La ciudad de Pontevedra "abrió" este viernes el grifo al concello de Barro. Tal y como se había acordado, el Gobierno local capitalino dio luz verde a la cesión de parte de su suministro a la villa vecina, que desde hace unos días aplicó restricciones en el abastecimiento a un tercio de la población (fundamentalmente a los vecinos del núcleo urbano de San Antoniño), a consecuencia de la sequía.
Pasaban unos minutos de las 10.00 horas cuando cuatro camiones cisterna llegaban a Pontevedra para trasladar unos 100.000 litros de agua. La operación se repetirá a lo largo de los próximos días, si bien el Ayuntamiento barrense confía en que a corto plazo se produzca un cambio en las condiciones meteorológicas que sirva para dar un respiro a la situación de los manantiales de los que se nutre el depósito de O Outeiro, que desde este viernes cuenta con el "refuerzo" de la ayuda prestada por la ciudad del Lérez.
Estos trabajos fueron supervisados por el alcalde, Xosé Manuel Abraldes, y el teniente de alcalde, José Sanmartín. Ambos insisten en que esta medida es de carácter preventivo y que tiene como objetivo evitar males mayores. En el caso de los cortes en la red de abastecimiento, que se producen entre la una y las seis de la madrugada (en principio eran hasta las 7.00 horas), lo que se busca es "evitar un gasto excesivo". Antes de que el Concello de Barro reclamase ayuda a Pontevedra, el nivel de agua en el depósito de O Outeiro apenas superaba el medio metro. Sin embargo, la situación ha mejorado ostensiblemente en los últimos días. "Pouco a pouco vaise recuperando", aseguraba el pasado jueves el propio Sanmartín, que señaló que "o problema que tiñamos é que a auga que ía entrando do manancial era practicamente a mesma cantidade que a que se consumía, co cal non se producía ningunha recuperación".
El Gobierno municipal de Barro instalará nuevos contadores para controlar el uso de la red municipal en diferentes zonas
CONTADORES. Además de las medidas ya aplicadas, la Administración municipal de Barro tiene previsto colocar nuevos contadores, especialmente en zonas en las que se hallan viviendas que disponen de abastecimiento propio, a fin de que no se conecten a la red que presta servicio a los inmuebles que carecen de suministro. El Concello sospecha que algunos vecinos se conectan a la red principal para realizar tareas de regadío o para llenar piscinas.
Además de San Antoniño, hay unas 18 viviendas, ubicadas en el lugar de O Outeiro, que también se ven afectadas por los cortes nocturnos. Precisamente, fue en esta zona donde comenzaron las restricciones. En total, el Ayuntamiento calcula que dos terceras partes de la población disponen de suministro propio.
La ausencia de lluvias también ha llevado a otros municipios de la provincia a tomar medidas de carácter preventivo. Mientras que en Lalín se ha organizado un gabinete de crisis para atajar posibles problemas derivados de la falta de agua, en Poio ya se está desviando parte del suministro a los depósitos de algunos núcleos del rural. En Marín sucede algo similar en Cadrelo.
EL CASO DE SANXENXO. Mientras otras localidades vecinas buscan fórmulas para evitar que la ausencia de precipitaciones y las altas temperaturas de los últimos días pasen factura al abastecimiento, en el concello turístico por excelencia de la provincia son ajenos a estos problemas.
En Sanxenxo, a pesar del aumento de la población en agosto, no se prevé realizar ningún tipo de medida preventiva
Así lo asegura el Gobierno local, que afirma que, a pesar del exponencial aumento que experimenta la población de la villa durante el mes de agosto, no será necesario tomar ninguna medida de carácter preventivo, ni siquiera en las zonas del interior. A este respecto, el tripartito recuerda que actualmente Sanxenxo dispone de media docena de depósitos, situados en las parroquias de Adina, Vilalonga, Dorrón y Padriñán. En total, todos ellos disponen de una capacidad que asciende a más de 9.400 metros cúbicos. Además, existe un séptimo recipiente, ubicado en Nantes, que se podría poner a punto en caso de que fuese necesario. La villa se abastece también a través de los ríos Lérez y Umia.
De esta manera, el Ayuntamiento no se plantea tener que realizar cortes del suministro, por lo que no se repetirán escenas como la vivida durante el verano de 2011, cuando el Gobierno local se vio obligado a "cerrar el grifo" de las duchas de las playas, lo que provocó una fuerte controversia y numerosas quejas por parte de los bañistas.
