Opinión

Charlatanes

MÁS QUE DESEMPEÑAR funciones de jefe de Estado, Maduro ejerce de charlatán. Toda su jerga se sustancia en bravuconadas. Y no es el único de la especie que tiene seguidores, muchos, que le creen y por eso lo apoyan. Su fanfarronería más reciente, ya la habrán oído, fue la arremetida hacia España, afirmando que de presentarse a las elecciones, aquí, obtendría más de la mitad de los votos, "porque el pueblo de España quiere un gran cambio y quiere gente valiente, honesta, al frente del Gobierno, para darle una revolcada a la clase política de una élite corrupta y decir fuera corruptos, fuera bandidos". 

Muy a su estilo. Es una amenaza que nunca podrá cumplir, pero ojo, si pudiese hacerlo, más de uno se llevaría una sorpresa. Lejos de pasar desapercibido, su cálculo no se sitúa tan fuera de la realidad. ¿Por qué? Sencillamente porque hay una gran masa de votantes que apoya lo que quiere oír, da crédito a charlatanes, anuencia a quienes ofrecen lo que saben que nunca podrán dar. Siempre hay crédulos que piensan que sí. Charlatanes que no son Maduro, pero que se le parecen demasiado, quizá por remedar su talante al carecer de ideario propio. Ahora, en campaña electoral, podemos comprobarlo.

Comentarios