Opinión

Desaliento

La incertidumbre es la tónica de estos tiempos que corren. Desánimo ante la vorágine de mentiras y traiciones con que nos estamos encontrando a diario; hasta tal punto resulta aborrecible la manipulación con la que tratan de conducirnos hacia intereses de algunos, no de lo que sería bueno para el pueblo llano, que encender la TV y abrir la prensa de difusión mayoritaria en este país, comienza a producir desaliento y urticaria.

Tanto vender a la gente que "todos son iguales", para que no se les ocurriese votar a una opción nueva, diferente a la que interesa a los bien aposentados, que ahora la mayoría de la gente ha perdido la esperanza. La perdió porque ve que los de siempre, allí dónde más han triunfado, es dónde peor tratado está el pueblo; menos y peores servicios públicos, menos atención a la sanidad, la educación, la dependencia, los ancianos en peores condiciones en residencias privadas y además, en lugar de crear el empleo necesario, se invita a los universitarios a trabajar gratis para la Comunidad en cuestión.

Por otra parte el uso perverso que los medios de comunicación en manos de los grandes capitales hicieron, (actuando de amplificadores de los mensajes de la derecha sobre las maldades del Gobierno y los "demonios rojos" de la izquierda, retorciendo las noticias a su conveniencia y machacando a todas horas con las mismas cantinelas), ha calado de tal modo en la gente que se informa en esas fuentes, que incluso reniega de cualquier otra información que difiera de la que le han estado vendiendo como "fiable". 

Esa situación les deja sin salida porque los suyos están dando la cara y no les gusta lo que ven, pues no puede taparse el sol con un dedo; pero la izquierda, los comunistas, (esos "demonios rojos" que les pintaron tan peligrosos), tampoco son opción para ellos porque les han enseñado a tenerles miedo. Además, tienen muy gravado lo de "todos son iguales".

¡Qué lástima que en este país se lea tan poco! Si la gente se molestar en informarse por sí misma sobre lo que es el comunismo, el socialismo, el capitalismo y el neoliberalismo, sabrían que ni el capitalismo es Dios, ni los comunistas son los demonios rojos con rabo. 

Si leyesen la historia, ni os cuento. Si leyesen la historia sabrían lo que es la monarquía y la historia de la nuestra y no se soliviantaría nadie cuando se hable de una dinastía o de un rey en concreto. Tampoco tendríamos que leer ni escuchar afirmaciones del calado de "que roben, no es tan grave, se lo debemos", o que "tener una república nos saldría mucho más caro", si se cuestiona algo de la monarquía. 

Lo que está ocurriendo es muy preocupante y no solo la gente despreocupada es responsable de lo que ocurre. Lo es y mucho la clase política que practicó comportamientos corruptos durante años y manipuló medios de comunicación, hasta el punto que ahora mucha gente vea la corrupción como algo normal y, si puede, la practica a nivel personal.

Quienes utilizan los medios de comunicación para "normalizar" comportamientos delictivos, (la corrupción, la calumnia y el acoso lo son), son parte responsable de que se genere el caldo de cultivo necesario para que la sociedad se vuelva corrupta y violenta.

Tampoco se puede decir que en el Parlamento tengamos una oposición ejemplar. Y no solo porque algunos no aporten soluciones como requiere su función en una democracia; también cuando insulta y menosprecia al Gobierno y sus Ministros, o a cualquier otro miembro del Parlamento. De esas aguas vienen ciertos lodos que darán más de un disgusto a este país.

¿Se imaginan como podría cambiar el criterio de los ciudadanos si la información que se difunde fuera veraz, si la TV y la radio ofrecieran programas de divulgación cultural objetiva, entrevistas a personas destacadas por sus conocimientos técnicos sobre diferentes asuntos, debates sobre problemas y situaciones concretas de economía, política, medioambiente o cualquier otra realidad social, y los pros y contras de las diferentes alternativas posibles?

¿Se imaginan si cada persona expusiese los argumentos de su posicionamiento sobre el tema y los fundamentos que lo sustentan, haciéndolo de manera sosegada, sin que le interrumpan durante su turno de palabra y dispensando ese mismo respeto al turno de las demás?

¿Se imaginan este país con más debates en tono educado y contenidos veraces? Para lograrlo hay que empezar por imaginarlo; después plasmarlo.