todo lo alto. "Abrimos a las nueve y a las ocho ya están los chavales esperando", explican. La situación obligó a darles número. Hoy será el último día que las instalaciones abran todo el día, ya que a partir de mañana su horario será de 8.30 a 14.30 horas.

Todos se preparan para un momento crucial marcado por un protocolo ya conocido, que, a las indicaciones de años anteriores, suma la obligación de usar mascarilla en las filas de acceso y dentro del aula. Habrá bolígrafos de sustitución desinfectados para evitar compartirlos.