"Estou vivo grazas a que agachei a cabeza cando o vin e agarrei as mans ó volante"

Manuel Penela regresaba a Silleda de repartir su pan por Combarro y Poio cuando un corzo impactó contra el parabrisas de su furgoneta
Manuel Penela, con los daños del accidente aún visibles en un ojo y en los brazos, junto a su furgoneta. CEDIDA
photo_camera Manuel Penela, con los daños del accidente aún visibles en un ojo y en los brazos, junto a su furgoneta. CEDIDA

La tarde del pasado viernes Manuel Penela volvió a nacer. Él conducía la furgoneta contra la que impactó un ciervo, que traspasó el parabrisas y acabó frenando contra el portón trasero del furgón. El impacto en el que pereció el animal pudo causarle también la muerte a Penela, pero sus reflejos le salvaron. Ocurrió en la PO-534, en el vial de Folgoso a Cachafeiro. "Cando vin que viña cara á min agachei a cabeza, agarrei as mans ó volante e é polo que estou vivo. Se non chego a agachar a cabeza, a chapa do techo ségama. Xa me dixeron a Garda Civil e os Bombeiros que tiña que celebrar o aniversario", relataba este sábado, aún con el cuerpo "mazado pola tensión e os nervios".

Penela, panadero en Negreiros (Silleda), regresaba de su ruta de reparto por la zona de Combarro y Poio cuando, minutos antes de las 14.30 horas, sufrió el siniestro. "O animal saltou dunha finca, outro coche pegoulle na esquina e con iso levantouno e caeume encima. Pareceume ver uns cans, non sei se viría escapando deles", relata. "Entrou polo cristal, pasou os asentos de diante, rebentou o cabezal do do medio e quedou na parte de atrás". La furgoneta quedó llena de vísceras del animal y en el taller la dieron por 'siniestro'.

"Volvín nacer. Aínda que non me dese na cabeza, se eu chegase a ir rápido iríame polo terraplén abaixo". El personal de la ambulancia le atendió en el punto las heridas más leves y en el PAC de Silleda le retiraron trozos de cristales de los ojos. Penela no pudo hacer ayer su hornada de pan, pues, con el ajetreo, se fue a dormir a la hora a la que habitualmente se levanta para cocer. Pidió a otra panadería de Silleda que cociese sus encargos y, por la mañana, él mismo se lo llevó a los clientes, "para no dejarlos colgados", razona.

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