Perros peligrosos en plena ruta escolar en A Bretoña

Vecinos de Barro denuncian ataques de los canes en esta zona

Uno de los animales, sueltos en plena calle del lugar. CEDIDA
photo_camera Uno de los animales, sueltos en plena calle del lugar. CEDIDA

Cuando falta apenas una semana para que los alumnos de Infantil y Primaria regresen a las aulas, los vecinos de A Bretoña, en Barro, retoman las denuncias contra los propietarios de varios perros de raza peligrosa que campan a sus anchas por el barrio, a escasos metros de una parada de autobús y sin medidas de control, puesto que la casa en la que están los animales ni siquiera está habitada todos los días de la semana.

Aunque hay un cierre perimetral, los animales salen a la calle siempre que pueden

Los vecinos presentaron un escrito al Seprona recordando la situación (la sucesión de denuncias se repite desde que, hace año y medio varios de los canes atacaron a una residente en la zona) y alertando de que no hay ni 50 metros de distancia entre la parada del transporte escolar y la casa en donde viven los perros. Según los denunciantes "en la casa hay dos perros adultos y a veces más. No se sabe si la usan como criadero, aunque se han visto cachorros en ocasiones".Los perros pertenecerían a la raza American Staffordshire Terrier, incluida en la lista de perros potencialmente peligrosos. Aunque son muy reconocidos por su fidelidad, alcanzan grandes dimensiones y peso y destacan por la fortaleza de sus mandíbulas. Estos canes, requieren, entre otras medidas, salir a la calle con bozal y correa, acompañados de sus propietarios.

En el caso de A Bretoña, la casa donde los custodian no está habitada. Aunque hay un cierre perimetral, los animales salen a la calle siempre que pueden, dado que son capaces de realizar agujeros con facilidad en la reja de malla. "Se ha denunciado varias veces al Concello y nos consta que hay preocupación por parte del alcalde. Hemos puesto en conocimiento de la Guardia Civil la situación, pero nunca hemos tenido resultado", lamentan los afectados.

DESDE 2017. Los vecinos se dieron cuenta de la presencia de estos cánidos (que en la primera época eran siete), a principios de 2017, cuando atacaron a una de las habitantes en la zona, que salió a pasear a su propio perro. Según relatan, en esa ocasión, hicieron falta otras dos personas para poder liberar a la mujer atacada, puesto que los animales, varios de ellos cachorros, no cesaban en sus mordiscos ni ante el empleo de la fuerza.

En otras dos ocasiones, al menos, se han registrado incidentes similares, en los que, según relatan en el texto enviado al Seprona, los atacados han sido presas del pánico por el ataque de los cánidos. En el caso de los padres de menores, algunos incluso valoran la posibilidad de llevar a los niños en coche hasta la parada, aunque esté cerca de las viviendas para garantizar así que los menores no sean atacados por los animales sin control. Los afectados confían en que las autoridades tomen medidas lo antes posible.

Comentarios