Comarca de Pontevedra

Los ataúdes de la fe vuelven a A Lama

Después de un año de ausencia de ofrecientes, la jornada grande de los festejos en honor al Santo Cristo de Xende, una de las citas religiosas de referencia de la villa de A Lama y de la provincia de Pontevedra, recuperó uno de sus grandes iconos. Si la procesión de 2018 no contó con ningún voluntario para ser trasladado en ataúd, tal y como manda la tradición, este domingo los voluntarios volvieron a volcarse con esta iniciativa. Hasta cuatro fieles aceptaron ser trasladados en féretros, a los que hay que sumar un bebé que también contó con su mortaja propia.

Más de un millar de personas tomaron parte en los actos religiosos, a los que no faltó el alcalde lamés, el popular Jorge Canda, en la que fue su primera aparición pública después de ser investido como máximo responsable de la Administración local en el Pleno celebrado el pasado sábado.

El número de ataúdes que el domingo desfilaron por las inmediaciones de la capilla de Xende también fue superior al alcanzado tanto en 2017 como en 2016, cuando hubo que esperar prácticamente hasta última hora para que un vecino aceptase ser trasladado en féretro (lo habitual suele ser que los interesados en convertirse en protagonistas de esta iniciativa informen al párroco con algunos días de antelación). Aunque las temperaturas no eran excesivamente altas (nada que ver con los más de 30 grados que se llegaron a alcanzar en citas pretéritas), algunos de los ofrecientes tuvieron que ingeniárselas para que el sol no les molestase demasiado durante la solemne procesión.

TODA LA MAÑANA. Las misas se celebraron a lo largo de toda la mañana, siendo la principal la que contó con un mayor índice de participación. Además de los ataúdes, también lucieron las imágenes de los santos.

Precisamente, quienes se ofrecen a introducirse en los féretros suelen hacerlo para solicitar, de manera simbólica, un favor al santo patrón. Suelen ser cuestiones relacionadas con la salud. Aunque hoy en día la imagen de los ataúdes sigue sorprendiendo a quienes todavía no conocen la historia de esta celebración, se cree que sus primeras ediciones datan de hace más de un siglo.

De hecho, existen documentos donde se hace mención a este tipo de actos que datan del siglo XVIII. Al igual que sucedió este domingo, lo habitual es que a la misa y procesión acudan no solo vecinos del municipio, sino también de otras localidades del entorno.

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