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El Aeropuerto transoceánico de A Lanzada

Un aeropuerto con dos pistas, aparcamientos, hangares para guardar los aviones, edificios de viajeros, aduanas, talleres y dependencias para un aeropuerto de tipo intercontinental, un sueño que duró veinte años.

Pista de A Lanzada en 1956-57, vuelo Americano Serie B. INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
photo_camera Pista de A Lanzada en 1956-57, vuelo Americano Serie B. INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

EL 22 de julio de 1927 en el Diario oficial del Ministerio de la Marina se publicaba el Real Decreto Ley firmado por Miguel Primo de Rivera y Orbaneja en el que instaba como prioridad construir aeropuertos en España: «no sólo para recibir los auxilios necesarios a su tráfico y navegación, sino muy especialmente para que España pueda mantener y ejercer sobre ellas el techo de soberanía que le corresponde en el aire nacional».

Para posicionarse, en marzo de 1928 el Gobernador interino de Pontevedra, Manuel Gómez Pedreira, hacía una convocatoria para formar la Junta de Aeropuerto Nacional de Galicia. Los emplazamientos que se barajaron en diferentes momentos fueron los de A Coruña, el de las Gándaras de Budiño (Redondela) en donde se construyó un nuevo apeadero del ferrocarril "cuyo emplazamiento correspondía a la zona principal del futuro aeropuerto (Peinador)", en Porriño, en A Xunqueira de Lérez, en la ensenada de San Simón y en el istmo de O Bao (A Lanzada) se contemplaba un Aeropuerto Marítimo Nacional.

En noviembre de 1936 los concejales de Pontevedra, Cachafeiro, Casalderrey y Casiano Peláez, acompañados por el arquitecto municipal, Emilio Quiroga, inspeccionaban los alrededores de la ciudad para buscar un terreno que reuniera las características técnicas óptimas para la construcción de un aeropuerto. Ese mismo mes se descartaron los terrenos de A Xunqueira de Lérez por no tener las dimensiones adecuadas.

El impulsor de la construcción de aeropuertos civiles en España fue Eduardo González-Gallarza Iragorri, un militar y pionero en la aviación española que fue ministro del Aire con Franco. En julio de 1946 visitó A Toxa y A Lanzada acompañado por el jefe de la región aérea Atlántica, el general Julián Rubio López, para valorar la viabilidad de la construcción del aeropuerto. A ojos del ministro la idea de un aeropuerto en Vigo y otro en A Lanzada se complementaría, "facilitando el aterrizaje si por causas atmosféricas no fuese posible en alguno de ellos". Además, Gallarza advirtió que el Estado no se podría hacer cargo de toda la financiación de los proyectos.

En 1948 se volvía a plantear la construcción de un gran campo de Aviación Intercontinental en A Lanzada presentado por el diputado Casiano Peláez Merino a la Gestora de la Diputación de Pontevedra y al Ayuntamiento. En una emisión de Radio Pontevedra, un año después, el alcalde de O Grove comentaba los beneficios que reportaría el aeropuerto transoceánico su municipio. A este interés se sumaban los apoyos del Presidente de la Diputación de Pontevedra, Manuel Fontoira Peón (1948-1951), el alcalde Remigio Hevia Marinas y el ingeniero director de Obras del Puerto, Luis Ponce de León Cabello, o el del ministro de Obras Públicas José María Fernández Ladreda, que serían decisivos para la financiación y el inicio de las obras. Ese mismo año se realizaron estudios técnicos por parte del Ministerio del Aire para evaluar "los vientos reinantes, nebulosidad y demás elementos que son necesarios conocer para establecer el servicio". Curiosamente, en 1948, tuvo lugar en La Toja un encuentro y las primeras negociaciones entre España y Francia de cara a la firma de un Convenio Aéreo que se conocería como el Tratado de La Toja.

En junio de 1949 ABC publicaba que : "El ingeniero Jefe de la Junta de Obras del Puerto, D. Luis Ponce de León, designado por el ministro de Obras públicas para representar al expresado Departamento en la Comisión interministerial que ha de intervenir en el estudio, redacción del proyecto y realización de las obras del futuro aeropuerto de La Lanzada, en La Toja, ha manifestado que su emplazamiento será en la ensenada del Bao (La Lanzada), en la ría de Arosa. Para establecerle se cortará la entrada de las mareas en la ensenada del Bao con un dique de una longitud de 1.500 metros de secada, en una zona de marisma casi cuadrangular de 2.000 metros y una superficie de 5.000 metros cuadrados. Ello permitirá el establecimiento de dos pistas principales afirmadas en la dirección de los vientos dominantes, una de 2.500 metros en dirección Noroeste-Suroeste, y otra, de 1.800 metros, en dirección Norte-Sur. Estas dos pistas tendrán una anchura de 60 metros. Como complemento habrá otra pista de maniobras y aparcamientos, independientemente de los hangares para guardar los aparatos, edificios de viajeros, aduanas, talleres y cuantas dependencias precisa un aeropuerto de tipo intercontinental como el que se pretende construir. La entrada de los aviones será siempre por el mar". Francisco Iglesias Brage, jefe del Servicio de Obras del Sector Aéreo de Galicia anunciaba en Santiago, en diciembre de 1950, el inicio de las obras del Aeropuerto de La Toja a un año vista, y unos meses después, "expuso al Gobernador Civil y a las fuerzas vivas de la capital (Pontevedra) sus impresiones sobre el proyecto".

La financiación se hizo esperar hasta 1953, momento en el que se publicó el Decreto Ley de 8 de septiembre en el que se autorizaba al Ministerio del Aire para que pudiera ser ejecutada, por concierto directo por la Administración, la obra de "Consolidación de una franja de cincuenta metros en La Lanzada (La Toja), por importe de un millón cuatrocientas sesenta y siete mil quinientas quince pesetas con ochenta céntimos". El proyecto, al que se llegó a calificar de transoceánico o intercontinental, se inició pero lo único que se construyó fue una única pista de aterrizaje, que se terminó en 1954. La obra se paralizó al inaugurarse el de Peinador en Vigo, que se abrió al tráfico aéreo civil en abril de ese mismo año, dieciocho años después de iniciarse las obras por falta de presupuesto.

En agosto de 1955 el Presidente de la Diputación Provincial de Pontevedra y el director general de Aviación Civil anunciaban la inminente apertura en A Lanzada de la única pista en la que sólo se autorizaría para aviación de "pequeño turismo". En abril de 1958 la Asamblea Regional de Turismo de Santiago intentó impulsar la finalización del proyecto y acordó en su punto 5º que: "Dada la importancia turística, cada vez en aumento, que en Galicia representa el suntuoso Balneario de La Toja, solicitar al Ministerio del Aire la habilitación del Aeropuerto de La Lanzada..."; pero, pese a todos los esfuerzos por retomar la construcción del aeropuerto, cayó en saco roto y hoy sólo quedan los restos de la única pista construida convertida en un aparcamiento.

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